La historia terminó siendo un malentendido, pero vale la pena ser contada.
Retiró la compra de la casa de la vendedora, vio al marido "con otra" y le avisó
Una anécdota impactante ha sido compartida en las redes sociales, protagonizada por una mujer que acudió a la casa de una vendedora (ambas viven en Mar del Plata) para recoger un pedido y se encontró con una sorpresa inesperada. La historia, que ha generado gran repercusión, nos muestra cómo los avatares del amor y el engaño pueden entrelazarse en situaciones cotidianas.
La narradora de este relato es una emprendedora que suele recibir a sus clientes en su hogar para entregarles sus compras. Hasta el momento, esta modalidad había transcurrido sin contratiempos. Sin embargo, en esta ocasión en particular, un mensaje recibido le hizo tomar un giro inesperado. El texto decía: "Si estuviera en tu lugar, me gustaría que me lo dijeran".
La usuaria "bianpuki" fue quien compartió esta historia en su cuenta de X (anteriormente conocida como Twitter), y aunque al final resultó ser un malentendido, no pasó desapercibida y generó numerosas reacciones y comentarios por parte de los usuarios. Mientras algunos expresaron su desaprobación, calificando la situación como una intromisión innecesaria, otros se mostraron más comprensivos.
La historia en cuestión comenzó cuando una clienta manifestó su intención de recoger su pedido el mismo día. La dueña de la casa le proporcionó la dirección y le informó que no se encontraba disponible en ese momento, por lo que sería su esposo quien se ocuparía de la entrega.
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En el mensaje de WhatsApp adjunto a la publicación, se puede leer: "Probablemente mi esposo esté en la sala de estar, así que cuando llegues, toca las manos". Menos de una hora después, la clienta informó que los productos estaban en perfectas condiciones.
Pero ahí no terminó la historia. La clienta continuó la conversación en el chat y reveló: "Quería comentarte que cuando fui a retirar mi pedido, vi a tu esposo junto a una mujer vestida con una musculosa negra, dándose un beso. Te lo digo porque, si estuviera en tu lugar, me gustaría que me lo dijeran".
La vendedora, entre risas, respondió: "Ay, muchas gracias, pero esa mujer soy yo". Ante esto, la otra mujer se disculpó rápidamente: "Disculpa, pensé que no estabas en casa porque me dijiste que estabas trabajando". La conversación concluyó de manera cordial, con la dueña de la casa agradeciendo las palabras de la clienta y asegurándole que no había problema alguno.
Al publicar esta anécdota en su perfil de la red social, la autora comentó: "¡No puedo creerlo, la verdadera sorora!". Los usuarios respondieron en apoyo, resaltando frases como "El 'yo lo vi' lo dice todo", "Cuidada por la producción", "Adoro su actitud" y "Una clienta excepcional. Merece un descuento". Sin embargo, también hubo voces discordantes: "Me parece inapropiado y entrometido. ¿Qué sucede si vio mal y arruina una familia?".
Esta historia nos recuerda que el amor y el engaño pueden manifestarse en los lugares más inesperados, incluso en situaciones cotidianas como una entrega de compras. Además, pone de manifiesto la importancia de la comunicación clara y honesta en las relaciones personales, evitando malentendidos y conflictos innecesarios.
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