Sergio Marinelli no solo es el primer superintendente de Irrigación con dos mandatos, sino que va camino a ampliar sus facultades. Es que el ente que comanda "absorberá" al EPAS para optimizar los controles del uso del recurso en la provincia.
Cómo piensa el "gobernador del agua" más poderoso en la historia de Mendoza
Es el "gobernador del agua" que más ha durado en la historia. Y ahora será el más poderoso. Sergio Marinelli asumió en 2017 la tarea de administrar el recurso más preciado y más escaso que tiene Mendoza, al frente del Departamento General de Irrigación (DGI). En 2022 fue relegido para un segundo mandato, un hecho sin precedentes para un superintendente de Irrigación. Y, dentro de poco, tendrá a su cargo más tareas, ya que el Gobierno provincial decidió que las funciones del Ente Provincial del Agua y de Saneamiento (EPAS) queden bajo su ala.
En diálogo con el Post, el funcionario explicó el porqué de esta decisión, enfatizó la necesidad de medir el consumo del agua y auguró "un año bueno" para los niveles hídricos en la provincia, en la antesala de la llegada del calor.
-El Gobierno envió un proyecto de ley para disolver el EPAS y transferir sus funciones a Irrigación. Respecto a esto, usted decía que el EPAS cumplía una función que era incumplible. ¿Por qué?
-Bueno, el EPAS es el órgano de control y regulación de los servicios públicos de agua y saneamiento en la provincia de Mendoza, en todo el territorio. Con una estructura centralizada, con un par de personas que tienen distintos lugares, en distintas bases. Es limitado en recursos, y prácticamente toda la plata se va a sueldos. Tiene un poder institucional bastante mermado frente a los que manejan los servicios públicos, que son intendentes o una empresa privada. Hay un problema con la simetría de información, porque el EPAS lo que hace es pedirle informes al operador. Y como no se mide el consumo, no se puede hacer un control adecuado.
En cambio, el EPRE (Ente Provincial Regulador Eléctrico) puede hacer un control serio del servicio. Además, el servicio eléctrico es muy transparente porque está todo medido en todos los tramos. En cambio, en el agua no. Al no estar medido, es imposible hacer un control serio, siempre va a traer problemas.
-Y, en ese sentido, ¿qué puede hacer Irrigación que el EPAS no esté haciendo ya?
-El EPAS es un ente autónomo, pero Irrigación lo es con más fuerza. Y además somos los que les damos el agua, y después somos los que recibimos el líquido, el agua, a la salida de las plantas cloacales. No se la damos en forma directa, se la damos a través de inspecciones de cauce, de las cuales ellos son parte como usuarios, tanto Aysam como los municipios. Entonces, no somos el juez y parte. Nosotros somos los que les damos el agua mayorista, recibimos el agua a la salida de las plantas, y, por lo tanto, ahí existen tres o cuatro controles para poder usar el agua. Entonces, en la medida en que hay muchas cabezas dando vueltas y muchas instituciones dando vueltas, se termina diluyendo la posibilidad de concretar acciones que sean realmente sólidas, ya sea para la gestión o para el control.
Ver: Fuerte apoyo en la audiencia de Malargüe Distrito Minero Occidental
Por ejemplo, ¿quién tiene la potestad de decir hacia dónde crece, o cuáles son los usos que vamos a tener en el territorio? Los municipios. Ya hay un plan provincial de ordenamiento territorial, pero en cuanto a los planes de los municipios, no todos lo han terminado, varios lo están terminando ahora.
En el caso del área metropolitana, que es la más compleja, los tres municipios lo tienen terminado al plan. Estoy hablando en este caso de Luján, Maipú y Guaymallén, y existe ahí, sobre todo, una gran complejidad con respecto a parcelas que son menores de 1.500 metros, que tienen derecho de riego y que tienen agua potable. En muchos casos, la mayoría sin cloaca, con lo cual existen también riesgos de contaminación a futuro, en la medida en que se va concentrando la población sin cloaca. Es un peligro de que se siga poblando el piedemonte sin tener las cloacas correspondientes. Eso sí que es más que un riesgo. Entonces, en este sentido, el poder real, por una cuestión de información, es de Irrigación. Nosotros sabemos cuánta agua le damos, y también sabemos cuánta agua sale en la salida de la planta. Entonces, el agua que falta es la que queda en el camino. ¿Por qué queda en el camino? Por las pérdidas.
-¿Cómo se corrige esto de las pérdidas a futuro?
-La única forma de ir corrigiendo esto a futuro es mediante un plan en el que se vayan conjugando todas estas acciones, el ordenamiento territorial, y donde vamos a dejar establecido qué zonas son rurales y que se proteja la red de riego. Todos tenemos que estar metidos en el plan hídrico que estamos desarrollando. Lo venimos haciendo, pero no es lo mismo tener un plan donde participan voluntariamente, a tener un plan donde uno pueda ser el director técnico, el ejecutor y el controlador de ese plan. Esto queda a futuro, no pasa por mí. En este caso, estoy yo a cargo, soy el que está diseñando estas cosas, pero lo importante es que a futuro esto se pueda cumplir.
Cuando se privatizó la empresa, ahí se creó el EPAS, y se le hizo un plan de operación y mantenimiento y metas de operación y expansión, que eran las obligaciones que tenían los privados. Entonces, los privados decían "yo cumplí con la meta" y el Estado le decía "pero no me hiciste las inversiones", entonces no había tarifa. Y los otros decían, "no me das tarifa, entonces no hago las inversiones". Bueno, así pasó que hubo que terminar y volvió a ser la empresa pública. Cuando volvió a ser pública, no hubo un nuevo contrato de concesión, no hubo nuevas metas ni nuevo plan de operación y expansión.
Entonces, lo que hay que hacer ahora es construir un plan de común acuerdo y en función del plan de operación y expansión, y el cumplimiento de metas reales, sobre la base de inversión. Están invirtiendo mucha plata, la tarifa hoy les permite invertir mucha plata y el Fondo de Resarcimiento (los 1.023 millones de dólares de Portezuelo) también les va a permitir aumentar la inversión. Entonces, esta es la única posibilidad seria de que exista en un mediano plazo un buen servicio de agua. Y eso va a permitir que también en el tiempo se baje la cantidad de agua que se está ocupando.
-¿El EPAS quedaría con funciones reducidas?
-No, el EPAS desaparece y todas las funciones las absorbemos, con una pequeña parte del personal, porque en realidad el EPAS tiene muy poco personal técnico, entonces nos llevamos solamente el personal técnico. Y por otro lado, los gastos corrientes nosotros los tenemos ya amortizados, entonces no se le agrega gasto corriente, es puramente el sueldo. Tenemos movilidades, tenemos distribución territorial. Todas estas ventajas no las tenía el EPAS.
Leer: En qué se usarán los $6.500 millones que transfirió el Gobierno a Aysam
-¿Cómo impacta la "absorción" del EPAS al trabajo con los municipios?¿Van a trabajar más codo a codo?
-Nosotros estamos trabajando ya muy bien con Luján. Todavía no podemos incorporarlo a Maipú, pero la idea es que también se incorpore. Y obviamente Tupungato, que son los tres municipios prestadores. Pero hay que trabajar con todos, porque por ejemplo, en las zonas rurales tenés muchas poblaciones, sobre todo en San Rafael, en Rivadavia, en todo el Este, que toman agua de pozo.
Y esa agua de pozo, en muchos casos, tiene alta salinidad, o en el caso de Lavalle, Santa Rosa y La Paz, tiene concentraciones de arsénico que ya empiezan a ser medio problemáticas. Entonces ese agua también podemos combinarla, se les va a dar agua de buena calidad mediante las redes superficiales.
-¿En qué estado de avance está el Código de Aguas?
-Sigue estando en internet hasta el 15 de octubre. Ahí se baja de internet. Y entre 15 y 20 días después, los consultores contactados nos entregan un trabajo final, un anteproyecto final, según sus criterios, y un listado de todas las objeciones que hayan habido del productor, del inspector de causa y del especialista. Y después se tomará la decisión, con la Legislatura y el Gobierno, de cómo será el proyecto definitivo, de qué se toma en cuenta y qué no de todas las objeciones que hayan habido.
-¿Cuál es el pronóstico respecto del nivel de agua en los ríos para este temporada?
El pronóstico lo vamos a presentar en la primera semana de octubre, pero en principio va a ser un año bueno. En el Río Mendoza no tan bueno como el año pasado, pero un año bueno al fin. Y en los otros ríos, un muy buen año hidrológico. Así que creo que el 6 o el 7 de octubre vamos a estar presentando el pronóstico.