La televisión chilena difundió días atrás un informe en el cual un experto hablaba sobre un terremoto de altísima magnitud en ese país, que causaría grandes daños. Qué dicen los especialistas mendocinos sobre esta teoría y el impacto que tendría en Mendoza.
En Chile advierten sobre la posibilidad de un gran terremoto ¿Es real?
La posibilidad de que ocurran sismos está latente de manera permanente, ya que la tierra está en constante movimiento. Desde Chile, el geólogo Marcelo Lagos, advirtió sobre la probabilidad de que un fenómeno de gran magnitud azote la zona central del territorio chileno, por la gran cantidad de energía acumulada.
Chile es un país que está ubicado en una franja de continente donde confluyen dos placas tectónicas, lo que hace que sea una zona con movimientos telúricos frecuentes. El especialista, habitual referencia de los medios chilenos, habló en la televisión de ese país sobre esta situación y advirtió que, aunque no se puede predecir cuándo sucederá, es algo que "debe pasar".
A partir de estas declaraciones, surgen diversos interrogantes. Teniendo en cuenta que tanto Chile, como el Oeste argentino son zonas eminentemente sísmicas, vale la pena aclarar conceptos.
Mendoza Post dialogó con el Ingeniero civil Rodolfo García, quien es el Director Nacional del Instituto Nacional de Prevención Sísmica, INPRES, sobre este panorama. ¿Qué significa que haya energía acumulada? ¿Se puede pronosticar la probabilidad de un evento de gran magnitud a partir de los indicios recolectados? ¿Por qué no se pueden pronosticar los sismos?
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En primer lugar, hay que explicar cómo se producen los sismos, que se pueden entender como "la rotura de una porción de la corteza terrestre", explica García. "Esta rotura puede ser en el borde de una placa o intraplaca, es decir, en el interior de una placa, tal es el caso de Argentina, fundamentalmente en las zonas de mayor actividad sísmica, como son Mendoza y San Juan". Mientras que, en el caso particular de los sismos producidos en los bordes de placa, "está el caso de Chile, porque ahí chocan las placas Sudamericana y la placa de Nazca", continuó el funcionario, especializado en Ingeniería Sísmica.
Este choque de placas provoca liberaciones de energía que se va deformando la corteza terrestre. Por ejemplo, la Cordillera de Los Andes está "creciendo", ya que es considerada una formación geológicamente joven.
En Argentina, el INPRES es el organismo encargado de relevar los eventos que suceden y registrar los movimientos. Existe una red de monitoreo sísmico que está compuesto por una red de estaciones sismológicas y de acelerógrafos. "Son dos equipos distintos que miden parámetros distintos. Las estaciones sismológicas son mucho más precisas y están distribuidas en todo el país. Hay una concentración mayor en las zonas de mayor actividad sísmica, como es la zona Cuyo y el noroeste argentino", comentó García.
"La Tierra está en movimiento permanente, por lo que los instrumentos pueden captar la mayoría de los sismos. En la página del INPRES solo se publican los de magnitud mayor a 2,8 grados", señaló.
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¿Se puede predecir un sismo?
Rodolfo García aseguró que "los sismos no se pueden predecir. Entendiendo por predecir la determinación precisa del día, la hora, el lugar y la magnitud del sismo. Hasta el momento, más allá de los esfuerzos, no es posible. Ahora, sí existe la posibilidad de determinar la posibilidad de que exista un evento en una zona que hay actividad frecuente", aclaró, aunque no se puede dar precisiones.
Las zonas que son reconocidas por tener actividad sísmica frecuente, como lo es Mendoza, tienen mayor probabilidad de sufrir sismos, que otras zonas. "En el caso particular de Chile, suelen tener grandes terremotos mucho más frecuente que nosotros. En Argentina podemos mencionar el terremoto de Mendoza, de 1861, el de San Juan de 1944 o el de 1977, en Caucete, que han sido los más grandes, pero son más leves que los que se producen en Chile. Esto se debe a que son producidos en fallas geológicas y no en bordes de placas tectónicas", explicó el ingeniero García.
¿Qué significa que haya energía acumulada en las placas?
El titular del INPRES, mencionó que hay una teoría llamada 'Teoría del rebote elástico'. Esta teoría implica que las fuerzas que afectan la corteza terrestre, producto del movimiento de las placas tectónicas, hace que la corteza se vaya deformando. "A medida que se van acumulando esta deformación, se va a acumulando una energía llamada 'energía elástica de deformación', que cuando se supera la capacidad elástica, esa energía se libera, provocando los movimientos sísmicos", comentó, y graficó esta situación con la rotura de un elástico, que al romperse, golpea los bordes con fuerza.
García comentó que "los geólogos pueden hacer algunas estimaciones. Porque estudian una falla, por ejemplo, ven la traza, analizan que tanto se ha deformado, y a partir de ahí hacer alguna inferencia de un potencial sismo. Pero son afirmaciones que no son para nada certeras", aseguró, y puso como ejemplo el gran sismo que se espera en la zona de California, en Estados Unidos. "Desde los años 80 vengo escuchando sobre esto. Vienen anunciando que ya se produce, pero todavía no llega". Sin embargo, aclaró que "los tiempos de la tierra son muy distintos a la escala de tiempo humana. La escala de tiempo geológica se mide en miles de años".
"No hay que bajar los brazos"
Rodolfo García señaló que, aunque no se sepa cuando vaya a suceder un evento de gran magnitud, "no hay que bajar los brazos, porque que no se puedan predecir con precisión, van a ocurrir los sismos. Por eso hay que estar preparados, hay que tener planes de emergencia, construcciones seguras, para que cuando venga, estemos preparados para que los embates del fenómeno, nos encuentren lo más preparado posible", afirmó García.
Acerca del caso de Chile, afirmó que el último terremoto grande que sufrió en 2010, que fue de 8,8 grados, "el país demostró que está bastante bien preparado para sobrellevar esos eventos, de energías muy grandes. Ese evento ocupa el puesto 5 o 6 en los terremotos más grandes de la historia de la humanidad. Si se compara con el de Turquía de este año, que fue de 7,8 grados, es decir que fue 32 veces más chico que el de Chile, los daños provocados en Turquía fueron mucho mayores que los ocurridos en Chile". "La diferencia son las construcciones", concluyó Rodolfo García, el titular del INPRES.