El aluvión de 1970 fue uno de los peores desastres naturales que se registran. Murieron más de 20 personas debido al colapso del dique Frías. Desde el gobierno aseguran que en la actualidad existe "un sistema hidráulico robusto" y subrayan la importancia de las obras.
El día en el que Mendoza se inundó como Bahía Blanca: ¿se puede repetir?
El reciente y devastador temporal que afectó a Bahía Blanca, dejó un saldo de al menos 16 muertos, decenas de desaparecidos y más de 500 familias evacuadas. La ciudad sufrió daños severos, con el 70% de su territorio afectado por inundaciones, especialmente en zonas urbanas donde la infraestructura no pudo resistir las lluvias intensas.
El desastre ocasionado revive la memoria colectiva del día en el que Mendoza experimentó una tragedia similar. Fue el 4 de enero de 1970, cuando nuestra provincia vivió uno de los peores desastres naturales de su historia, después del terremoto de 1861, cuando una aluvión desbordó el dique Frías, ubicado en el límite de Godoy Cruz y Ciudad.
El enorme caudal de agua arrasó la ciudad, provocando destrozos masivos y las calles de Mendoza se transformaron en ríos imparables. En el municipio de Godoy Cruz, el puente Olive fue destruido por la fuerza del agua y la tragedia dejó 24 víctimas fatales, casi 2000 personas accidentadas e incontables daños materiales.
Debido a la magnitud de lo acontecido, el presidente de facto Juan Carlos Onganía visitó la provincia para tomar conocimiento de los daños y el trágico suceso también llegó a ser conocido como el "Aluvión de las heladeras", ya que, durante su desarrollo, se observaron numerosas heladeras domésticas flotando y desplazándose por las calles mendocinas, entre otros objetos arrastrados por las corrientes de agua.
Según especialistas, la tragedia de 1970 mantuvo las características típicas de los "torrentes aluvionales", fenómenos comunes en zonas áridas que pueden presentarse de manera inesperada. En esta dirección, es preciso recordar que nuestra provincia, se encuentra sometida al peligro de los aluviones, sobre todo en las zonas del piedemonte.
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Numerosos archivos históricos documentan esta problemática, y debido a esta situación, con el paso de los años, se comenzó a profesionalizar la infraestructura hídrica, destacándose la construcción de diques de laminación y "colectores escudo" para mitigar su impacto.
En este sentido, el aluvión de 1970 puso de manifiesto las falencias en la infraestructura urbana de Mendoza que existían hasta el momento. De hecho, el Poder Ejecutivo provincial de turno, creo una comisión técnica especial para investigar las verdaderas causas que llevaron a la destrucción del dique Frías, donde finalmente se reconoció la insuficiencia de las obras y las fallas presentes.
Las comparaciones son odiosas
En relación con el reciente acontecimiento en Bahía Blanca y al recordar el aluvión de Mendoza en 1970, Pablo Rodríguez, director de Hidráulica de la Provincia de Mendoza, brindó declaraciones al Post.
En este marco, el funcionario evitó comparar la situación de Bahía Blanca con la Mendoza actual, ya que "estamos en diferentes zonas geográficas; Bahía Blanca recibe más lluvia, es costera y tiene menos habitantes, mientras que Mendoza está en una zona de montaña con regímenes de lluvia distintos". En Mendoza, aclaró, "no se habla de inundaciones, sino de crecidas y escurrimientos, y el aluvión de 1970 resalta la importancia de las obras de mitigación que hoy mantenemos".
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En relación con el Dique Frías, que colapsó en 1970, Rodríguez explicó que fue reconstruido con una presa más grande, nueva tecnología y un vertedero distinto. "Mendoza está bien posicionada en cuanto a infraestructura hidráulica, gracias a un sistema de control aluvional que evita que las crecidas lleguen a la ciudad de manera descontrolada", sostuvo.
Al mismo tiempo, destacó que la infraestructura hídrica actual en Mendoza ha sido puesta a prueba y ha respondido de manera efectiva en las últimas dos tormentas fuertes, una durante noviembre del 2020 y otras durante febrero de este año. "En Mendoza, por lo general, recibimos unos 200 mm de agua al año, y en las dos últimas tormentas fuertes, nuestra infraestructura hídrica respondió de manera efectiva y las presas han funcionado bien".
Rodríguez resaltó la importancia del sistema de infraestructura actual: "Hoy en día, Mendoza cuenta con un sistema hidráulico robusto, con colectores que canalizan el agua de manera controlada hasta su disposición final, en Cacique Guaymallén, en zonas no pobladas. Este sistema proporciona seguridad hidráulica y se mantiene mediante un plan anual de mantenimiento", añadió.
En cuanto al monitoreo, mencionó que se han instalado pluviómetros en el piedemonte que permiten predecir las tormentas y gestionar alertas. "Estamos trabajando para que estos sistemas funcionen siempre, y a la vez, planificando obras que acompañen el crecimiento urbano", concluyó Rodríguez.
En este marco, el funcionario no sólo valorizó el rol del estado en un área clave para la prevención de tragedias naturales, como el terrible aluvión de 1970, sino que también convocó a la sociedad mendocina a tomar conciencia en la importancia de las obras y su cuidado.