"Educación, una propuesta para Mendoza": el libro que propone una epopeya

Rodolfo Cavagnaro, Daniel Pereyra y otros autores proponen en este libro una revolución educativa, empezando por Mendoza.

"Educación, una propuesta para Mendoza": el libro que propone una epopeya

Editó: Santiago Montiveros

"Educación: una propuesta para Mendoza" es un libro que lleva la firma de Rodolfo Cavagnaro, Daniel Pereyra y otros tres referentes que antes de morir hicieron sus aportes clave para la educación: Francisco Hugo Laricchia, Beatriz Ana Ortega y Ernesto Emilio Calise.

El texto aborda la necesidad de una reforma educativa profunda en la provincia de Mendoza, a través de un enfoque liberal que busca devolver a los padres y docentes un papel protagónico en el proceso de enseñanza-aprendizaje. 

La propuesta se centra en tres ideas fundamentales: confiar en los docentes, garantizar la libertad responsable en el ámbito educativo y redefinir el rol del Estado como garante de la libertad de enseñanza, en lugar de ser un controlador absoluto del sistema educativo. 

El libro también sugiere modelos de gestión descentralizados y la incorporación de iniciativas didáctico-productivas, con el objetivo de mejorar la calidad de la educación mediante la competencia y la creatividad.

El texto resalta la importancia de reformar el sistema educativo mendocino, que, según los autores, se ha quedado rezagado y está excesivamente centralizado, lo que limita la capacidad de respuesta a las necesidades reales de los alumnos y la comunidad.

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A continuación, uno de los autores, Rodolfo Cavagnaro, escribe sobre cómo surgió el libro:

En la década de los años '90, unos 30 años atrás, fuimos convocados por quien en ese momento era el diputado provincial Francisco Hugo Laricchia, con la intención de plantear un proyecto de ley que pudiera generar una reforma en el sistema educativo, dedicada, fundamentalmente, a cambiar los modelos de gestión y administración. Los convocados fuimos el profesor Ernesto Calise, la profesora Beatriz Ortega, el licenciado Daniel Pereyra y quien escribe estas líneas, Rodolfo Cavagnaro. Todos éramos liberales y militábamos en la Ucede.

Desde el comienzo de su gestión Laricchia se propuso avanzar en estas líneas y por ese motivo organizó este grupo que, desde distintos orígenes, aportábamos nuestra mirada al sistema educativo. En ocasión de un viaje a EEUU, el diputado estuvo en la ciudad de Boston, estado de Massachusetts, donde se interesó por estas materias y se trajo mucho material que nos pusimos a estudiar para ver qué cosas podíamos adaptar.

Así surgió el proyecto que presentamos en este libro llamado "Educación, una propuesta para Mendoza" que llevó dos años de trabajo y que hoy, con algunas actualizaciones, presentamos porque se mantiene vigente, tanto en los objetivos como en las propuestas. Hoy ya han fallecido Laricchia, Calise y Ortega y con Daniel Pereyra creímos oportuno dar a conocer este trabajo que, como dijimos, hicimos hace más de 30 años. Nosotros hoy no militamos ni estamos afiliados a ningún partido político. Seguimos siendo liberales. Además, contamos con la valiosa colaboración del Dr. Alberto Benegas Lynch (h), que escribió el prólogo del libro.

En realidad, en medio de la grave crisis económica del país vemos que la dirigencia y todos los argentinos nos enfrentamos a una decisión tremenda con vistas los años que vienen. El deterioro del sistema educativo y la pérdida de calidad han sido calamitosas y Argentina se enfrenta a un gran desafío. Porque hay que entender que no habrá desarrollo económico sustentable y ni desarrollo social armónico si no producimos un cambio rotundo en nuestros sistemas educativos. Sin educación no hay desarrollo ni hay paz social.

La salida que visualizábamos, y que sostenemos, es cambiar la injerencia de los funcionarios en el desarrollo de contenidos y creación de miles de regulaciones internas para cambiar el eje. Creemos que el nuevo eje debe estar fijado en los directores de las escuelas y en los maestros o profesores. Ellos deben fijar las currículas de sus escuelas adaptadas a la realidad que los circunda, respetando un porcentaje de contenidos mínimos para todos, como eran los requisitos de la ley 1420.

El corazón de la propuesta pasa por una descentralización del sistema de las escuelas de gestión estatal. Hoy el sistema funciona como una pirámide donde en la cúspide está el director general de Escuelas y toda la estructura se organiza hacia abajo y en la base están los alumnos. Proponernos cambiar esta lógica por otra más sensata, donde cambiemos la figura geométrica por un círculo, donde en el centro esté el alumno y mientras directores y docentes actúan en el proceso con libertad, teniendo que rendir cuenta de sus resultados. Se establecen muy bien los roles, pero todos los que ocupan funciones directivas, en lugar de ser demandantes deben ser demandados por las escuelas y ellos deben ser facilitadores para que la escuela pueda cumplir con su misión.

El proyecto también prevé la participación de empresas y que la escuela esté abierta a la comunidad. Siendo la escuela un bien púbico, deber ser factible que esté disponible para la comunidad y esa es una tarea del director, porque puede conseguir nuevos recursos. Es muy importante el involucramiento de las empresas con las escuelas, porque de su seno saldrán los futuros empleados de las mismas. Un viejo axioma dice que "la calidad de las empresas de un país depende de la calidad de las escuelas de ese país".

También el proyecto prevé una descentralización de los recursos, que se hace, básicamente, dividiendo la cantidad de recursos por la cantidad de alumnos y así se les enviará a los padres un bono para que puedan elegir la escuela a la que quieran enviar a su hijo. Para los directivos será un desafío conservar la matrícula y, si tiene capacidad, incrementarla. Todas estas medidas pretenden una mejora en la gestión de las escuelas de gestión estatal.

Como dice el texto, no nos sentimos dueños de la verdad. Sabemos que nuestras ideas pueden ser objeto de correcciones, pero en las, actuales circunstancias, creemos que no se puede seguir haciendo lo mismo. Por eso va esta, nuestra humilde contribución, para la mejora de la educación, pensando en una gran epopeya educativa, como soñaron los hombres del`37 y llevaron adelante los hombres de la generación del '80.

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