La Organización Mundial de la Salud proclamó el 11 de abril como Día Mundial en 1997.
Por qué se conmemora el Día del Parkinson: los detalles de la enfermedad
En 1997, la Organización Mundial de la Salud proclamó el 11 de abril como Día Mundial del Parkinson, para concienciar a la población acerca de esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en el mundo.
Esta fecha coincide con el aniversario del nacimiento de James Parkinson, neurólogo británico que en 1817 descubrió la enfermedad que fue denominada en aquél momento, parálisis agitante.
Se trata de una condición degenerativa, progresiva y crónica del sistema nervioso que se caracteriza por causar daños neurológicos, generando alteraciones en el control y coordinación de los movimientos del cuerpo, así como rigidez muscular. El daño aparece cuando las células del sistema encargadas de producir dopamina, una hormona que regula el movimiento, detienen su producción y esto termina por desencadenar la enfermedad.
"Es una enfermedad donde las neuronas van muriendo en el transcurso del tiempo. Esto hace que estas neuronas dejen de producir dopamina y que por tanto, se produzcan las manifestaciones motoras", explicó el neurocirujano Fabián Cremaschi en una entrevista concedida al segmento "Hablemos de Salud", del ciclo En Cámara.
El profesional, indicó que "es una enfermedad que es lenta al principio, por eso suele ser difícil de diagnosticar", es "progresiva" y "aunque siempre tenemos la idea que la enfermedad se da en los ancianos, hay un grupo de pacientes incluso menores a 40 años que tiene la enfermedad de Parkinson. De hecho los pacientes que operamos, se da más en el grupo de pacientes jóvenes con la enfermedad".
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Respecto de las causas, sostuvo que aún se desconocen. Si bien hay muchas teorías, "no están del todo desarrolladas".
El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, luego del Alzhéimer. Los síntomas aparecen de forma progresiva, afectando algunas zonas del cuerpo como las manos, los brazos, las piernas y la cara. Luego se extiende a todo el cuerpo, causando rigidez motora, temblores, problemas de equilibrio y coordinación.
Cremaschi sostuvo respecto a su tratamiento que "lo más importante sigue siendo lo no quirúrgico, lo no farmacológico, adoptar medidas como ejercicio físico, ejercicio mental, porque si no se ejercita, se pierde. Hay que recordar que la mejor forma de contrarrestar la perdida de las neuronas es ejercitando el cerebro", dijo, a lo que agregó que también es indispensable "una buena alimentación, reposo, sociabilizar y el control del estrés. Esas son la base del tratamiento y eso es no negociable. Lo demás es accesorio".
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En cuanto al estrés, explicó que "tenemos uno fisiológico, que es útil, normal, es el que nos permite hacer las cosas diarias. Todos lo tenemos. Pero una cosa es ese estrés y otro es el patológico, que no es obligatorio. Tenemos que sacarnos de la cabeza que tenemos que estar estresados, no hay que caer en eso".