Una mujer salteña, que tomó relevancia mediática cuando tuvo cuatrillizos en plena pandemia, contó cómo vive en medio de necesidades. Suspendió el tratamiento en dos enfermedades crónicas.
Tuvo cuatrillizos y dejó de tomar sus remedios para darles de comer, en Salta
"Mi cabeza está a punto de estallar", es la frase que utiliza Adriana Beramendi para resumir su estado de ánimo actual. Madre de cuatrillizos y con dos enfermedades crónicas, enfrenta un dilema diario: o toma su medicación o le da de comer a sus hijos.
Nacida en Buenos Aires y residente en Salvador Mazza, Salta, su historia recorrió todos los portales de noticias en 2020 cuando quedó varada en la Ciudad de Buenos Aires, lejos de su marido, y dio a luz a cuatrillizos sola.
Adriana, diagnosticada con lupus un mes antes de quedar embarazada, y con púrpura desde los 14 años, viajó a Buenos Aires en 2020 para hacer unos trámites. Sin embargo, el decreto presidencial del Aislamiento Preventivo y Obligatorio (ASPO) y una complicación en su salud la obligaron a quedarse varada con poco dinero, a más de 1800 kilómetros de su hogar.
"Cada mañana mis niños se despiertan a las 7.30. Les doy el desayuno y los llevo a ver televisión mientras yo ordeno. Luego decido qué cocinar. Les doy la comida y trato de encontrar tiempo para distraerme, aunque estoy permanentemente con ellos, enseñándoles letras y colores", contó Adriana. Su marido trabaja 15 días al mes como chofer y el resto se las rebusca con changas para sumar recursos a la familia.
Desde la muerte de su suegra en noviembre de 2023, Adriana ha estado sola. Su suegra solía ayudarlos mucho, pero desde su fallecimiento, todo ha recaído en ella. Durante la adolescencia, tras la separación de sus padres, Adriana debió salir a trabajar para pagar su medicación. Conoció a su marido a los 19 años y se mudaron a Salvador Mazza.
Ver también: Mangueras, piletas y fuentes: todo lo que amaneció congelado en Mendoza
Adriana recibió ayuda del gobierno porteño durante su estancia en Buenos Aires, lo que le permitió transitar la pandemia con sus hijos. Sin embargo, se arrepiente de haber vuelto a Salvador Mazza, ya que cree que en Buenos Aires habrían recibido más apoyo y su marido tendría trabajo estable. Ahora, pasa mucho tiempo en Bolivia, en la casa de su padre, su cuñada o sus suegros.
La principal preocupación de Adriana es establecerse en un lugar que le permita tener un espacio adecuado para que sus hijos crezcan sanamente. "Lo principal sería una casa, pero no quiero que me la regalen. Necesito estabilidad. Muchos me cuestionan por tener hijos estando enferma, pero mis hijos están sanos", remarcó Adriana.
A pesar de sus dificultades, Adriana no pierde la esperanza de encontrar una situación más favorable. "Hay muchas bocas para alimentar y poco dinero. La esperanza es lo último que vamos a perder", afirmó en declaraciones a TN. Su historia es un ejemplo de la lucha y la resiliencia de muchas madres en situación de vulnerabilidad en Argentina.
Quienes quieran ayudar a Adriana Beramendi pueden realizarse transferencias digitales a través de Mercado Pago al CVU 0000003100033154851844 / Alias: cono.sur.ruda.mp
Ver también: Ola polar: esta semana la Argentina podría ser el país más frío del mundo