La seria sequía que atraviesa el vecino país de Uruguay ha puesto en jaque a la capital, Montevideo, y la zona metropolitana. Causas e historia de un flagelo que amenaza con quedarse. ¿Puede pasar lo mismo en Mendoza?
La crisis hídrica en Uruguay, la gestión del agua y el paralelismo con Mendoza
El país hermano de Uruguay atraviesa una crisis hídrica sin precedentes, en la que han tenido que recurrir al agua salada del Río de La Plata, para poder dar un suministro semi-potable a los ciudadanos de la región de Montevideo y área metropolitana.
Esta dramática situación ha puesto de manifiesto una larga historia de falta de obras hídricas , además de poner de relieve una preocupante proyección climática, con sequías que pueden tornarse cada vez más severas. En el medio, la situación de la población montevideana, la búsqueda a contrareloj de soluciones a corto y mediano plazo, la tensión entre los gobiernos de Argentina y Uruguay y la plegaria constante para que llueva copiosamente en la cuenca del río Santa Lucía para aplacar esta situación.
Mendoza Post dialogó con el periodista uruguayo Gustavo Descalzi, cronista de diferentes medios de ese país, como América TV o A24, entre otros. Descalzi comentó la situación dramática que se vive en la región metropolitana, que no afecta de la misma manera al resto del país, en donde no se está registrando la escasez de agua potable.
Para distinguir por qué la situación en Montevideo y zona metropolitana es crítica y no pasa igual en el resto del país, hay que diferenciar que la zona de la Capital y alrededores depende del agua de la cuenca del Río Santa Lucía. Este río y sus afluentes, se han visto muy afectados por la sequía que atraviesa gran parte de la región y esto ha mermado a niveles mínimos las reservas de agua en la zona metropolitana de Uruguay, donde vive la mitad de la población de ese país, aproximadamente 1,2 millones de personas.
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"La dura sequía que hemos tenido, que también ha afectado a sectores de Argentina, ha provocado que en Uruguay haya productores que han tenido que adelantar la faena. Otros productores se han visto complicados con las cosechas, debido a que la cuenca del Santa Lucía se ha visto reducida y a partir de esto, los ríos han empezado a venir magros", comentó Descalzi, y agregó que "el agua del Santa Lucía es la principal fuente de agua dulce de Montevideo y área metropolitana, donde vive la mitad de la población de Uruguay. Esto hizo que la OSE (Obras Sanitarias del Estado), la empresa estatal de agua de Uruguay, haya tenido que tomar la decisión de mezclar agua del Rio de La Plata, con agua dulce".
La gravedad de la situación en Montevideo comienza hace 10 o 15 años, cuando empezaron a verse los primeros signos de la desaparición de sectores de la cuenca. Ríos, arroyos, lagunas y espejos de agua que eran parte de la cuenca del Santa Lucía, han disminuido drásticamente su caudal o directamente desaparecido. "Cuando se ven las fotos aéreas, uno se da cuenta de la reducción del área de espejos de agua. Estos fenómenos están repercutiendo hoy en la población de Uruguay. En Montevideo se enteraron hoy que hay sequía, porque lo ven en el grifo, que sale agua salada", explicó el periodista Gustavo Descalzi.
Si bien ha llovido en los últimos días, no alcanza. La dependencia del sistema de aprovisionamiento de agua de la zona metropolitana de la cuenca del Santa Lucía es tal, que el dique Paso Severino, construído hace 70 años, fue pensado para otra época desde lo climático. "El dique de Paso Severino, es un dique que estuvo pensado hace 70 años, cuando Uruguay tenía un ciclo virtuoso de 70 u 80 días de lluvia al año. Situación que hoy no es tal. Hoy nos está faltando el agua, por lo que la única solución es que llueva", añadió el periodista.
La escasez de agua en la Capital de Uruguay hizo necesario que las autoridades tengan que recurrir a viejas técnicas, como la explotación de agua de pozos subterráneos, que son de mejor calidad que las del Río de La Plata. Además, se procedió a transportar, por medio de camiones cisternas, suministro a la zona metropolitana, del área de Maldonado, donde existe una laguna y una cuenca muy importante.
Medidas extraordinarias y consecuencias políticas
A raíz de la escasez, el gobierno uruguayo, a través de la OSE, decidió, como medida extraordinaria, tomar agua del Río de La Plata, que tiene alta concentración de sal y mezclarla con agua dulce, para poder suministrar un agua "bebible", como ha mencionado el presidente Luis Lacalle Pou. "Acá se abre otro debate interesante, que es el tema de la potabilidad del agua. El presidente dijo que el agua es bebible, pero los científicos señalan que no lo es, porque el agua que sale de Montevideo es salada. Las ciudades del interior no tienen este problema, porque los ríos desde que toman el agua, no tienen este problema", señaló Descalzi.
La situación de las ciudades del interior no es la de Montevideo. No hay escasez de agua, porque las cuencas de los ríos desde donde toman el agua para potabilizar, no están sufriendo la sequía como si lo hace la cuenca del Santa Lucía.
A raíz de la presente crisis hídrica, el presidente Lacalle Pou decretó la emergencia en la materia, por lo que se destinarán partidas presupuestarias para construir una conexión directa entre los ríos San José y Santa Lucía, lo que añadiría, aproximadamente, "un 10 o 15% más de caudal al suministro de Montevideo y el área metropolitana", explicó el periodista uruguayo.
Además, se lanzará una licitación para adquirir una planta potabilizadora que se instalará en Montevideo, para poder tomar agua del Río de La Plata y así "no depender más únicamente de que llueva. Porque el Río de La Plata es un río infinito y se podría potabilizar el agua correctamente", señaló Descalzi.
Como tercer medida, se estudia la posibilidad de crear otro dique, aguas arriba del ya existente Paso Severino, para lo que se están estudiando las posibles locaciones para su construcción, que podría demorar entre 6 y 9 meses.
En Uruguay ha caído como un balde de agua helada esta situación crítica respecto al suministro de agua potable y ha explotado, en primer lugar, en el gobierno de turno, de Luis Lacalle Pou, pero esto es algo que se viene arrastrando desde hace muchos años. "Saliendo de la discusión berreta de los políticos de las culpas por obras que no se hicieron, es culpa de todos los políticos que hoy no haya agua, porque las obras se debieron haber hecho hace 10 o 15 años".
Respecto a la relación entre Argentina y Uruguay, que se ha enmarcado en una tensión casi permanente entre los presidentes Lacalle Pou y Fernández, en Uruguay no cayó bien el ofrecimiento de ayuda que elevó Argentina, porque lo sintieron como "altruista e inadecuado", dado que el presidente argentino declaró que "en Montevideo no sale agua de la canilla, cosa que no es real", explica Descalzi. Es por esto que el gobierno uruguayo decidieron no aceptar la ayuda argentina.
Uruguay y la necesidad del cuidado del agua
Por último, el periodista Gustavo Descalzi, sintetizó un pensamiento que pone de manifiesto una realidad en Uruguay, que es el cuidado del agua potable. "Ahora, nos estamos dando cuenta que nosotros también tenemos que ser agentes de cambio. Hay que cuidar el agua, es finita. Porque el agua se va terminando. El agua que llueve se va al río y del río, al de La Plata, por lo que se pierde. Tenemos que repensar cómo hacer para los próximos años, para guardar agua, para generar mayores reservas, para el tratamiento de aguas grises, para que no vuelva a pasar esto con el agua. Los informes de cambio climático indican que esto puede volver a pasar", comentó y agregó que "en Uruguay, el 50% del agua potable, se pierde en el camino, ya sea por hurto, conexiones clandestinas o pérdidas en la red de distribución, con cañerías que tienen 70, 80 o 100 años de antiguedad".
Descalzi señala que se viene "todo un repensar del sistema de distribución del agua potable en Uruguay. La OSE es la empresa monopólica de manejo de agua en el país, que depende directamente del presidente de la República. En todos estos años, la falta de obras ha sido responsabilidad directa de todos los presidentes que han estado en el poder desde la vuelta de la democracia", concluyó el periodista Gustavo Descalzi.
¿Podría pasar lo mismo en Mendoza?
La sequía es un flagelo que golpea diferentes regiones del mundo y en Argentina hay sectores de la Pampa húmeda que han sufrido los serios efectos de la falta de agua en cultivos y ganado.
En Mendoza la sequía también tiene sus coletazos de realidad, que se ve reflejada, muchas veces, en la ausencia de nieve en Alta Montaña, lo que es un indicador si habrá escasez o no de agua durante el siguiente año.
Mendoza Post dialogó con el Superintendente General de Irrigación, Sergio Marinelli, al respecto de la situación de la Provincia y la necesidad de cuidar el recurso hídrico, que tanta falta hace.
Mendoza, al ser una zona eminentemente desértica, depende mucho del caudal de los ríos, que abastecen de agua los distintos oasis de la provincia. La fluctuación de la abundancia o escasez en el caudal de cauces, depende fundamentalmente del cambio climático.
"El problema del cambio climático está afectando a todo el mundo. En el hemisferio norte se manifiestan temperaturas muy por encima de lo habitual. En el Sur, se manifiesta por la escasez de agua en diversos sectores. A nosotros nos afecta la escasez de nevadas, que tiene que ver con el Pacífico. Este año estamos mejor, debido al fenómeno del Niño, que ha hecho que hoy tengamos más nieve que el año pasado, lo que hace que, por más que hagamos todo mal, no faltaría agua", comentó Marinelli y agregó que "nosotros venimos trabajando en una proyección de mediano y largo plazo para que no nos pase lo que le pasó a Uruguay".
En Mendoza, el grueso del agua de las cuencas se destina a riego agrícola, aproximadamente en una relación de alrededor del 10% destinado a potabilización para la población y arriba de un 80% para el riego y uso agrícola. "En el caso del Río Mendoza es distinto, por el área metropolitana. Aquí se va el 25% para agua potable, eso es porque hay un derroche descomunal", expresó Marinelli. El gasto excesivo, puede rondar entre los 800 y 1000 litros por persona por día, lo que es cuatro veces más del número de litros por persona por día que debería estar destinándose.
Este derroche no implica que nos quedemos sin agua, pero si "genera una complicación económica. Estamos trabajando en un plan maestro para mejorar la eficiencia. Teniendo en cuenta que de acá a 20 o 30 años van a aumentar las temperaturas y también va a aumentar la población, estamos trabajando para saber qué va a pasar y cuánta agua vamos a tener".
Según el Superintendente de Irrigación, en los próximos gobiernos habrá que hacer fuertes inversiones en obras para solucionar tanto las grandes pérdidas, como también la eficiencia en el riego agrícola. "Estamos empezando a utilizar tecnología, a través de imágenes satelitales, para detectar los consumos precisos en los sectores de cultivo. La idea es controlar de manera precisa la cuenta de agua en cada cauce".
"Hay que trabajar en hacer eficiente el uso del agua, tanto en el agro, como también en la casa, la empresa y la industria. En todos los usos hay que bsucar la forma de hacer lo mismo que hacemos, gastando mucha menos agua. Hace falta mucha educación de fondo, para comprender la importancia del cuidado del agua", aseguró Marinelli. "Antes había buenos planes para el cuidado del agua y la educación sobre el agua, pero la situación era distinta. Cambiaron las preguntas, no las respuestas, por lo que los planes deben ser diferentes. Antes se atendía la oferta, porque llegaba más agua de la que se necesitaba. Como ahora el agua es escasa, ahora hay que regular la demanda", explicó el Superintendente General de Irrigación, Sergio Marinelli.
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