Los clubes y la crisis: cómo hizo Pacífico para triplicar la cantidad de socios

Seguramente, visitaste las instalaciones de algún club de barrio de Mendoza, ya sea para presenciar un evento deportivo o para asistir a un acontecimiento especial como un recital o una celebración. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar cuáles son las tareas que realizan los encargados de estos clubes para mantenerlos en funcionamiento, dentro de un desafiante contexto económico. 

El Post, en línea con esta inquietud, habló con Eduardo Godoy, presidente de Andes Talleres, y con Hugo Palacios, presidente de club IMPSA, para conocer en detalle los trabajos que realizan día a día para mantener a sus instituciones como centros importantes para la recreación y la vida de las personas. En esta oportunidad, dialogamos con Augusto Carignano, presidente del Club Pacífico también conocido como Club Social y Deportivo General San Martín, y contó detalles de cómo se trabaja dentro de un club para sobrevivir a la crisis.

Carignano compartió las diversas actividades y desafíos que enfrentan los encargados de estos clubes barriales para poder mantener sus puertas abiertas y continuar brindando un espacio de encuentro y esparcimiento a la comunidad.

Te puede interesar: Cómo enfrentan la crisis los clubes de Mendoza: el caso de IMPSA

El club Pacífico está ubicado en el cuadrante entre las calles Perú, Tiburcio Benegas, Suipacha y Pellegrini, en terrenos que pertenecían a la compañía ferroviaria privada. Inicialmente, contaba con canchas de tenis y fútbol, así como espacios para actividades sociales. "El Club Pacífico se fundó el 17 de octubre de 1917, por lo que este año celebraremos su 107° aniversario. Originalmente, fue creado por la empresa ferroviaria británica Buenos Aires Pacífico como un espacio de recreación para sus empleados, junto al Barrio Ferroviario de la sexta sección", contó Augusto. 

Y agregó: "Posteriormente, cuando los ferrocarriles fueron estatizados durante el gobierno de Perón, el club pasó a pertenecer al Estado nacional y cambió su nombre a Club General San Martín, en homenaje al prócer. Finalmente, el club volvió a manos de sus socios, quienes obtuvieron la escritura del inmueble, y se construyó la piscina. En la década de 1960, se inició el proyecto del Estadio Pacífico, que se construyó en honor al antiguo nombre del club. Posteriormente, en 1980, con la realización del Mundial de Vóley, se logró obtener fondos para crear un estadio anexo, donde los equipos participantes pudieran calentar antes de los partidos. Este segundo estadio fue bautizado con el nombre de Juan de Casas, en homenaje al presidente del club que gestionó su construcción".

Cómo se trabaja dentro de un club de barrio

"Nos hemos mantenido gestionando muchos recursos a través de subsidios y proyectos solicitados al gobierno provincial y nacional. Hemos implementado una buena administración destinada a invertir todo lo que ingresa en las instalaciones del club", detalló Augusto Carignano en relación a las tareas diarias dentro del club.

Además, comentó el convenio que planificaron para las propietarios de las Torres del Procrear: "Cuando asumimos la presidencia, comenzamos a hacer convenios con la gente de Procrear y con los vecinos, ofreciendo muchas más actividades deportivas y sociales a los potenciales socios y a los socios que ya existían. El objetivo era lograr aumentar el número de socios y fidelizar a los que ya teníamos, para que permanecieran durante todo el año haciendo distintas actividades en el club". 

Carignano comentó que se han realizado mejoras en los sistemas de agua y electricidad del club. Además, se han centrado esfuerzos en el cuidado y mejora de los espacios arbolados y otras áreas del recinto. "En un primer momento, se hizo una importante inversión para mejorar las instalaciones, ya que habían pasado varios años sin ninguna inversión. Por ejemplo, se realizó una gran inversión en la parte hídrica. Este año, empezamos con la mejora de la parte eléctrica y la estructura deportiva, como la colocación de nuevos pisos, arreglo de techos, cambio de luminarias y la revalorización de espacios que estaban destruidos y abandonados. Todo esto lo pueden ver los socios, ya que el dinero de sus cuotas se destina a ir mejorando las instalaciones, los servicios y las actividades ofrecidas. Esto ha permitido que la gente confíe en la gestión y disfrute del club.", manifestó. 

"El socio es el dueño del club"

Augusto Carignano tiene en claro cuál es el papel que cumple el socio dentro del club: "El socio es el dueño del club, por lo que es fundamental explicarles eso y hacerlos partícipes, para que entiendan la importancia de cuidarlo y exigir que se hagan las cosas. Sin los socios, nosotros no podríamos hacer nada. Hemos invertido más de 100 millones de pesos en el club, de los cuales menos del 20% ha sido mediante subsidios. El resto fue financiado a través del pago de cuotas sociales y algunos otros recursos mínimos, como alquileres de locales o eventos particulares. Pero sin el aporte de los socios, no podríamos llevar a cabo estas inversiones y mejoras". 

Actualmente, el Club Pacífico cuenta con cerca de 2.200 socios. Antes de la pandemia, el club tenía alrededor de 700 socios. Después de la pandemia, la membresía creció hasta llegar a los 1.300 socios. "En los meses de verano, el número de socios alcanzó los 1.600. Gracias a los esfuerzos realizados, hemos logrado mantener el número de socios por encima de las 2.000 personas. Este incremento significativo en la membresía del club demuestra el creciente interés y la importancia que la comunidad le otorga a las actividades y servicios que ofrecemos", explicó el presidente del club Pacífico. 

Subsidios, una ayuda vital para el club

Al momento de hablar de subsidios, Carignano reveló el importante proyecto que realizaron en el club: "La gestión anterior había recibido muy poco apoyo debido a que el club no estaba bancarizado y no tenía los papeles en regla. Nosotros hemos regularizado toda la situación jurídica, contable y administrativa del club, abriendo cuentas bancarias para poder recibir los pagos a través de transferencias. Esto era fundamental para poder recibir subsidios. Los subsidios son muy importantes, ya que cuando proponemos un proyecto y no contamos con los fondos ordinarios de las cuotas de los socios para llevarlo a cabo, necesitamos de esa colaboración y ayuda del Estado, ya sea provincial, nacional o municipal". 

"Este tipo de subsidios gubernamentales es fundamental para poder llevar a cabo obras de mejoramiento y mantenimiento en el club. Sin esta colaboración, sería muy difícil poder hacer frente a los costos de proyectos importantes. Durante la pandemia, cuando yo era secretario, en un primer momento subsistimos con los fondos de reserva del club. Luego, con las ayudas de los distintos planes gubernamentales, pudimos abonar los sueldos, ya que no había ingresos", agregó. 

Sobrevivir a la pandemia no fue tarea sencilla, pero dentro del club utilizaron todos los recursos para seguir adelante: "Además, en pandemia también elaboramos un plan para recabar fondos adicionales de los socios de mayor antigüedad. Les ofrecimos la posibilidad de pagar el año completo por adelantado, obteniendo un descuento como beneficio. De esta forma, logramos que aproximadamente 150 socios abonaran la cuota anual completa, lo que nos permitió solventar los gastos hasta que el club pudiera volver a abrir. Gracias a estas iniciativas y a la colaboración de los socios, pudimos superar las dificultades generadas por la pandemia y mantener las operaciones del club hasta su reapertura". 

Oferta de disciplinas

El club Pacífico ofrece una amplia variedad de actividades para sus socios: "El año pasado, nos propusimos ampliar la oferta de disciplinas deportivas y actividades en el Club Pacífico. Además de contar con las tradicionales disciplinas como básquetbol, fútbol sala y patinaje artístico, que siempre han formado parte de nuestra programación, ahora ofrecemos ajedrez, tenis de mesa, taekwondo, tai chí, entrenamiento funcional y otras actividades más recreativas y sociales, como teatro, zumba, aerobox, gimnasia localizada, pilates y yoga. Con esta ampliación de la oferta, buscamos cubrir los diferentes intereses y necesidades de nuestros socios, ofreciéndoles más posibilidades de mantenerse activos, saludables y socialmente conectados dentro del club", detalló Carignano.

"La mayor gratificación es ver el progreso y crecimiento del club"

Carignano indicó que ser presidente de un club deportivo es una tarea intensa que requiere estar constantemente anticipando y resolviendo diferentes situaciones. Desde que asumió el cargo, ha puesto en práctica un proyecto que venía trabajando desde hace años, el cual ha sido apoyado y desarrollado por el resto de la Comisión Directiva. "Nuestra Comisión Directiva asumió el 7 de noviembre de 2022. El periodo de gestión es de 3 años, por lo que hemos recorrido la mitad de este trayecto.  Si bien es un trabajo que demanda mucho tiempo y dedicación, el hecho de estar organizado y tener una visión clara hace que sea más llevadero. Mi familia entiende la importancia que tiene para mí este rol y me brinda su apoyo. Incluso, este año, mis dos hijas han comenzado a practicar voleibol en el club. Es un cargo ad honorem, es decir, no recibimos una remuneración económica, sino que ponemos nuestro tiempo y recursos. La mayor gratificación es ver el progreso y crecimiento del club, recibir los comentarios positivos de los socios y que incluso algunas federaciones soliciten utilizar nuestras instalaciones", concluyó. 

Te puede interesar: Cómo enfrentan la crisis los clubes de Mendoza: el caso de Andes Talleres