Cuando la microbiota intestinal es alterada la pared intestinal se inflama y la producción de serotonina se desequilibra dando lugar a episodios de ansiedad y tristeza.
Cómo cuidar bien tu intestino: que es la microbiota y cómo cuidarla
Para empezar, la microbiota es una comunidad de microorganismos que vive en un medio ambiente en particular. Se pueden encontrar diferentes tipos en cada sistema del cuerpo, como el respiratorio y el gastrointestinal. La más estudiada de todas es la microbiota intestinal, que es la que se encuentra en el tubo digestivo.
Muchas veces nos quejamos diciendo «lo siento en las tripas» una frase muy común. No en vano muchos autores científicos consideran al intestino un «segundo cerebro», el cual es uno de los pocos órganos que funcionan de manera independiente al resto del cuerpo. Su cantidad de terminaciones nerviosas y actividad es enorme, por él pasan hormonas, células inmunes, nutrientes..., con toda la información que ello conlleva.
El cerebro y el intestino están interconectados, de forma que lo que sucede «abajo» se refleja «arriba» en emociones y sentimientos. Así, un desequilibrio en la microbiota puede hacer que nos sintamos deprimidos o irritables, y un buen funcionamiento de esta, felices. Pero veamos cómo sucede esto.
El 80% de nuestro sistema inmunitario se aloja en el intestino. De él y de la microbiota que alberga, (cientos de millones de microorganismos defensores de nuestro sistema inmunológico ), en muchos casos la microbiata es afectada por una mala alimentación, el abuso de medicamentos o del estrés.
EL buen cuidado de la microbiata depende en buena medida de nuestra salud general y emocional. General, porque de una microbiota equilibrada y sana depende la cantidad de calorías que obtenemos en la digestión, los nutrientes que asimilamos y los que no. Y sí, la emocional también porque, sin ir más lejos, esa misma microbiota, si funciona correctamente, produce serotonina en el proceso de digestión (sí, la hormona de la felicidad), ¡hasta un 90% de la que tenemos en el organismo proviene del sistema digestivo!
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Por eso, cuando la microbiota intestinal está alterada por una mala alimentación, la pared intestinal se inflama y la producción de serotonina se desequilibra dando lugar a episodios de ansiedad y tristeza. La buena noticia es que, salvo enfermedades específicas, podemos influir en el estado de nuestra microbiota ?buena' a través de la alimentación: es un hecho que comer de manera saludable alivia el estrés y la tristeza. Más concretamente con alimentos de los llamados probióticos que, como su nombre indica, favorecen el desarrollo y equilibrio de esos minúsculos soldados que libran las batallas de nuestro cuerpo. Sin olvidar las fibras, que ayudan a la motilidad y al buen funcionamiento intestinal.
Si todavía no sabes de qué estamos hablando incorpora estos consejos a tu dieta:
Fermentados: Los quesos y el yogur son los más conocidos, probióticos naturales por definición, y su efecto ayuda a aumentar las bacterias buenas del intestino.
Limpiadores: Conocidos como alimentos que desintoxican como la alcachofa, el jengibre o la avena.
Antiinflamatorios: Como el Omega 3. Fibrosos: frutas, verduras, cereales integrales.
En el lado contrario de la balanza, los procesados, azúcares refinados, almidones y alcohol. Todos ellos desequilibran nuestra flora, merman la cantidad y calidad de la microbiota y provocan hinchazón.
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No menos importante, es tratar de tomar medidas para aliviar las situaciones de ansiedad y estrés cuando las estemos sufriendo, esto influye mucho en el buen estado de la microbiota intestinal y puede llegar a aumentar el riesgo de infecciones. Y por último, no quiero olvidarme de resaltar la importancia del ejercicio físico regular para favorecer la movilidad y el tránsito intestinal. Evitar el estreñimiento mediante el ejercicio sin tener que usar laxantes es importantísimo para eliminar esos tóxicos (materia fecal) que afectan a nuestro organismo.
Pensemos con el cerebro. No dejemos de cuidarnos.