Más allá de que hay factores de riesgo que agravan la situación, es cierto que cualquier persona puede sufrir un accidente cerebrovascular. Aquí, una técnica universal que indica cómo detectar que alguien está teniendo un ACV y de qué manera actuar.
Cómo asistir a una persona que está sufriendo un ACV
Luego de que el senador Alejandro Bermejo tuviera un ACV, por el cuál aún permanece internado, desde Mendoza Post quisimos conocer más sobre este derrame cerebral que puede ocurrirle a cualquier persona.
Claro que hay factores que predisponen más que otros a tenerlo, lo cierto es que si actuamos rápidamente cuando alguien de nuestro entorno está sufriendo un accidente cerebrovascular (de ahí la sigla ACV) la pronta atención médica que reciba mejorará significativamente las posibilidades de recuperación de la persona en cuestión.
Pero, ¿cómo podemos darnos cuenta si alguien está teniendo un ACV? Pues hay un acrónimo bastante sencillo que si bien proviene del inglés, se utiliza de forma universal y ayuda a que cualquier persona pueda darse cuenta si alguien está sufriendo una lesión cerebral o no.
Siempre, cabe aclarar primero, lo más importante es actuar con celeridad y llamar al 911 o al servicio de emergencia privada que cada quien tenga. Mientras tanto, son cuatro puntos a observar y parten de la sigla "F.A.S.T".
En detalle:
F: Face (cara). Acá, la recomendación es pedirle a la persona que sonría. Si hay una asimetría facial, puede ser un signo de ACV.
A: Arms (brazos). Lo segundo es solicitarle que levante ambos brazos. Si un brazo cae o no puede levantarlo, puede ser un signo de ACV.
S: Speech (habla). En tercer lugar, hay que pedirle que repita una frase simple. Si la persona tiene dificultades para hablar o tiene un habla confusa, puede ser un signo de ACV.
T: Time (tiempo). Como decíamos anteriormente, la importancia de llamar inmediatamente a emergencias o trasladar a la persona a un hospital o clínica.
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Asimismo, es fundamental que quien esté sufriendo el derrame sea colocado en una posición cómoda. Al tiempo que se desaconseja darle comida o bebida, ya que esto puede dificultar el cuadro médico y la atención.
Al momento de la asistencia médica, mientras más información se le brinde a los profesionales de la salud sobre el historial clínico de la persona en cuestión, mejor. Claro que esto no siempre es posible porque se puede estar asistiendo a una persona desconocida en la calle pero cuando es alguien de nuestro entorno y conocemos si, por ejemplo, toma algún medicamento, es crucial informarlo.
Probabilidades de recuperación al actuar con rapidez
La pronta atención médica puede mejorar significativamente las posibilidades de recuperación de una persona que ha tenido un ACV. La rapidez al momento de llamar a una ambulancia, puede aportar en recuperación de la persona ya que el tiempo es un factor crítico en la reducción del daño cerebral.
En general, cuanto antes se reciba tratamiento para un ACV, mayor será la probabilidad de una recuperación completa o significativa. Los tratamientos más efectivos para un ACV suelen estar disponibles en las primeras horas después del inicio de los síntomas y son: la administración de medicamentos para disolver los coágulos, la extracción de coágulos o la cirugía para reparar o reemplazar una arteria dañada.
Sin embargo, también hay que considerar que la recuperación del enfermo dependerá de muchos factores; como la gravedad del ACV, la edad, su estado general de salud y la rapidez con que se reciba el tratamiento. No se puede garantizar la recuperación completa en todos los casos, pero actuar rápido para obtener atención médica puede aumentar significativamente las posibilidades de una buena recuperación.
Qué es un ACV y cuáles son los síntomas
Un ACV (accidente cerebrovascular) es un derrame que se produce cuando se interrumpe el suministro de sangre a una parte del cerebro. También se conoce como ictus o derrame cerebral. El cerebro necesita oxígeno y nutrientes constantes porque ellos se transportan en la sangre para funcionar correctamente.
Si una arteria que lleva sangre al cerebro se bloquea o se rompe, las células cerebrales pueden morir rápidamente. Esto, puede provocar una discapacidad, daño cerebral e incluso la muerte.
Hay dos tipos principales de ACV: el isquémico y el hemorrágico. El ACV isquémico es el tipo más común y se produce cuando una arteria que suministra sangre al cerebro se bloquea por un coágulo de sangre. El ACV hemorrágico se produce cuando un vaso sanguíneo se rompe y se produce una hemorragia en el cerebro.
Los síntomas de un ACV pueden variar según la zona del cerebro afectada, pero suelen incluir debilidad o entumecimiento en la cara, brazos o piernas; dificultad para hablar; visión borrosa o doble; dolor de cabeza intenso y repentino; mareos; falta de equilibrio y coordinación, entre otros.
A quién le puede dar un ACV
Cualquier persona puede tener un ACV, independientemente de su edad, de su género y de su estado de salud. Sin embargo, hay ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que una persona tenga un ACV.
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Tienen que ver con la edad, el riesgo aumenta con el pasar de los años; la historial familiar, tener antecedentes; la hipertensión arterial, la presión arterial alta predispone; la diabetes, porque hay mayor propensión a tener enfermedades cardiovasculares; las enfermedades del corazón; el colesterol alto; fumar tabaco y tener exceso de peso u obesidad.