La Municipalidad de Ciudad busca el control de especies que son consideradas plagas, mediante el uso de aves rapaces, depredadoras naturales de los roedores.
La "patrulla de lechuzas" que usa Capital para eliminar ratas
La Ciudad de Mendoza culminó la segunda etapa de un proyecto destinado al control de plagas en la capital, realizado de una manera sostenible, a través del uso de otras especies depredadoras para su control: lechuzas.
Esta iniciativa corresponde al programa que lanzó el municipio, junto a Banco Galicia, denominado "Mendoza: Ciudad inspiradora", mediante el que, en el año 2023, lanzaron el Fondo Verde para la Sostenibilidad Ambiental.
En el marco de esta propuesta, y en línea con la celebración del mes de la diversidad biológica, la comuna continúa con la implementación de uno de los proyectos ganadores de la edición 2023: "Ecoepidemiología urbana: animales silvestres como centinelas y aliados", liderado por investigadores de IADIZA - IMBECU - CONICET.
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El proyecto consistió en la colocación, en distintas etapas, de un total de diez cajas nido para la especie de ave Lechuza del campanario (Tyto furcata). Estas han sido distribuidas estratégicamente en el área urbana y periurbana del territorio capitalino, lo que representa una acción más en el control biológico de especies plagas.
El Post se comunicó con Sebastián Fermani, wecretario de Ambiente y Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Ciudad, quien señaló que este proyecto "es una respuesta piloto de gestión pública al manejo de este eje problemático que sucede en las mayorías ciudades del Mundo".
En este sentido, el funcionario de Capital comentó que no se ha detectado un crecimiento de la población de los roedores en el casco urbano de la Ciudad y aclaró que la época en la que suele crecer el número de los mismos es en la etapa reproductiva de estas especies, que se da en los meses de octubre a marzo, luego de la época invernal.
Históricamente, Mendoza ha utilizado con frecuencia a otros animales, como halcones, gavilanes mixtos y aguiluchos, para controlar a las plagas de la ciudad, ya que son depredadores de roedores y palomas.
En este marco, las lechuzas, pertenecientes al orden Strigiformes, desempeñan un papel crucial en el ecosistema al actuar como controladoras naturales de roedores. Específicamente, las lechuzas de campanario, como la Tyto furcata y la Tyto alba, han sido utilizadas en diversas partes del mundo como agentes de control biológico y son las que se utilizan en la capital mendocina.
Se estima que un solo ejemplar adulto de lechuza de campanario consume más de mil roedores al año. Además, durante los dos meses que los pichones permanecen en el nido, los adultos les proveen aproximadamente 190 roedores, subrayando su eficacia como depredadores naturales.
Luego de colocadas todas las cajas, el programa contempla el monitoreo del éxito de las cajas-nido colocadas y evaluar la posibilidad de colocar más de estas cajas para que las lechuzas aniden en otros sectores de la Ciudad.
Aves útiles para el control de plagas
Estas aves rapaces suelen ser atacadas por las personas, debido a que suelen asentarse en balcones o edificios y, por miedo o desconocimiento, las personas suelen atacarlas para ahuyentarlas.
En esta oportunidad, el programa que se desarrolla por profesionales investigadores, en conjunto con el Municipio, se utilizaron lechuzas, que se adaptan bien con las otras especies de aves rapaces. El Secretario de Ambiente de Capital comentó que estas especies pueden convivir porque "las lechuzas son de hábitos nocturnos ( su actividad principal de caza es en horarios nocturnos) y por ejemplo otras aves rapaces como gavilanes mixtos que son de hábitos diurnos ( su actividad principal de caza es en horarios de día) ambas habitan en la Ciudad de Mendoza", explicó y añadió que "en este sentido, a priori no existiría una competencia negativa entre las diferentes especies de rapaces de la Ciudad".
Además, Fermani aclaró que "se debe seguir profundizando en información general sobre la biología y la ecología de las aves rapaces, que a su vez, estás especies de aves rapaces también pueden ser utilizadas como indicadores de calidad de un ecosistema".
Vale recordar que el daño a un ave de este tipo está penado por la Ley de Fauna Silvestre y que son inofensivas hacia el ser humano, ya que le huyen. Son depredadores naturales de las palomas y roedores, por lo que no implican peligros hacia las personas.
Existen más de 10 especies de aves que están protegidas por la Ley, ya que su rol de predadores de los roedores las convierten en especies útiles para el ser humano por su rol en el equilibrio en el ecosistema.
Cada una de estas aves suelen cazar en el entorno cercano a sus nidos, pudiendo consumir hasta tres roedores por día, alcanzando así un promedio anual superior a los 1000 roedores.
Sin embargo, estas aves se han visto obligadas a mover sus nidos a la periferia de la ciudad, debido al crecimiento urbano y a un entorno hostil para formar sus nidos, lo que las ha alejado del centro de la ciudad.
Además, entre las causas de su desplazamiento, se encuentra también la captura y el tráfico ilegal de estas especies. Por estas razones piden cuidar y preservar a los ejemplares que aún tienen sus nidos en las zonas urbanas.
Peligros de los roedores en las ciudades
Uno de los motivos por el que se utilizan aves rapaces para la caza y control de roedores, es evitar que sean transmisores de patógenos hacia las personas.
Si empiezan a proliferar, las ratas comienzan a acercarse al ser humano en busca de alimentos. Allí comienza el problema, porque si no hubiera una gran población de estos roedores, no iniciarían el contacto con los humanos y serían imperceptibles.
Sin embargo, al acercarse al humano, las ratas son portadoras de patógenos que pueden causar graves enfermedades. Una de las enfermedades más graves que se pueden contraer por estar en contacto con ratas es la leptospirosis, enfermedad que se puede contraer por estar en contacto directo o por superficies contaminadas por roedores.
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Es una enfermedad tratable, que se manifiesta con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general, pero que puede llegar a una fase más avanzada, de mayor gravedad. Se puede confundir con un síndrome gripal fuerte y se suele tratar con antibióticos.
Además, la mordida de la rata puede transmitir otras enfermedades de distinta gravedad.
Por estas razones, se busca disminuir la población de roedores, para evitar su acercamiento al ser humano.