A través de expresiones artísticas, un acto religioso en homenaje y una feria de productos y servicios, los presentes recordaron la memoria de Macuca.
Vecinos del Barrio San Martín recordaron al Padre Llorens con una fiesta
Este sábado por la tarde, el Barrio San Martín congregó a vecinos y vecinas para celebrar las huellas que allí dejó el Padre Macuca Llorens. Fue bajo la iniciativa de la Municipalidad de Ciudad y de la asociación IDeM (Identidad y Dignidad tras las Huellas de Macuca), a 37 años de su partida.
Del evento se hicieron presentes alrededor de 150 personas entre quienes participaron el secretario de Gobierno de la Ciudad, Rodrigo Olmedo, el concejal por la UCR Pablo Espina y la concejala Zulema Chirino.
El encuentro comenzó a las 18 hs. en la rotonda del barrio de Capital, donde se habló del trabajo que IDeM realiza por la canonización de Llorens. "Macuca" fue quien conformó la cooperativa con la que se construyeron gran parte de las viviendas del barrio y también fue responsable de la gran tradición de organización comunitaria en los barrios del oeste.
Seguidamente se presentaron los stands de comidas dulces y saladas que se instalaron en el acto para que vecinos y vecinas disfrutaran mientras se desarrollaba el evento.
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Luego, se invitó a la comunidad a compartir experiencias de la trayectoria histórica de Macuca en el escenario. Mari, una de las vecinas, expresó: "Para mí, el padre Llorens fue el que me encaminó en la fe, porque más allá de construir la casa de los hombres también se interesó mucho por las personas. De manera especial a mí me tomó en una edad muy joven y me acompañó en toda la adolescencia. Él fue mi guía espiritual porque yo en casa no tenía ese apoyo y esta fe que él me inculcó me enseñó a afrontar la vida de otra manera, que uno podía ser más persona y luchar por uno mismo de la mano de Dios".
Para acompañar el momento, se dio inicio a un show artístico que honró con música y baile al querido sacerdote del barrio. La comparsa "Sol Naciente", el grupo de danza folclórica de Gerónimo Flores en la voz y Franco Rulen en la guitarra, el coro de la parroquia "Alrededor del fuego", la banda tropical Mala Palabra, María y la murga "El Remolino" llenaron de sonrisas y diversión al encuentro de los vecinos.
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Como no podía faltar, se realizó una ofrenda al busto de Macuca y, luego, se dio fin al encuentro con el show artístico de "Caporales, luz de luna".
El Padre Llorens
El sacerdote jesuita llegó a Mendoza en 1958 con la experiencia de los "sacerdotes obreros" aprendida de la obra del jesuita Alejandro del Corro. Por esa época, dirigía a grupos de estudiantes secundarios de Acción Católica que ayudaban en la construcción de casas de un barrio obrero en las afueras de Buenos Aires.
Eligió vivir en el Barrio San Martín en la Navidad de 1964, convirtiéndose en uno de los dirigentes más importantes para que se consolide en la zona oeste de la Ciudad de Mendoza una rica tradición de organización comunitaria, que está presente en estos tiempos: bibliotecas populares, centros de jubilados, uniones vecinales, clubes y emprendimientos de la economía social.
En lo educativo, fue impulsor del centro que hoy lleva su nombre, iniciado en 1979. Surgió como un centro de formación y apoyo educativo, que dio respuesta a una necesidad de las familias del barrio, para que sus hijos pudieran concluir la escolaridad obligatoria. En 1989 pasó a ser una escuela primaria común y en el año 2001 se inició el nivel secundario.
Este constante progreso comunitario permite hoy a sus estudiantes y sus familias acceder a una profunda y sólida formación personal y social. Pocas experiencias comunitarias en la historia reciente de Mendoza han sido tan movilizadoras como la de Llorens desde el punto de vista social. Y siguen presentes en la memoria y en las prácticas de esta querida comunidad del Barrio San Martín.
Macuca Llorens murió el 19 de noviembre de 1984 en Buenos Aires, pero seguía viviendo en una piecita de la parroquia del Barrio San Martín. Por ello su comunidad logró que sus restos mortales descansen en su parroquia "Virgen de los Pobres", por la que tanto trabajó después de que los "hombres tuvieron su casa", en la intersección de las dos calles principales del barrio, una de esas calles lleva su nombre como justo homenaje a su fecunda obra y nos lo recuerda a cada paso que damos.