En las calles de Mendoza es cada vez más frecuente ver a personas sin protección facial. El calor y los números alentadores hacen bajar la guardia. Especialistas recomiendan su uso obligatorio.
¿Es hora de soltar barbijos y tapabocas?
El 13 de abril de 2020, el Gobierno de Mendoza anticipó al resto de las jurisdicciones del país y estableció, a partir del 15/04/2020, el uso obligatorio de elementos de protección facial contra el Covid: tapabocas, bandanas, pañuelos buff, cuellos multifuncionales, barbijos. La normativa en la provincia contempla fuertes multas (de hasta $50.000) para quienes no cubran nariz, boca y mentón para circular en la vía pública, ingresar o permanecer en locales comerciales, en dependencias de atención al público y en medios de transporte público.
Aunque estricta, la medida fue más que exitosa, ayuda a prevenir contagios y el respeto fue casi total desde el minuto cero en todo el territorio provincial. Sin embargo, los días primaverales y la pronunciada baja en los contagios y en el porcentaje de positividad de testeos han generado cierto relajamiento, incluso en farmacias y locales del centro la venta de barbijos o similares ha disminuido de manera considerable, según percibimos en una recorrida por la zona.
En las calles mendocinas cada vez son menos quienes usan protección facial, mas tampoco hay controles que lo exijan con rigurosidad o que impongan un castigo por la violación al Decreto 518. Los rostros al descubierto son frecuentes en plena calle, incluso en el centro de Mendoza.
Ver también: La Justicia Electoral determinó que quiénes tengan Covid, no voten
La situación parece controlada y lejos del pico de casos de octubre de 2020 (si comparamos épocas del año similares) o de marzo a mayo de este año, pero el excesivo relajamiento puede generar un efecto rebote y hasta un nuevo y temprano brote de contagios, aseguran los expertos.
El porcentaje de inoculados en Mendoza es un dato que ayuda a entender. En la provincia, según el Monitor Público de Vacunación se han aplicado 1.179.794 primeras dosis (58,68% de la población), en tanto se han completado 674.582 esquemas (33,55% de la población). Además, se han registrado163.339 casos confirmados de coronavirus desde el comienzo de la pandemia hasta este jueves.
Sergio Saracco, director del Observatorio de Salud Pública de la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo habló con el Post y expresó su preocupación sobre el no uso de tapabocas: "Sí, se están viendo menos en las calles pero no está bueno, no hay que olvidar las medidas de protección personal, lo más efectivo es barbijo, distancia social y ventilación".
"El tapabocas sirve para proteger al otro, sin barbijo estoy 'escupiendo' virus al aire. Su uso es un acto solidario y esos que vienen con válvulas son 'barbijos egoístas'", deslizó el especialista.
Ver también: Covid en Mendoza: 7% de positivos y 12 fallecidos
"Ante este escenario de la variante Delta, que va a ser una realidad. Esto se puede controlar siendo menos vulnerable, cómo se puede hacer: teniendo las dos dosis y los elementos de seguridad y protección para disminuir la exposición al virus", concluyó Saracco.
La medida sigue vigente en Mendoza, aunque su acatamiento sea cada vez menor, salvo en locales comerciales. En los departamentos la situación es similar y los apercibimientos no superan de esa instancia salvo contadas excepciones.
Para citar un ejemplo, según la información propiciada por la Ciudad de Mendoza, desde que el país entró en aislamiento el 19 de marzo de 2020, en la Capital provincial aplicaron 8.934 multas por incumplimiento de las medidas sanitarias. De esta cifra 1.033 fueron por no usar tapabocas, el resto fueron por circulación sin permiso o fuera de horario.
El relajamiento y las pequeñas concesiones por parte de las autoridades parecen llevarse bien, pero aunque los números sean más que alentadores (menos del 10% de positividad de testeos en la última semana), el mendocino debe mantener la guardia alta si no quiere sufrir la embestida de una nueva ola y restricciones que frenen esta casi normalidad que vivimos en la provincia.