Está terminando el ciclo lectivo y se viene el balance. Cuáles fueron las claves del éxito y cómo fue el trabajo con el Ministerio de Salud. El protocolo "a la mendocina", los contagios y la tensión. Desde la DGE cuentan los detalles.
Pros y contras de las clases "a la mendocina"
Llega fin de año y con ello la culminación de un nuevo ciclo lectivo. Pero no es uno más. La particularidad de la pandemia del coronavirus que comenzó en el 2020, llevó a medidas en el sistema educativo que algunas salieron bien y otras no tanto. Desde el Gobierno de Mendoza, del gobernador Rodolfo Suarez para abajo, destacan la insistencia y la convicción -por momentos en contra de la nación- por mantener la presencialidad en las escuelas a pesar de momentos tensos con el crecimiento de contagios en la sociedad.
Mendoza Post dialogó con Graciela Orelogio, subsecretaria de Educación de la Dirección General de Escuelas (DGE) quien hizo un balance y puso en valor las cosas que se hicieron bien. "Desde el 13 de marzo de 2020 que dejamos las escuelas y ese domingo a la noche nos enteramos de que el lunes no podíamos volver, ese mismo día el equipo de Gobierno se reunió con una clave: los indicadores. Desde el momento cero supimos que teníamos que analizarlos. Nadie sabía de qué se trataba la pandemia ni cuánto iba a durar. Sí tuvimos claro que todo lo que iba pasando lo teníamos que registrar", comenzó la funcionaria.
Esto generó que los llevara a tomar medidas que considera que fueron "difíciles" y a la medida que fue pasando el tiempo se encontraron "soluciones". Si bien es cierto que la virtualidad atraviesa nuestra vida desde hace tiempo, pero aplicarla al cien por ciento, era un hito histórico. "En 15 días muchos docentes y alumnos ya estaban conectados. Se adaptaron rápidamente, no como todos hubiéramos querido pero se avanzó", agregó.
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En la medida que avanzó el año, luego del receso invernal, Mendoza comenzó a pedir a la nación el regreso a la presencialidad porque veían que en las escuelas si se cumplían todas las medidas preventivas como burbujas. Pero recién a mediados de octubre, Nación aprobó volver a la presencialidad y finalmente la provincia volvió a las escuelas el 20 de noviembre.
"Esta presencialidad del 20 de noviembre al 15 de diciembre nos permitió entender varias cosas. Primero, que los chicos dentro de la escuela no se sacaban los barbijos; segundo, que por poquita presencialidad los resultados eran mejor que en la virtualidad; y tercero, que cuando volviéramos en febrero, tenía que ser presencial", contó Orelogio.
La clave de la presencialidad en el 2021
"Creo a esta altura, después de transitar la presencialidad en casi el 99% de las escuelas que fue fundamental el trabajo articulado con Salud. De hacer un protocolo muy duro que nos mandara al aislamiento ante cualquier caso sospechoso de coronavirus y por supuesto el cumplimiento de los docentes, alumnos y directivos dentro de las escuelas. Eso fue fundamental", explicó la subsecretaria de Educación de la provincial.
Pero destacó otro factor: el de los padres. Que en los casos de un contagio sospechoso en el entorno familiar, no mandaron a sus hijos a la escuela. "Esa responsabilidad generó confianza en el establecimiento. No hay ningún brote que se haya dado dentro de las escuelas".
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"Mucha presencialidad muy cuidada" fue el lema y el objetivo de la DGE donde se comunicó a los supervisores que les explicaron a los directivos cómo se cumplía ese protocolo donde se coordinó con Salud y también con la Subsecretaría de Transporte.
Tensión por los contagios
Lo complicado fue en mayo. Aumento de casos y la tensión porque no llegaban las vacunas para los docentes. "Cuando empezamos el ciclo lectivo dijimos que si llegamos al 15 de mayo con presencialidad, iba a ser un semestre exitoso. Esa semana con tres días hábiles donde el gobernador suspendió las actividades fue la complicación por el frío", comentó.
Pero Orelogio señaló que hubo algunas situaciones en escuelas secundarias donde los chicos se juntaban los fines de semana, encerrados, y la semana siguiente repercutía en la escuela y había que cerrar. "Tuvimos muy pocas escuelas, no sé si llegamos a 10 de más 2.000 establecimientos", contó.
Casos exitosos
El éxito que destacó la funcionario fue el de las escuelas rurales que no tuvieron ningún día de aislamiento, sobre todo en el nivel inicial y en escuelas primaria. "Porque la gente vive más al aire libre, se cuida mucho el protocolo, van caminando, las aulas más grande y más ventiladas. No se juntaban por afuera. Es altamente positivo", detalló.
"Ninguna actividad tuvo un protocolo tan estricto como el nuestro. Esto fue la clave del éxito y lo otro, fue todos días tener los datos en el GEM. Sabíamos en tiempo real la situación", concluyó.
Estos fueron el argumento que utilizó José Thomas en el Consejo Federal de Educación para pedir la apertura de las escuelas en Mendoza. Y aclararon que en ningún momento del año ese índice de contagios pasó en los niños del 1% y de los docentes el 2%.