Los hermanos están con prisión preventiva y a la espera de la elevación a juicio de la causa en la que habrían estafado a más de 150 personas. Los detalles del sistema con el que seducían a presuntas víctimas.
Cripto Country, el videojuego "copy paste" por el que acusan a los Caroglio
Un universo paralelo en el metaverso en la cual es posible comprar terrenos, barrios y locaciones virtuales, jugando un videojuego. Eso era Cripto Country, la plataforma que desarrollaban los hermanos Giovanni, Genaro, Gitanjalill Caroglio, acusados de estafar a más de 150 personas con un presunto esquema Ponzi con el cual prometían altos intereses en dólares.
A través de una supuesta firma llamada We Are Capital, ellos atraían inversores a los que les habrían prometido poner a trabajar su capital, hacer inversiones, con retornos del 4%, 6% u 8% por mes y en dólares.
En principio la mecánica respondería al funcionamiento de los esquemas piramidales ya que no tenían problemas en pagar esos intereses prometidos porque tenían liquidez y los inversores seguían entrado. Pero cuando la situación se tornó un cuello de botella, crearon Cripto Country para responder a sus acreedores pagándoles a través de un NFT.
¿Qué es un NFT?
Significa "Token No Fungible" por sus siglas en inglés, es un tipo de activo digital que representa la propiedad de un objeto único en internet. Para entenderlo mejor, una persona compra una obra de arte física, como un cuadro. Aunque otras personas puedan ver copias o fotos de esa obra, solo el comprador tiene el original y puede probar que es el dueño. En el mundo digital, los NFT funcionan de manera similar, pero en lugar de tener un cuadro físico, tenés un archivo digital que podría ser una imagen, un video, una canción o incluso un tuit. Lo que hace especial a un NFT es que es único y no se puede intercambiar por otro exactamente igual (por eso es "no fungible"), a diferencia de cosas como el dinero, donde un billete de 100 dólares es igual a otro billete de 100 dólares.
Según la querella, a cargo de Juan Franco Ferraris, este token no tenía ningún respaldo que acreditara su valor económico ya que, como ocurre con el dinero físico, debe tener un respaldo en criptomonedas, reservas.
Ver: Otro escándalo en el caso Caroglio por abogado que "se dio vuelta"
La interfaz de Cripto Country
En una de las tantas audiencias que ha tenido el caso, el perito especialista en video juegos, Luis Guillermo Núñez Gacitúa, expuso los argumentos por los cuales la querella afirma que no hubo tal desarrollo del juego, sino que fue una "pantalla".
Según el informe de Núñez Gacitúa, Cripto Country fue desarrollado con Unreal Engine, un motor de videojuegos que permite a los desarrolladores crear videojuegos, aplicaciones, películas y otros tipos de contenido interactivo en 3D. El documento del perito es extenso y con muchas precisiones técnicas, pero lo que deja en claro es que, quién desarrolló la interfaz del video juego, incurrió en errores básicos, como por ejemplo, desarrollar un avatar (un personaje del juego) exactamente igual al que aparece en Unreal Engine y que incluso tiene el mismo logo de esta plataforma. También precisa que desarrollar la interfaz de un juego con Unreal Engine no requiere demasiados conocimientos de programación, estima que se hace en 90 horas y a través de tutoriales de Youtube. Incluso, en otro tramo del informe, compara los gráficos de Cripto Country con gráficos de banco de imágenes gratuitos como Sketchfab.
Estas condiciones generales, estarían lejos de la complejidad que requiere un video juego en el cual se pueden hacer operaciones de mucho dinero, comprando con criptoactivos.
¿Y las inversiones?
Retomando el punto de partida de la causa que es We Are Capital, la querella argumenta que los Caroglio no solo recibían dinero en efectivo, sino también tomaban bienes de los presuntos inversores.
Por citar un caso, uno de los denunciantes entregó una casa, una camioneta y una moto. Esa vivienda habría sido cedida a unos primos de los hermanos que estuvieron viviendo un año allí. La propiedad pudo ser recuperada porque no hicieron el cambio de titularidad. Otro de los casos testigos detalla que la persona entregó un camión que luego fue transferido a nombre de una empleada de la municipalidad de Luján de Cuyo, que sería familiar de los acusados. Este pase de manos de bienes muebles e inmuebles mostraría que el capital no era invertido en supuesto trading (compra y venta de activos financieros que se enfoca en aprovechar fluctuaciones de precio a corto plazo), sino que era utilizado para pagar a los inversores.