El Arzobispado emitió un comunicado para dar conocimiento a la comunidad de la presencia de dos curas que no están autorizados a presidir misas ni a administrar ningún sacramento en la provincia.
Advierten "graves irregularidades" sobre dos curas en Mendoza
El Arzobispado de Mendoza emitió este sábado un comunicado en el que advierte de "graves irregularidades" con respecto a la actividad de dos curas que no son de la provincia, pero se encuentran en el territorio, y no cuentan con autorización oficial para llevar adelante ningún tipo de actividad relacionada con su rol, principalmente presidir misas, pero tampoco recibir confesiones ni administrar el resto de los sacramentos de la Iglesia Católica.
A través de su sitio web oficial, el Arzobispado provincial decidió emitir el comunicado "ante distintas consultas efectuadas en estos días, y para prevenir todo tipo de oportunismos, malos entendidos o que algunos fieles se puedan ver sorprendidos en su buena fe".
En concreto, se trata de dos curas. El padre Gustavo Daniel Caro y el padre Andrés Quiroga. El primero, del Clero de La Pampa, está "presente en nuestra Arquidiócesis sin ningún tipo de autorización para ejercer su ministerio pastoral", advirtieron, y el comunicado explica que "no tiene licencias ministeriales en su diócesis de origen ni tampoco aquí en Mendoza, por lo que no puede presidir la Santa Misa en ninguna capilla ni en su casa, ni recibir confesiones, ni administrar los restantes sacramentos o asistir a matrimonios".
El segundo es del Clero de Venado Tuerto, quien se encuentra "en nuestra arquidiócesis por razones de salud", pero tampoco cuenta con "licencias ministeriales para presidir la Santa Misa en ninguna capilla ni en su casa, ni recibir confesiones, ni administrar los restantes sacramentos o asistir matrimonios en esta Arquidiócesis.
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Finalmente, desde el Arzobispado pidieron a los fieles estar atentos a esta situación y no formar parte de las actividades que puedan desarrollar dichos curas. "Los fieles, ahora anoticiados de estas graves irregularidades, son responsables ante Dios y la comunidad eclesial de no contribuir con su presencia a favorecer actitudes y comportamientos gravemente contrarios a la comunión".
Los curas indicados no tienen licencia para ejercer su rol en la provincia.
"Además de poder encontrarse ellos mismos como receptores de algunos sacramentos inválidos, como la confesión y el matrimonio; y sin perjuicio de la ilicitud de todos los restantes", concluyó el comunicado emitido este sábado.
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