La pobreza aprieta. Directoras de varias escuelas hicieron el planteo en la DGE por el regreso de la merienda, refuerzo indispensable de muchos chicos. Dicen que arranca el 1 de abril.
Urgencia en las escuelas por la "copa de leche"
Hay que ganar poco más de 52.578 pesos al mes en una familia tipo de dos adultos y dos menores de ocho y cinco años, para no ser pobre en Mendoza. Un sueldo que "en blanco" la mayoría de los trabajadores mendocinos, ya sea informales o no, no alcanza. El 41,5 % de los habitantes del Gran Mendoza es pobre. Ese es el contexto en el que la escuela se transforma en un refugio alimentario indispensable para miles de chicos. La "Copa de leche", esa merienda escolar que este año tendría leche y un panificado cuatro veces a la semana, es un aliado que en muchas familias no tiene sustituto. En pandemia se suspendió y se reemplazó por bolsones de comida, entregados por funcionarios, directoras, maestras y supervisoras, de a unos 80.000 por mes.
¿Y este año?
Ayer, un mensaje urgente recorrió los contactos de WahstApp de muchos comerciantes y empresarios de Mendoza. Decía: "...el equipo docente de la Escuela Cano está solicitando ayuda urgente con donaciones de meriendas". Luego aclara, "todo lo que sea cerrado, empaquetado: galletas, alfajores, turrones, magdalenas, jugos, leche chocolatada, tutucas, cereales, Ades, etc", para darles la merienda a los alumnos. El comunicado sigue: "La situación es muy dura, se han suspendido las copas de leche por el riesgo de contagio y hay niños que llegan literal llorando de hambre". Y luego, brindan los teléfonos de la directora y de una docente para hacerles llegar las meriendas. El mensaje circuló mucho ayer, hasta que llegó a la DGE. "No es cierto que hemos suspendido la entrega de alimentos. Las escuelas estuvieron cerradas, y distribuimos bolsones de alimentos. Seguimos haciéndolo en febrero y marzo. 110.000 bolsones cada mes..." aclaró una fuente de la Dirección de Escuelas, aunque admitió la preocupación. "Varias directoras han hecho el planteo para la copa de leche" advirtió. La fecha del regreso sería el 1 de abril. Entretanto, están armando una logística de merienda "en burbujas". Es decir, como distribuir los alimentos a los chicos que quedan aislados por sospecha de coronavirus en el aula de alguna escuela y que deben tomar clases virtuales.
La presencialidad no fue al 100 % en ninguno de los dos meses, por eso la DGE optó por el reparto de los bolsones. "Además, si se corta la presencialidad, de la otra manera nos aseguramos que el refuerzo llegue a los chicos" dijo la fuente consultada. La palabra "refuerzo" es clave y describe el rol de la merienda escolar. Un adicional alimentario para los chicos, aunque debe reconocerse que para algunas familias será lo único hasta que vayan a un comedor comunitario o consigan comer con la changa del día.
La DGE comenzó a entregar los bolsones el año pasado, luego de decretada la cuarentena y el cierre de las escuelas. El 26 de marzo se repartieron los primeros 79.000 bolsos pero sólo a los alumnos más necesitados, con unos diez productos tales como leche, cacao, harina, aceites y azúcar, entre otros. Se hizo en unas setenta escuelas y las familias los iban a buscar. Se fueron entregando periódicamente, y en mayor cantidad, hasta los 110.000 que se terminarán entregando este mes. Claro que con la presencialidad, habrá que buscar algún sistema combinado entre la copa de leche que contendrá -justamente- leche cuatro días a la semana, y un panificado, que en general es una tortita.
La pregunta es cómo manipular esos alimentos en el contexto escolar y evitar los contagios. La tarea estará a cargo de los celadores. En la DGE explicaron que en la escuela los alimentos se entregarán en una "bolsa cerrada" y "por protocolos", por lo que el panificado no sería un sándwich, sino tortita, factura, o incluso un turrón.
La semana pasada, el director de alimentación escolar de la DGE Franco Pulido, dijo en unas declaraciones al diario Los Andes que desde el 1 de abril se entregará la Copa de Leche, (con lácteos) a nivel inicial y primario, y con una infusión más el panificado a secundario y adultos. Y que de los 2.000 establecimientos escolares que tiene el gobierno, en 1.500 se ha entregado el refuerzo alimentario. En la misma publicación, se afirma que la DGE esté "chequeando" los padrones escolares y la presencialidad, para ver a qué chicos le toca la merienda cada vez. No está claro qué pasaría con el resto, aunque informalmente en la DGE sostienen que se seguirán repartiendo los bolsones. Y que por ello hay casi 1.400 millones de pesos de presupuesto para la alimentación escolar, unos 200 millones de pesos más que el año pasado.
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Llevamos dos semanas completas y algunos días de presencialidad, y quedan dos semanas más para llegar a abril y al regreso de la Copa de Leche a las escuelas. Desde la DGE intentan bajar el nivel de ansiedad de las directoras, que reciben el reclamo de padres y docentes, y de las familias. "Pronto habrá comunicación oficial" aseguran.
Entretanto, las familias que recibieron la ayuda van "tirando" con los bolsones. Con el 41,5 % de pobreza -medido al cierre del primer semestre del año pasado, las cifras nuevas se conocerán el 11 de mayo de este año- no es de extrañar que la mayor preocupación de las familias, en las zonas más postergadas, sea el refuerzo alimentario para los chicos.