En el sector productivo npidieron al gobierno nacional revisar el régimen de aislamiento de los contactos estrechos, porque ven en el ausentismo el mayor impacto de la tercera ola en la economía.
Empresarios piden flexibilizar protocolos para no afectar la actividad
A pesar del fuerte aumento de contagios a partir de la circulación de la variante Ómicron, la situación sanitaria está lejos de ser compleja como en las dos primeras olas de coronavirus. De esta forma, la preocupación principal es el efecto que puede tener la cantidad de contagios en la economía y en los procesos productivos por efecto de los aislamientos masivos.
Ante esa preocupación, algunos empresarios ya acercaron al gobierno la idea de flexibilizar algunos protocolos, especialmente en lo que refiere a los períodos de confinamiento. Ayer ya se realizó una reunión por el tema, especialmente porque se prevé que seguirán aumentando los contagios.
Una propuesta de los empresarios es ampliar la flexibilización de los protocolos, que ya se modificaron la semana pasada, mientras sigue avanzando exponencialmente a nivel comunitario la nueva variante del coronavirus.
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Una situación que los empresarios consideran que se debe analizar es el ausentismo por contactos estrechos, que es una de las situaciones que está generando problemas en algunos sectores productivos que se quedan sin empleados.
De acuerdo a los primeros cálculos, el protocolo para los contactos estrechos, que considera un aislamiento de cinco días si están vacunados, está generando un ausentismo laboral cercano al 20% y estiman que la cifra seguirá subiendo.
En Saluda reconocen que el tema de los aislamientos es un problema para la economía y aseguran que es un tema que está "bajo evaluación permanente".
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Sin los efectos de las olas anteriores, en el empresariado consideran que podría habilitarse algún tipo de aislamiento más corto o liberar a los contactos estrechos vacunados, como lo está haciendo en este momento Uruguay.
Todas estas medidas podrían aplicarse desde la próxima semana, siempre que las estadísticas del sistema sanitario sigan en los niveles actuales, que no generan estrés.