Acoso y obsesión: el caso Celeste Cid y un testimonio mendocino

Cómo la justicia aborda estos casos y las medidas de protección disponibles en Mendoza.

Acoso y obsesión: el caso Celeste Cid y un testimonio mendocino

Por:Tamara Sbardolini
Periodista

En las últimas horas, Celeste Cid dio a conocer el caso de "acoso" que sufre desde los 15 años. La actriz contó que el fin de semana durante la presentación de su libro en Uruguay, un hombre intentó llegar a ella aprovechando que en ese país la perimetral no tiene alcance. Además, comentó que es el segundo botón antipánico que recibe ya que son más de 20 años los que padece ese hostigamiento.

El Post accedió al testimonio de un artista mendocino(se resguarda su identidad) que vive en carne propia el "acoso" por parte de una mujer hace 8 años y que este año volvió a resurgir con intensidad.  Una historia con un gran parecido a la popular serie de Netflix "Bebé Reno".

Ambos se conocieron de manera casual relacionado a un trabajo que realizaba este hombre en ese entonces. Con el tiempo, la mujer comenzó a mostrarse demasiado interesada en su vida personal y profesional, buscando de cualquier forma concurrir a los lugares donde iba y comunicarse por las redes sociales con él.

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Inicialmente, ella asistía a eventos organizados por él, como conciertos, y mostraba un comportamiento que parecía amistoso. Sin embargo, su actitud se tornó invasiva cuando comenzó a enviar mensajes privados con tono afectuoso, a declararle abiertamente su amor, y a realizar gestos que percibió como inapropiados. Incluso llegó a afirmar falsamente ser su pareja ante sus amigos y otras personas.

Este hombre decidió distanciarse bloqueándola de redes sociales, pero ella persistió. La situación se volvió más inquietante cuando la mujer comenzó a frecuentar lugares cercanos a su domicilio y trabajo, a seguirlo en redes sociales con perfiles  falsos. Incluso se creó un perfil en X( ex Twitter), donde compartía contenido de él. Hasta le sacó fotos sin consentimiento mientras estaba en un supermercado y las compartió públicamente. Además, intentaba crear lazos con sus amigos y familiares, buscando siempre una manera de acercarse a él.

Aunque nunca recibió amenazas violentas, la presencia constante de la mujer, combinada con su comportamiento obsesivo, generó una gran incomodidad. Incluso intentó obtener asesoramiento legal para explorar la posibilidad de imponer una restricción perimetral, pero según le sugirió un abogado amigo esto se le podía volver en contra.

A pesar de que su presencia ha disminuido en algunos períodos, el acoso se reactivó recientemente con mensajes en WhatsApp.

Uno de los mensajes de la mujer 

¿Cómo actua la justicia?

El abogado penalista, José Manuel Fiz Chapero(Mat. 1-38496) explicó al Post cómo se diferencian entre acciones que pueden ser molestas o invasivas y aquellas que constituyen un delito. 

"Mandarte mensajes no es acoso, porque podés bloquear a la persona y punto. Si se consigue otro número, seguís bloqueando, pero no hay  delito ahí. Una cosa muy distinta es que vos vayas a la justicia y digas que te me mandan mensajes por redes y dicen que si no te sometés a su voluntad, le va a pasar tal cosa o le va a pasar tal otra. Ahí estamos hablando de una coacción, de una amenaza agravada" explicó.

Por otro lado, el abogado Cristian Vaira Leyton aclaró que es posible recurrir a la Justicia en estos casos. Señaló que el procedimiento implica acompañar a la persona al juzgado de familia correspondiente y exponer la situación ante el juez. "Hay que exponer ante el juez de familia que esta persona tiene una actitud muy extraña, me causa temor y necesito una restricción de contacto y acercamiento de esa persona para que no esté más cerca a mí, justamente que no esté frecuentando los lugares donde yo frecuento, que no me mande cosas, que no me escriba, ni por redes sociales, ni nada", explicó Vaira Leyton, subrayando que de esta forma se puede obtener respaldo ante estas situaciones.

En Mendoza no existe el "botón antipánico", sin embargo, cuando hay casos peligrosos, como amenazas, lesiones, con casos de violencia de género, existe la opción de la pulsera recíproca: "Le colocan la pulsera al acusado y una a la víctima, siempre y cuando la víctima lo acepte. Y de esa manera suenan las pulseras cuando están a una cierta distancia una de la otra y eso avisa a la policía y también le está avisando tanto al acusado como a la víctima que están acercándose", señaló el método que existe en la provincia.

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