8 de marzo: quiero derechos, más que regalos

Este vienes 8 de marzo  se conmemora el Día Internacional de la Mujer, pero más allá de los saludos y los lindos mensajes en redes, ¿realmente entendemos por qué las mujeres no queremos regalos? 

Este día va mucho más allá de gestos simbólicos; es un llamado a la acción, una oportunidad para reflexionar sobre las brechas salariales, la violencia de género y la persistente falta de representación femenina en posiciones de poder.

El 8 de marzo conmemora la valiente lucha de las trabajadoras textiles de la fábrica Cotton en Nueva York en 1857. Estas mujeres alzaron la voz por mejores condiciones laborales, igualdad salarial y el derecho fundamental al voto. Su valentía y determinación sentaron las bases para las generaciones futuras, inspirándonos a continuar la lucha por la igualdad de género.

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Pero, ¿dónde nos encontramos ahora en esta batalla por la igualdad? En la actualidad nos enfrentamos a realidades desgarradoras, como un caso de supuesto abuso sexual en el fútbol argentino (una periodista deportiva denunció a cuatro jugadores de Vélez) y el acoso laboral en la Fórmula 1. 

Estos casos, entre muchos otros, son recordatorios dolorosos de que la lucha por los derechos de las mujeres está lejos de terminar.

Es hora de que dejemos de aceptar simplemente gestos simbólicos y nos concentremos en exigir derechos reales. 

"Queremos derechos más que regalos"

Queremos una sociedad donde todas las personas, independientemente de su género, tengan igualdad de oportunidades, donde no tengan miedo de ir a trabajar o de practicar su pasión por el deporte debido al acoso y la discriminación.

El Día Internacional de la Mujer no es solo un recordatorio de las injusticias del pasado, sino también un llamado a la acción para construir un futuro más justo y equitativo. Es un día para visibilizar las desigualdades que aún persisten en el mundo y un recordatorio de que todavía hay mucho trabajo por hacer.

Una batalla diaria

Así que, mientras conmemoramos este día, recordemos que la lucha por la igualdad de género no se limita a una fecha en el calendario. Es una batalla diaria que requiere el compromiso y la acción de todos nosotros. Juntos, podemos construir un mundo donde cada mujer pueda vivir sin miedo y con plenos derechos.

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