La inocuidad de los alimentos que consumimos a diario es un tema siempre recurrente debido a los efectos benéficos o perjudiciales que pueden tener estos en nuestra salud.
Alerta por detección de plaguicidas en tomates y espinacas
Grupos de investigación de la Universidad Maza analizaron el contenido de pesticidas en espinacas y tomates producidos en nuestra provincia. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto la necesidad de concientizar en la materia.
La inocuidad de los alimentos que consumimos a diario es un tema siempre recurrente debido a los efectos benéficos o perjudiciales que pueden tener estos en nuestra salud.
Los plaguicidas, debido a sus característi¬cas químicas, suelen ser resistentes a la degradación y muy persistentes en el medio ambiente. Su uso inconsciente genera múltiples riesgos en la salud del ser humano, como al¬teraciones respiratorias y cáncer, entre otros.
La Facultad de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Maza efectuó dos proyectos de investigación experimentales inscriptos en su área de Ciencia y Técnica. Allí se tomaron al azar cinco muestras de espinaca y cinco de tomate en distintos puntos comerciales ubicados en Guaymallén, Godoy Cruz y Las Heras. Algunos de los datos arrojados por estos estudios revelan un importante problema.
Uso indiscriminado y falta de asesoramiento
En el tomate se detectó la mayor cantidad de especies químicas. Se trata de un vegetal de gran producción a nivel mundial, por lo que cual las empresas realizan mayor cantidad de estudios toxicoló¬gicos y brindan una amplia gama de productos. Sin embargo, aunque el residual es bajo, lo ideal es que no se hu¬biese detectado.
En el caso de la espinaca también hallaron valores bajos, pero lo más importante es que son plaguicidas no permitidos para la especie, lo que demuestra un uso indebido de los mismos.
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El problema es que realizar un análisis para determinar plaguicidas es bastante caro y los controles se hacen al azar, siendo imposible abarcar todas las partidas. Vale aclarar que solo cuando los detecta un organismo de control se procede a sancionar al productor y decomisar la partida.
Por todo ello, es importante concientizar a los agricultores en el uso de plaguicidas permitidos para cada matriz alimentaria, porque un pesticida que puede ser usado en un vegetal no necesariamente tie¬ne un efecto toxicológico similar en otros.
"Generalmente los pequeños productores usan el mismo plaguicida para todas las especies, porque no cuentan con el asesoramiento técnico correspondiente o sabiendo que no los pueden usar deciden hacerlo. De ahí la necesidad de orientarlos y aconsejarlos", explica la nutricionista Ornela Ghiotti.
Herramientas para el productor
Sean pequeños, medianos o grandes, deberían llevar un "cuaderno de campo", que es un documento donde se registran todos los datos relevantes de las parcelas tratadas: tratamientos fitosanitarios realizados, plagas, fechas de siembra y cosecha, etc.
Este debería ser llevado por un ingeniero agrónomo, quien también asesora a los productores sobre el momento oportuno de aplicación, de tal manera que al momento de la cosecha el pesticida se haya degradado completamente.
En el caso de las huertas familiares también deberían recibir asesoramiento de un idóneo en el tema para saber cómo poder cuidar sus cultivos y asegurarse de no usar productos que podrán ser nocivos para su salud.
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En definitiva, como explica Ghiotti "se pueden utilizar, pero correctamente: en la dosis adecuada, aprobados para la especie y respetando el periodo de carencia para que el vegetal esté libre de restos de plaguicidas al momento de cosecha".
Cuando se utilizan de esa forma permiten un adecuado control de plagas o malezas, disminuyen el riesgo de generación de resistencia de plagas y daños de cultivos, así como la contaminación ambiental.
Los fertilizantes
Van de la mano con los anteriores y muchas veces son utilizados como un combo. Pero ¿qué sucede con ellos?
Se trata de sustancias que mejoran las características del suelo a tratar para un mejor desarrollo y rendimiento de los cultivos. Su uso excesivo también puede ocasionar consecuencias graves como degradación del suelo (aumenta de pH o pérdida de propiedades), contaminación de aguas subterráneas, crecimiento excesivo que ponga en juego la supervivencia de la planta, etc.
"Debemos apuntar a la capacitación de los productores, el control de las empresas que venden agroquímicos y la importancia del asesoramiento técnico adecuado, ya que esta problemática afecta transversalmente a toda la población", cerró la entrevistada.
Investigadoras: Ornela Ghiotti, Mariángeles Domínguez; Cecilia Llaver; Pablo Mezzatesta y Emilia Raimondo, Julieta Medina, Luciana Serruya, Jésica Diaz, Pablo Mezzatesta y Emilia Raimondo.