Febrero: lo que hay que saber para protegerse del sol de verano
¿Qué significa FPS?, ¿Qué es un fototipo?, ¿Qué tipos de fototipos hay y cómo se relacionan con quemaduras y bronceados según las características físicas de cada persona? ¿Qué tipo de protección debería usar en mi caso? Estas son preguntas que todos nos hacemos y pocas veces damos con la respuesta. Aquí se comparte en un informe del Centro de Información de Medicamentos (Cime) de la Universidad Juan Agustín Maza.
Vamos por el principio. La temporada de primavera-verano de todos los años invita a tomar sol para obtener un bronceado estético que suele estar de moda siempre. Pero no solo es una cuestión estética, sino que es fundamental para numerosos procesos fisiológicos tales como la síntesis de vitamina D, como así también los efectos que de ella derivan como la regulación del metabolismo del calcio y del fosforo, para el mantenimiento de la estructura ósea.
También influye en la regulación del ciclo de sueño-vigilia y procesos hormonales. Sin embargo, debido a la presencia de rayos ultravioleta (UVB y UVA) integrantes de la radiación solar, puede ocasionar efectos nocivos como consecuencia de una prolongada exposición y en horarios inadecuados, que van desde un enrojecimiento hasta la quemadura solar y cáncer de piel.
Para tener en cuenta
Existen trabajos publicados en los que se pone de manifiesto la relación entre exposición solar y cáncer de piel (melanoma entre los más destacados), e inclusive en el envejecimiento prematuro de la piel. La radiación ultravioleta integrante de los rayos solares también nos llega aún en días nublados como de poca luminosidad y está formada por rayos invisibles que penetran la piel y pueden provocar diversas dolencias:
- UVA: causan envejecimiento de la piel, fotosensibilización y pueden causar cáncer de piel.
- UVB: causan enrojecimiento, quemadura solar, inmunosupresión, pigmentación de la piel y predisposición al cáncer de piel.
- UVC: son filtrados por la capa de Ozono de la atmósfera, pero los más cancerígenos. El capital solar o capacidad protectora de la piel se va perdiendo con el paso de los años, es una herencia genética que está en equilibrio entre la cantidad de melanina y la facultad de reparación de las células de la epidermis. Cuando se toma sol, se consume parte de ese capital (fotoenvejecimiento), por eso, a partir de los 50 años empieza a disminuir esa acumulación y acaba desapareciendo. Un factor que condiciona el capital solar es el fototipo.
Tanto el fototipo I como el II tienen poco capital solar, por lo que se debe cuidar y repartir la exposición solar a lo largo de la vida. Una piel fotoenvejecida precisará una protección diaria frente a la radiación UV mediante una crema hidratante con un factor de protección no menor a 25. Además, cuando vaya a estar expuesta a una irradiación intensa, deberá protegerse mediante una protección extrema, ya que en estos casos es todavía más importante que el protector solar utilizado proteja de un modo independiente frente al eritema y la fotoinmunosupresión (agente reparador).
Existe gran variedad de productos de uso externo que nos protegen del sol, contienen sustancias químicas que actúan como barrera protectora (filtro) de la piel a las radiaciones, actuando tanto por medios físicos como químicos; desviando o reflejando la radiación (pastas blancas) o absorbiendo la radiación (cremas). Así los filtros se clasifican en:
- Filtros físicos: se caracterizan porque desvían o reflejan la radiación solar formando una barrera en la piel y su espectro de actuación es muy amplio ya que protege contra los rayos UVA, UVB, luz visible e infrarrojos. Son los protectores que contienen Dióxido de titanio y Oxido de cinc.
- Filtros Químicos: Son moléculas que absorben las radiaciones solares alterando su estructura molecular. Permite clasificarlos en filtro UVA o filtro UVB. Las sustancias habitualmente empleadas son: PABA (ácido Paraaminobenzoico), salicilatos y benzofenonas (oxibenzona, avobenzona, octisalato, octocrylene, homosalato yoctinoxato; entre otros.
Hay que considerar que el protector solar contiene protección química y reduce la cantidad de rayos que penetran en la piel, es decir, absorben la radiación ultravioleta. Sin embargo, el bloqueador solar o pantalla completa es un producto físico que impide por completo que la radiación alcance la piel, ya que refleja completamente los rayos UVA y UVB.