Esta vez el hielo no se encuentra en el fondo de profundos e inaccesibles cráteres que nunca han visto la luz solar, sino al abrigo de miles de «trampas frías» superficiales, repartidas en un área de 40.000 km cuadrados alrededor de los dos polos.
La NASA anuncia la «detección inequívoca» de agua en la superficie de la Luna.
Los datos, esta vez, son inequívocos. La NASA ha detectado agua en la Luna, y además lo ha hecho en su superficie y en cantidad más que suficiente para abastecer las necesidades de las futuras colonias humanas que, durante los próximos años, se establecerán en nuestro satélite de forma permanente.
La agencia espacial norteamericana llevaba varios días caldeando el ambiente para un anuncio «nuevo y emocionante», un descubrimiento hecho en la Luna gracias al Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA), un telescopio de infrarrojos montado en un avión Boeing 747 modificado.
El hallazgo, que se publica esta semana en dos artículos en «Nature Astronomy» ( aquí y aquí) no solo implica la detección directa de agua molecular (H2O) en la Luna, sino que señala también la existencia de grandes áreas, alrededor de los dos polos lunares, en las que el agua podría estar atrapada de forma estable.
Lo cual significa que podría ser fácilmente recuperada por los futuros astronautas.