Los jugadores de la Casta de Gran Engaño se enfrentaron a una poderosa bestia que acabó diezmada. ¿Un síntoma del poder lastimado?
Ley ómnibus: de monstruo ciempiés a bicho bolita
En la Casta de Gran Engaño el reality está que arde. Karina el jefe y Toto juegan para el poder y dicen ser los representantes, dentro de la casa, de Las Fuerzas del Cielo que amenazan con ajustar a Laura la peluquera monotributista, Chiquito Romero, el Negro Tecla y el resto de Las Fuerzas de Suelo, si no acompañan las nuevas reglas. Un nuevo enemigo los pone a prueba ...
Una lombriz interminable, de cuero frío, con 664 pies humanos y la cabeza de Kristalina Georgieva con ojos reptilianos, que miraban en todas las direcciones, entró en la Casta de Gran Engaño. Bondi Monster estaba entre ellos.
Era de noche. El suelo comenzó a temblar y el Negro Tecla y los otros mendocinos corrieron, de puro instinto, a ponerse debajo del marco de la puerta. Los porteños los miraron burlones aunque también estaban asustados. Laura la peluquera monotributista empezó a rezarle a San Expedito. El suelo vibraba y las paredes crujían cada vez que el Bondi Monster avanzaba. La cabeza de Kristalina ostentaba una boca feroz que lanzaba bramidos que hacían chillar los vidrios. El terror se había apropiado de lugar.
La idea surgió luego de una noche de desvelo en la que Gran Engaño y los mastines vieron la película de Tom Six que cuenta la historia del malvado Dr. Heiter que hacía experimentos humanos con gente vulnerable. Conan temía la pérdida del vigor en el encumbrado poder. Por tal motivo, ordenó a la producción la creación de este monstruo, hecho con piernas y brazos caducados. Según los últimos datos del INDEC, había 4,3 millones de indigentes. Material sobraba para enhebrar menesterosos.
Allí estaba Bondi Monster, atravesado en el patio de la Casta, haciendo un zigzag para que entrara todo su espeluznante cuerpo en el jardín. Rugía sin parar y los cientos de pies de pobres golpeaban el suelo. A esa altura, Laura la monotributista ya había prometido ir de rodillas hasta la Virgen de Tilcara si salía viva de allí; Karina "el jefe" miraba desde un rincón como quién mira "The Truman Show"; Omar de La Unión Mendoruina se sacó una selfie, de lejitos nomás, por si le servía para algo después y Chiquito Romero ya tenía preparado el saque para darle un pelotazo en la frente si la bestia avanzaba un paso.
El aguerrido Negro Tecla, nacido y criado en Las Heras, no le tenía miedo a nada, tomó la iniciativa y encaró a Bondi Monster. Se tiró a barrer como en los viejos tiempos en el césped del Víctor y levantó en el aire media docena de pies que frenaron apenas el avance, entonces Chiquito, Laura y el resto de las Fuerzas del Suelo salieron, como caciques en guerra, a defender al Negro.
La voz de Gran Engaño hizo callar el escándalo e inmediatamente le dio la voz a Toto. Detrás de una puerta, fumando un cigarrillo, pasó frente a sus compañeros y comenzó a acariciar el pelo de Kristalina, mientras le dada en la boca dedos de pobres para que se entretuviera. Toto dijo que Bondi Monster custodiaba un nuevo reglamento con artículos, distribuidos en las plantas de cada uno de los 664 pies. Dependía de los jugadores discutirlos y aceptarlos para que el monstruo no se los comiera a ellos.
Toto acarició otra vez la cabeza de Bondi Monster y Gran Engaño leyó las nuevas reglas propuestas sin que nadie se atreviera a moverse, presos del pánico. Sin embargo, si algo sabían los de Las Fuerzas del Suelo es que miedo y plata nunca tuvieron y así fue que el Negro Tecla fue a puro planchazos rompiendo las piernas del monstruo, dejando hecho añicos los ítems referidos a los artículos sobre la suspensión de la actualización jubilatoria que pretendía otorgar aumentos por decreto y en forma transitoria; las retenciones agropecuarias e industriales; el blanqueo, la moratoria y el adelanto de Bienes Personales. Laura la peluquera monotributista atacó con la planchita del pelo la zona media de Bondi Monster destruyendo las nuevas escalas del impuesto a las Ganancias que habían pedido los gobernadores.
El monstruo daba alaridos y una pelea aguerrida. Los jugadores de Las Fuerzas del Suelo eran revoleados una y otra vez hacia los ligustrines. Sin embargo, como tiburones oliendo sangre, volvían con uñas y dientes a atacar. Laura, insolada de tanto remarla en la vida, mordía con la furia de un oso el pie 106 que suspendía la aplicación del artículo 32 de la Ley 24.241 que ajustaba la jubilaciones y de la que dependía la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Asignación por Embarazo, suspendiendo también la vigencia de la prestación básica universal, la compensatoria, el retiro por invalidez, por fallecimiento y por permanencia.
Uno a uno, centenares de artículos se quebraban junto con los huesos de Bondi Monster: rompieron la iniciativa sobre blanqueo de capitales que planteaba que sería gratuito para personas que declararan menos de u$s100.000; rompieron la privatización de la totalidad de las empresas estatales, mixtas o con participación mayoritaria del Estado, permitiendo que YPF, Nucleoeléctrica, Banco Nación y ARSAT sigan siendo de capitales mixtos con mayoría accionaria pública; partieron al medio la reducción de fondos al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y el cierre del Fondo Nacional de las Artes (FNA).
Ver: Totopoderoso lo hizo otra vez
El Negro Tecla, en una pausa en medio de la batalla tomó el teclado y parafraseando al Indio Solari, cantaba: Y a nuestro héroe fiel, un ex-pilar de rugby, jarabe de la nuca untó. Reforma del Régimen Federal de Pesca. Eliminación de la restricción a la competencia. Derogación de la transferencia del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Eliminación del Fondo Fiduciario del Sector Energético. Modificaciones Código Penal, entre ellos los que alcanzaban los derechos de reunión y manifestación. Reformas al sistema Electoral. Modificación al Régimen de Protección de Bosques. Exclusión del Régimen Impositivo de la Zona Fría. Reformas a la Ley de Hidrocarburos. Le hizo ¡crack! ¡crack!el hueso al final, ¡qué ruido! ¡crack! ¡crack! ¡crack!(hasta astillar) Le hizo ¡crack! ¡crack! el hueso al final, ¡nunca nada especial!
El olor a sangre inundaba el lugar. Los jugadores de Las Fuerzas del Suelo yacían exhaustos, arañados, golpeados, bañados en sudor. En medio de los jadeos, Bondi Monster seguía en pie pero asustaba mucho menos: solo le quedaban 382 pies, 282 artículos habían sido eliminados. Seguía dando alaridos pero era un bicho mucho más manso, un insecto anémico asintomático. Gran Engaño, a los gritos, tomó el banquito que usaba para sacarse fotos con los altos y lo estroló contra la pared ...
Continuará ...