A las 14 vence el plazo para pagarle más de USD 700 millones al FMI pero se podría estirar. Antes, el organismo evaluará las negociaciones. El gobierno ha dado señales contradictorias entre el "relato" kirchnerista, y la necesidad de pagar. ¿Principio de acuerdo?
Horas definitorias y calientes para la economía argentina
Dólar blue a 223 pesos y salto del "contado con liquidación" hasta los 236 pesos. Bonos por el piso y riesgo país -la sobretasa que pagamos por ser "nosotros" en los créditos internacionales- acariciando los 2.000 puntos. Un clima de incertidumbre, desconfianza y contradicciones generalizadas invaden el escenario económico nacional hoy viernes 27 de enero, cuando la Argentina debe pagar antes de las dos de la tarde de nuestro país la suma de 717 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, en concepto de primer vencimiento del año. A la vez negocia con el organismo a contrarreloj por el endeudamiento de 44.000 millones de dólares contraído por el gobierno de Cambiemos.
El plazo de cierre de los mercados para el pago de hoy podría estirarse a causa de los mecanismos propios de la transferencia de los fondos, más el tiempo que eventualmente tarde el directorio del FMI en notificarse de un probable incumplimiento. Por eso, es factible que hoy se viva otra jornada de declaraciones altisonantes y contradictorias, y que no se pague, y que se haga en las próximas horas o el lunes, cuando vencen otros u$s 338 millones que se deben cancelar.
Hasta la madrugada de hoy, el presidente Alberto Fernández, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación Sergio Massa, el ministro de Economía Martín Guzmán, el presidente del bloque del Frente de Todos Máximo Kirchner, mantenían febriles negociaciones mientras funcionarios de Economía vía Zoom trabajaban con ejecutivos del FMI. El espíritu del gobierno es acordar. Pero no aceptan bajar el déficit fiscal como pide el FMI. El año pasado, el déficit "real" fue del 3 % y este año será del 4 %. El Fondo no quiere que sea de más de 2,5 % y además pide empezar el ajuste este año y completarlo en 2024, mientras que las cabezas políticas del Frente de Todos pulsean para "patear" el achique del gasto y llegar al déficit cero en 2027, cuando esté terminando recién el próximo gobierno. Anoche, informaciones de último momento reflejadas por Infobae, La Nación, Clarín y el oficialista Ámbito Financiero, indicaban que se estaba "cerca de un acuerdo" para que el equilibrio fiscal llegase en 2025.
La diferencia en el monto del ajuste fiscal y en el plazo, y la negativa total del kirchnerismo a ajustarse bajo la premisa que marca el "relato" de "no firmar un acuerdo que nos impida crecer", es lo que ha mantenido el clima en extrema tensión. Representantes notorios del kirchnerismo, como el ex radical Laopoldo Moreau, salieron a decir que "no pagar" es una opción. El ala razonable del gobierno contestó a través del ministro de producción Matías Kulfas: "no pagar es una irresponsabilidad". Las contradicciones latieron todo el día. Desde el Obelisco porteño hasta el edificio del Ministerio de Economía, una marcha de organizaciones sociales piqueteras sostenidas por el gobierno pedía no pagarle al FMI, mientras el ministro del mismo gobierno hacía un su cuenta de Instagram un posteo dando aire a la posibilidad de cerrar un acuerdo:
Como sea, el mundo político, económico, empresario, y sindical, y las provincias, están pendientes de estas negociaciones. Se ve difícil llegar a un acuerdo "por todo" hoy mismo, pero no es imposible. Ello dependerá de lo que logre avanzar el ministro Martín Guzmán en el frente interno y con el FMI. El ministro es una suerte de "triple agente" que debe cumplir con Alberto Fernández, con los acreedores, y con las demandas de Cristina que ya son "cuerpo a cuerpo" con el funcionario. La vicepresidenta quiere pagar pero a 20 años y sin ajuste fiscal, algo que en la economía real es imposible en un país que no crece, no genera empleo genuino ni confianza, y que va multiplicando pobreza, inflación, y déficit fiscal. El agravante es una clase política en buena parte millonaria, contra una población que no puede saber ni cuánto cuesta hoy la canasta real, mientras hay funcionarios que veranean en el extranjero o legisladores nacionales que cuentan con ejércitos de hasta setenta "asesores". Dos caras de la Argentina.
¿Cerca del acuerdo?
El "nuevo escenario" de déficit cero en 2025 mantenía ocupados anoche a Alberto, Massa, Máximo, Guzmán, y a Cristina desde Honduras. Por la mañana, la vicepresidenta había disparado contra "los organismos de crédito" y "las políticas de ajuste", calentando más la negociación.
¿Qué puede pasar? El problema no es tanto pagar hoy y el lunes el paquete por poco más de u$s 1.000 millones porque hay algo de liquidez y "Derechos Especiales de Giro". Lo difícil sería cumplir en marzo con un vencimiento por u$s 2.900 millones. Por eso, el gobierno quiere asegurarse hoy un acuerdo, antes de pagar. Algo similar hicieron Néstor Kirchner y Roberto Lavagna en 2003, cuando demoraron unas horas un pago al FMI de casi tres mil millones de dólares. Ahora, si no se llega a un acuerdo "por todo" y no se pagan los vencimientos de este mes y el de febrero, Argentina dejará de recibir inmediatamente fondos de todos los organismos internacionales, incluyendo el BID y el Banco Mundial, fundamentales en obras de infraestructura. El coletazo llegará a las empresas argentinas que se quedarán sin financiamiento internacional, y que tendrán problemas para el comercio exterior. ¿Se llegará a ese punto? Habrá que verlo en las próximas horas.
Los números parecen chicos al hablar de porcentajes inferiores a un dígito. Pero tocar unas décimas de déficit implicaría ajustes fenomenales de gasto público que el gobierno -y en esto están de acuerdo todos en el oficialismo- no quiere afrontar. Eliminar subsidios de electricidad y transporte, por caso, significaría un tarifazo colosal.
Un "paper" reservado que circulaba anoche en la oposición, que no ha participado ni fue comunicada de ningún punto de la negociación, resumía la situación, al menos la que ven los economistas de Juntos por el Cambio, y que contenía algunos de los siguientes puntos.
1. El acuerdo sería exigente, pero no imposible de cumplir.
2. Las reservas netas que hay son de 1.500 millones de dólares, pero en cuatro días hábiles hay que pagar poco más de 1.000 millones.
3. El gobierno perdió tiempo. El vencimiento de hoy se conoce desde hace 40 meses. Perdieron 12.000 millones de dólares de reservas aún con un superávit comercial de 27.000 millones entre los años 2020 y 2021. Pidieron plazos que no están en el estatuto del FMI (20 años), bajar intereses del 4 % de la deuda, que nos presten Derechos de Giro, que nos rescaten China y Rusia.
4. La meta fiscal es dura pero no imposible. El déficit de 2021 fue 3 % pero el "inercial" de este año será de 4 % del PBI. ¿De dónde achicar el déficit? Lo que más creció en los dos años de gobierno de FdT fueron subsidios a la energía (1,5%), giros a las provincias (0,5%), empresas públicas (0,4%), gasto capital (0,3%). Y podría haber en carpeta un ajuste de las jubilaciones del 0,4 %, aumentando los haberes por debajo de la inflación.
Otros analistas ven venir mayor inflación, producto de la emisión monetaria como fuente de financiamiento. La inflación licuará gastos del Estado, salarios y jubilaciones, "colaborando" en reducir el déficit fiscal, a costa de la capacidad de compra y ahorro de millones de argentinos.
Finalmente, aunque funcionarios del gobierno y del FMI corren de un lado a otro con planillas de Excel y ánimo febril, y el kirchnerismo insiste en su "relato" anti ajuste, cabría preguntarse qué tan serio es negociar metas con la Argentina de hoy. "Es casi un chiste... hablar de equilibrio fiscal en 2025, o 2027, sin saber qué PBI habrá en aquellos años o cómo estaremos... cómo vamos a llegar, con qué inflación, quién va a gobernar, qué planes va a tener, es un poco increíble... aquí es difícil planificar a tres meses... ¿Quién puede hablar de metas a cinco años? Es como si nos pusiéramos a armar en un papel la formación de la Selección argentina, pero no para este mundial, el de Qatar, sino para el de 2026..." dijo el economista mendocino Carlos Ponce. Presidente además de la empresa editora de Mendoza Post.
Cuando la situación económica se tensa como la actual, con la desconfianza aparecen los fantasmas de 2001. The Economist incluyó un editorial en su sección Américas en la que habla de la Argentina. Luego de describir el descalabro, escribieron que "incurrir en atrasos con el FMI cortaría a la Argentina del crédito de otros prestamistas multilaterales, una de las pocas fuentes de crédito que le quedan. En el peor de los escenarios un default podría gatillar un pánico similar al de 2001". Tras criticar con dureza al gobierno pero también a la oposición, la publicación especializada dice que "Un acuerdo con el FMI sin un compromiso de reformas y un cierre más o menos rápido de las cuentas públicas compraría un poco de tiempo, pero no estimularía el crecimiento ni permitiría recuperar la confianza de los inversores. Pero peor sería un default que dispare una crisis similar a la de 2001. La perspectiva es sombría y tiene aire a déjà vu" remata la publicación.
Más de este tema: El FMI anunciará el avance de las negociación con Argentina