Sin Aerolíneas: las 8 empresas a privatizar que quedaron en la Ley Bases

Finalmente, el oficialismo aceptó eliminar a Aerolíneas Argentinas, el Correo y RTA de la lista de empresas "privatizables".

Sin Aerolíneas: las 8 empresas a privatizar que quedaron en la Ley Bases

Editó: Santiago Montiveros

Finalmente, ni bien arrancó la sesión, el senador Bartolomé Abdala, de La Libertad Avanza, confirmó la modificación de la lista de empresas estatales sujetas a privatización, incluidas en la Ley Bases, excluyendo a Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina (RTA) tras intensas negociaciones y presiones de diversos sectores.

La iniciativa original generó una fuerte oposición, especialmente de los sindicatos y algunos sectores políticos que argumentaban la importancia estratégica y social de estas empresas. Finalmente, el Gobierno cedió y propuso excluir a estas tres compañías del listado de privatizaciones.

Con esta modificación, la lista de empresas estatales que siguen en la mira para ser privatizadas quedó reducida a ocho:

1- AYSA (Agua y Saneamientos Argentinos S.A.)

2- Energía Argentina S.A. (ENARSA)

3- Tandanor (Talleres Navales Dársena Norte)

4- DIOXA (Desarrolladora de Infraestructura y Obra Pública S.A.)

5- Intercargo S.A.C. (servicios aeroportuarios)

6- Nucleoeléctrica Argentina S.A.

7- Fabricaciones Militares Sociedad del Estado

8- Administración General de Puertos S.E.

Quienes se oponían a incluir en la lista a Aerolíneas Argentinas hicieron hincapié en que ha sido históricamente un símbolo nacional y su privatización sería vista como una pérdida de soberanía en el sector aéreo. Agregaron que el Correo Argentino, por su parte, juega un rol crucial en la logística y la comunicación nacional, mientras que RTA gestiona los medios públicos de radio y televisión, "siendo clave para la difusión de la cultura y la información pública".

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El proceso de privatización de las 8 empresas que sí quedaron en la Ley Bases será supervisado por la Comisión Bicameral y la Auditoría General de la Nación para asegurar transparencia y eficiencia en cada transacción.

Los defensores de la privatización argumentan que es necesario reducir el déficit fiscal y mejorar la eficiencia de las empresas públicas, que en muchos casos han sido vistas como ineficientes y deficitarias. Por otro lado, los opositores temen que la privatización pueda llevar a la pérdida de puestos de trabajo, el deterioro de los servicios públicos y la entrega de activos estratégicos a manos privadas.

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