La reciente condena al líder de Generación Zoe lleva a repensar lo sucedido en San Rafael durante más de un año, cuando la fiebre especulativa lo abarcaba todo.
Cositorto y el pueblo de Mendoza que finge demencia
Como ocurre tras la orgía de "El Perfume", la novela de Patrick Süskind llevada al cine en 2006, hoy en San Rafael fingen demencia tras lo que fue una "orgía financiera" que duró más de un año. Entre 2020 y 2021, principalmente, la ciudad estuvo sumida en un frenesí de esquemas Ponzi que involucró a miles de personas; prácticamente, cada familia del departamento tenía un integrante adentro de Ganancias Deportivas u otros modelos satélite que fueron surgiendo, incluido Zoe Capital, del recientemente condenado Leonardo Cositorto: la semana pasada fue declarado culpable de estafas y asociación ilícita por la Justicia de Corrientes.
En aquella "época dorada" era imposible caminar por San Rafael sin tropezar con alguien intentando reclutar a otro para una de estas estructuras, o de estar al margen de lo que ocurría en las redes sociales: carteles en las calles, redes inundadas de mensajes alusivos, reuniones públicas en coquetas cafeterías y promesas de riquezas inmediatas. Y en los estados de WhatsApp se repetían invitaciones al sueño de la rentabilidad infinita.
La fiebre especulativa lo abarcaba todo, desde las verdulerías que vendían tomates y lechuga en criptos, hasta concesionarias que aceptaban monedas virtuales a la hora de vender autos. En aquel entonces, un jubilado sabía más sobre Dogecoin que cualquier trader de Wall Street (de hecho, hoy en día el sanrafaelino promedio no habría cometido el fail del presidente Javier Milei con la cripto $LIBRA). Y cualquiera que cuestionaba la naturaleza de este negocio automáticamente era cancelado por un pariente o amigo: nadie quería quedarse afuera.
El negocio era tan rentable que hubo personas que no dudaron en cometer algún acto ilícito en busca de financiamiento: una empleada judicial llegó a falsificar 400 notificaciones con el objetivo de desviar fondos hacia estos esquemas, y otra mujer diseñó su propia pirámide y terminó condenada en un juicio abreviado por 30 estafas, entre otros casos que justificarían temporadas completas de series televisivas, una por cada empresa de streaming disponible en Argentina. Si bien los informes del PBG de Mendoza no lo reflejan, hay quienes afirman que Ganancias Deportivas fue la principal "actividad económica" de San Rafael.
GD se presentaba como una empresa que tenía un comité de expertos en apuestas deportivas que garantizaban ganancias mensuales en dólares. En realidad, era una estafa piramidal.
Pero un día los pagos se interrumpieron y el negocio en el que casi todo un pueblo participaba, se derrumbó. La escala que había adquirido Ganancias Deportivas era de tal magnitud que lo mínimo que generaría su debacle sería un apocalipsis financiero como el de Nueva York en 1929. Sin embargo, nada de eso pasó: el día después de la "orgía financiera", todo el mundo fingió demencia y hoy nadie se hace responsable de nada. ¿Por qué no hubo una crisis social de proporciones semejante al tamaño que había adquirido el negocio que acababa de derrumbarse?
De la causa judicial surge una posible explicación
"Yo me equivoqué. Pensé que habría un apocalipsis cuando se cayera la pirámide, pero nada de eso ocurrió. No hubo muertos, no hubo ajustes de cuentas, nada de eso", dijo al Post, sorprendido aún, uno de los pocos sanrafaelinos que se mantuvo al margen de aquel frenesí, y brindó una posible explicación: "Lo que pasa es que en San Rafael efectivamente la mayoría ganó, y al que había perdido le devolvieron la guita de una manera u otra". Pero, ¿cómo darle sustento científico a esa interpretación de los hechos?
Una forma de verificarlo es indagar en la investigación judicial sobre Ganancias Deportivas, que finalmente quedó en manos del fuero provincial.
Ver más: El "Cositorto mendocino" y cargo para un exintendente
Según pudo reconstruir este diario a partir de fuentes tribunalicias, en estos casi tres años la Fiscalía de San Rafael citó a más de 300 personas para declarar, pero la mitad no se presentó y los que sí asistieron brindaron testimonios que resultaron reveladores: la mayoría admitió que sabía con certeza, o sospechaba, que se trataba de un esquema Ponzi desde el principio. ¿El pueblo entero se complotó para no quedar atrapado en el colapso?
Por lo pronto, hoy quienes reclaman mayor celeridad a la investigación no son residentes de San Rafael o departamentos cercanos (también terminaron involucrándose personas de General Alvear, Valle de Uco y hasta el Gran Mendoza), sino denunciantes de otras provincias, e incluso de otros países, como Chile y Bolivia. En otras palabras, salvo contadísimas excepciones, los que realmente perdieron grandes sumas de dinero no son sanrafaelinos. "Hay gente muy caliente de otras provincias", repitió una fuente judicial. Y otro conocedor de estos esquemas Ponzi que proliferaron años atrás aseguró que "la gente de San Rafael estaba en la cima de la pirámide, no fue la que perdió".
En tanto, a los que perdieron sumas siderales y consultan semanalmente por el avance de la causa judicial, se les ha indicado que está momentáneamente paralizada por un exhorto que debe responder Costa Rica, país donde surgió y está registrada Ganancias Deportivas.
¿Por qué David Villegas no cae como Cositorto?
En la vida real, en la San Rafael de 2020-2021, quien preparó el "perfume" que generó un estado de éxtasis y trance en la gente fue David Villegas, un camionero que pasó a promocionar una empresa con sede en Costa Rica y presuntamente integrada por un comité de expertos en apuestas deportivas. La propuesta era simple: si uno invertía dinero, obtendría una ganancia mensual en dólares gracias a la sabia elección de estas personas que casi siempre apostaban al ganador.
David Villegas.
Ese discurso fue variando en el tiempo y, en un momento, las apuestas ya no eran la principal fuente de ingresos de Ganancias Deportivas según Villegas, sino el mercado Forex: dijo que había otros supuestos expertos en GD que compraban y vendían monedas con la sabiduría necesaria para ganar dinero en cada operación de compra y venta, aprovechando las fluctuaciones del tipo de cambio.
Hasta que la evidencia fue tan contundente que el propio Villegas pasó a presentarse como una víctima que, más tarde que pronto, habría descubierto que Ganancias Deportivas era un esquema Ponzi tradicional. A la vez, abandonó el estilo de vida ostentoso que mostró durante el apogeo de GD y se encargó de difundir su nuevo emprendimiento: un parripollo en la vía pública.
Al respecto, una persona no puede alegar en su defensa su propia torpeza, por lo que eventualmente podría caerle el peso de la ley encima. Sin embargo, su situación es distinta a la de Cositorto: éste es el creador y principal responsable de Generación Zoe y todo lo vinculado, como Zoe Capital, mientras que Villegas no es el fundador ni mucho menos el dueño de Ganancias Deportivas, sino su principal promotor en una determinada ciudad, lo que eventualmente hará más difícil que haya una condena en su contra.
Ver más: Cositorto culpable de estafa
La empresa de Cositorto en San Rafael
En 2021, cuando Cositorto tenía el respaldo de figuras mediáticas nacionales y financiaba un histórico club de fútbol que resurgía de su mano, como Deportivo Español, un grupo de mendocinos abrió en un coqueto paseo de compras, ubicado frente a la rotonda del mapa de San Rafael, una sucursal de Zoe Capital, que se presentaba como una "universidad del trading" y que ofrecía lo mismo que Ganancias Deportivas: retornos mensuales y en dólares, cercanos al 10%.
"Una ciudad que no se pone de rodillas ante los poderes. Ustedes son parte de esta transformación mundial", dijo Leonardo Cositorto, a través de un video, a los sanrafaelinos que colmaron un auditorio para el lanzamiento de Zoe Capital en 2021 en el sur mendocino (video inferior).
Mariano Izquierdo y Lautaro Corazza eran las caras visibles de Zoe Capital en San Rafael. En ese momento, ya había una causa en marcha contra Ganancias Deportivas, pero no se inició una investigación de oficio sobre Zoe Capital porque el Ministerio Público Fiscal provincial consideraba que debía intervenir la Justicia Federal.
Desde entonces, ninguno de los fueros inició una investigación sobre Zoe Capital en Mendoza: ninguna notificación al respecto llegó a los locales 205 y 206 del West Mall de San Rafael. Pero cuatro años después la Justicia de Corrientes encontró a su creador y máximo referente, Leonardo Cositorto, culpable de estafas.
Mientras tanto, en San Rafael, todos los que tuvieron algún grado de participación en cualquiera de estas pirámides simulan una amnesia que les facilita el trato diario entre sí. Jubilados, comerciantes, administrativos, médicos, burócratas, mecánicos, empresarios, funcionarios judiciales, políticos, docentes... todos fingen demencia.