El oficialismo coronó tres triunfos electorales ayer, en provincias que gobierna. Fue el mismo día en que se anunció la importación de alimentos, para armar fideicomisos con verdulerías y así bajar la inflación. Una idea tan descabellada como impracticable.
Salta, La Pampa, Tierra del Fuego: Espejismos con el 108% de inflación
El alivio llegó con bronca. Expresada a la perfección en la noche de este domingo 14 de mayo, por ejemplo, por la senadora nacional kirchnerista Juliana Di Tulio, de la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del país. Uno de los más pobres, atrasados y violentos, además. Escribió la senadora Di Tullio en Twitter: "Pongan a todos los jueces que tengan, gasten todo en pauta a periodistas de TV, radio, portales y diarios. Contraten también muchas granjas de trolls para armarse la realidad que les guste pero después hay que contar los votos..." Lo hizo acompañando el posteo de una placa del canal oficialista C5N en el que se mostraban los resultados electorales de este domingo en las provincias de Salta, Tierra del Fuego y La Pampa, donde los triunfos del oficialismo pan peronista eran esperables por todo el mundo. Es interesante cómo la senadora Di Tullio logró expresar la frustración por las gravísimas dificultades económicas que pasa el país, en un posteo en el que proyectó en la oposición, o en los supuestos enemigos del kirchnerismo, prácticas "K" de toda la vida. Pero sería materia de otro tipo de análisis más cercano al diván que a la política.
Ayer, horas antes del cierre de las urnas en las tres provincias en las que se preveían triunfos del kirchnerismo, el peronismo o aliados; el ministerio de Economía de la Nación informó algunas de las medidas que se tomarán desde hoy, por un gobierno que resultó conmovido por el índice de inflación de abril del 8,4 % y el acumulado anual de más del 108 %.
Una de las ideas "salvadoras" es la importación de alimentos a través del Mercado Central y la creación de fideicomisos con las verdulerías para bajar la inflación, la creación de un nuevo ente para controlar el comercio interior y exterior por operaciones y por día, y otras medidas tan peligrosas como a esta altura inútiles, como la suba de las tasas de interés desde el 91 % actual al 97-100 %.
La importación de alimentos para calmar la inflación resultaría impracticable hasta por una cuestión de tiempos en que un Estado puede resolver los temas. De sólo pensar en la implementación de fideicomisos para venderles alimentos importados a pequeños comercios de cercanía que trabajan buena parte en negro, para que tengan stock a precios "sin inflación" y que puedan vender más barato cumpliendo el plan oficial de precios justos, mueve a risa. El economista Carlos Ponce, columnista en nuestro programa Te Digo Lo Que Pienso que se emite por Radio Nihuil y presidente de la firma editora de Mendoza Post y Memo Diario, dijo que "es una medida destinada al fracaso" y recordó rápidamente el episodio de importación de alimentos durante el gobierno de Raúl Alfonsín, conocido como "Los pollos de Mazzorín". En la misma línea, el economista Juan Carlos de Pablo dijo anoche en La Nación+ que "Van a meter la gamba por un problema de velocidad... No van a bajar la inflación diciéndole al Mercado Central ‘trae verduritas de Colombia' porque acá pasó algo... Acá hay un gobierno absolutamente débil, donde Sergio Massa y Rubinstein hacen lo que pueden. En ese contexto, hay que rogar que metan la pata lo menos posible".
En 1986 y con el Plan Austral del presidente Raúl Alfonsín y el ministro de economía Juan Vital Sourrouille en plena vigencia, el entonces secretario de Comercio Ricardo Mazzorín hizo importar 38.000 toneladas de pollos de Hungría para combatir el precio avícola local que estaba por las nubes. Se sustituyó un producto de elaboración local importando otros a arancel "cero", pero se perdió también la mano de obra, la inflación no bajó sino que se convirtió en hiper, y varias toneladas de aquellos pollos no se pudieron comercializar porque se pudrieron en los frigoríficos que las compraron. Hubo juicios por ello. Ahora parece que van a repetir la historia, por lo que no cabría esperar resultados distintos. "¿Cuánto se tarda en que una organización mayorista de la provincia de Buenos Aires se organice como importador, luego traiga alimentos a tasa cero, el Estado intervenga para armar fideicomisos y subsidiar la venta de esos alimentos a pequeños comerciantes, que a su vez deben cumplir los precios justos? No van a llegar..." explicó Ponce. Es cierto. Estarán las PASO de agosto antes de que logren poner en marcha semejante mecanismo. ¿Cuántos comerciantes de cercanía podrían ingresar a una rueda así, si al menos la mitad de ellos trabaja en negro? Luego, que el universo y las creencias de cada quien amparen a los productores de alimentos de la Argentina. Van a caer en la redada y los precios no habrían bajado.
Que un ministro de economía arme reuniones domingueras con fotos, y que sea noticia todo un fin de semana, sólo habla de los sobresaltos que está pasando el gobierno nacional con una economía que no puede dominar. El índice de inflación de abril estuvo fuera de toda medida esperable, y antes de las PASO de agosto aún resta la difusión de los índices de junio y julio, y luego agosto y septiembre antes de las elecciones de octubre, a las que este gobierno va a llegar como pueda y con una inflación muy alta, al punto que las 38 consultoras y 14 organizaciones financieras que trabajaron midiendo el Relevamiento de Expectativas de Mercado publicado este mes por el BCRA y correspondiente a los últimos días hábiles de abril, dijeron que la inflación de los próximos 12 meses va a promediar 146,5 %.
Ahora, la pregunta es... ¿Cómo, con los índices de inflación y pobreza que hay, y los niveles de empleo y subempleo, el oficialismo puede seguir ganando elecciones? Las respuestas son múltiples pero hay un primer indicador: La huida en masa de gobernadores peronistas que desdoblaron sus elecciones provinciales para salvar sus territorios, es una muestra de la escasa confianza que hay en el gobierno nacional. También, que los votantes entienden que sus realidades locales son fuertemente afectadas por "problemas nacionales". De las provincias "amigas" del poder central, ya desdoblaron y ganaron sus elecciones locales La Pampa, Salta, Tierra del Fuego, Río Negro, y La Rioja. En Misiones y Neuquén ganaron frentes locales (en el primer caso en alianza con el massismo). Y en Jujuy, ganó Juntos por el Cambio. Las próximas elecciones serán el 11 de junio, con PASO en Mendoza (de momento el pronóstico es de fuerza más votada para Cambia Mendoza). Ese día se elige gobernador de San Luis (los candidatos de Alberto Rodríguez Saá tendrían ventaja), se vota legislatura en Corrientes donde ganaría JxC. En las provincias en las que aún no se votó, podrían calcularse triunfos del peronismo y sus aliados en San Luis, San Juan, Tucumán, Buenos Aires, Santa Cruz, Catamarca, Chaco y Formosa. JxC aspira a ganar Mendoza, la CABA, Corrientes, y dar el golpe en Córdoba, Santa Fe, Chubut y Entre Ríos. La oposición puede ganar o perder en una, dos, tres o las cuatro de estas provincias en disputa. La mayoría de los oficialismos locales, del partido o frente que fueren, pero especialmente los peronistas, apostaron a desdoblarse y despegarse de un gobierno nacional debilitado, sacudido por las internas y sin rumbo económico. Sólo la desconfianza que despiertan por un lado el economista Javier Milei (libertarios) y las internas complicadas de JxC, alientan alguna expectativa en el Frente de Todos.
Visto así, los triunfos electorales en las provincias gobernadas por el peronismo o aliados, las que ya se certificaron o las que van a ocurrir, no tendrían su correlato en las elecciones nacionales de octubre. Hoy, no hay encuesta alguna que dé como ganador al Frente de Todos, en ningún escenario posible de segunda vuelta. Cualquier candidato de JxC o el propio Milei, derrotaría a un candidato peronista en un balotaje.
En medio de la zozobra económica y los espejismos electorales, esta será una semana importante. El gobierno anunció que intervendrá fuerte con reservas en el mercado de los dólares financieros, dinero verde que se va del país. Es decir, que usarán reservas para frenar el drenaje del Dólar MEP y el "contado con liqui". Dólares que van a ir a la "fuga", que la van a financiar. Esto, por usar un término que el presidente Alberto Fernández utilizó mucho en la campaña de 2019. El temor del gobierno hoy sería una disparada de las cotizaciones de la divisa como hubo en abril, luego de la difusión del índice de inflación de marzo.
Y finalmente, está la suba de las tasas de interés, que va a impactar en los plazos fijos, es cierto, pero que va a encarecer el poco crédito que hay, y multiplicar la deuda que el Estado contrae a través de las leliqs. "Van a fundir a las empresas..." pronosticó el economista Carlos Ponce, en este sentido. Las tasas van a llegar al 100 %.
Un buen gobierno peronista debe cuidar el bolsillo de los argentinos. Es parte del relato. Por eso, se va a abaratar el costo de financiar las compras de artículos con el plan Ahora 12, siempre que la compra sea de bienes de consumo de origen y fabricación nacional. Y habrá un extenso alivio fiscal, pero que no reemplazará a planes de pago vigentes y en marcha.
Resulta fascinante que en el país del 108 % de inflación, los gobiernos locales aliados al nacional y al kirchnerismo ganen elecciones. Ayer mismo, sellaron tres triunfos electorales. Uno de ellos será con festejo junto a la Casa Rosada. El presidente Alberto Fernández y la ministra de Desarrollo Victoria Tolosa Paz estarán hoy en La Pampa con Sergio Ziliotto, reelecto este domingo. El gobernador pampeano es un declarado enemigo de Mendoza, y está abocado a frenar toda obra hidroeléctrica de origen cuyano.
El voto de los ciudadanos es incuestionable, siempre. Luego, cada pueblo es responsable de los destinos que elige. Sin embargo, hay que decir que en el país que importará alimentos para bajar la inflación reeditando los "Pollos de Mazzorín", festejar triunfos electorales en provincias cuyos gobernadores intentan salvar sus feudos, no sólo es bailar en la cubierta del Titanic con la orquesta que se hunde. Es hacerlo -además- con el paso cambiado y una partitura que no funciona.
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