Javier Olivera Ravasi es sanjuanino pero estudió en el Instituto del Verbo Encarnado. Es quien habría organizado la visita de los diputados libertarios a la cárcel de Ezeiza donde, entre otros exrepresores, estaba Alfredo Astíz. La Iglesia se despegó.
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La Iglesia tomó una clara distancia respecto de la actuación del sacerdote Javier Olivera Ravasi, quien se ha convertido en una figura polémica luego de organizar la visita de un grupo de diputados libertarios a la cárcel de Ezeiza, donde visitaron a condenados por crímenes de lesa humanidad.
El sacerdote, hijo de un ex militar también condenado por delitos de lesa humanidad, estudió en el ultraconservador Instituto del Verbo Encarnado en San Rafael, uno de los pocos donde todavía se utiliza la sotana.
Además, es abogado, doctor en filosofía e historia, y fundador de la Orden de San Elías. Esta orden, según sus propias palabras, es "una sociedad de vida apostólica que tiene por fin la misión ad gentes y el apostolado de la contra-revolución cultural". Sus manifestaciones públicas, muchas de ellas en redes sociales, han generado malestar y controversia dentro de la Iglesia.
El nombre de Olivera Ravasi empezó a resonar con fuerza cuando se hizo pública la reunión de los diputados de La Libertad Avanza con los militares condenados en Ezeiza. El sacerdote no solo estuvo vinculado a reuniones previas con los legisladores libertarios, sino que jugó un papel central en la organización del encuentro, que generó una enorme polémica dentro del bloque libertario y en toda la Cámara de Diputados, donde varios integrantes pidieron la expulsión de los involucrados.
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La respuesta de la Iglesia no se hizo esperar. Máximo Jurcinovic, vocero de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), advirtió que "lo expresado y actuado por el sacerdote Javier Olivera Ravasi en relación a la visita de un grupo de diputados a la cárcel de Ezeiza no corresponde ni al pensamiento ni a la actitud de la CEA", subrayando que se trató de "una acción particular y personal del mencionado sacerdote". Jurcinovic también recordó que la postura oficial de la Iglesia sobre este tema se encuentra en la publicación "La verdad los hará libres", encargada por la CEA a la Universidad Católica.
La necesidad de emitir esta declaración coincidió con el inicio de la 197ª reunión de la Comisión Permanente de la CEA, en medio de crecientes consultas y preocupaciones de organismos de derechos humanos y figuras políticas sobre la posible conexión de Olivera Ravasi con la conducción eclesiástica. "¿Está la Iglesia a favor de que los militares salgan de la cárcel?" es la pregunta que, según fuentes, ha sido planteada de manera persistente a los obispos desde que se conoció el encuentro en Ezeiza.
Este contexto ha resaltado la posición del Papa Francisco, quien ha sido enfático en su rechazo a cualquier forma de revisionismo que minimice los crímenes de la dictadura militar. Recientemente, el Papa viajó a Ostia, en los suburbios de Roma, para visitar un parque de atracciones donde Sor Geneviève Jeanningros, sobrina de Léonie Duquet, una de las monjas francesas asesinadas por orden de Astiz, lleva a cabo un intenso trabajo social. Además, recibió en Santa Marta a Anita Fernández, hija de Ana María Careaga, quien fue secuestrada durante la dictadura cuando estaba embarazada.
Fuentes eclesiásticas señalaron que Olivera Ravasi, quien está incardinado en la Diócesis de San Rafael, "no cometió ningún delito canónico", y por lo tanto, no está prevista ninguna sanción. Aun así, han advertido que es un sacerdote que, de manera individual, está promoviendo una acción política contraria a la clara postura de la Iglesia.
Fuente: Infobae
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