Qué gobierno tenemos con Rodolfo Suarez al frente, un intendente hacedor de obras que al llegar a la Casa de Gobierno se quedó justamente sin recursos para encarar ese perfil. Después de un año, se entiende mejor qué característica tiene una gestión a la que en muchos momentos se la vio demasiado quieta o postergando iniciativas para un muy relativo "después".
El relato de un año de gestión de Suarez es el "no relato"
Pocos lo saben y, a los fines institucionales, poco importa, pero la tarea en la que descansa su cerebro el gobernador Rodolfo Suarez, desde hace años, es la de afilar cuchillos, de los cuales colecciona decenas y para lo cual siempre está en la búsqueda de las piedras más apropiadas. Micrométricamente, debe concentrarse en el detalle del filo conseguido. Primero con los propios dedos, cuidando no afectarse, sino solamente agudizar el sentido del tacto hasta los límites. Ese acto, acompañado del seguimiento fijo de la mirada, para luego probar si tuvo o no éxito en la faena, que es personal y silenciosa. De una satisfacción intransferible.
El gobierno provincial cumple en la semana que se inicia un año de gestión. Golpeado como todo el mundo por la pandemia de coronavirus covid-19 es en ese contexto en donde vale analizarlo, aunque el caso del equipo liderado por Rodolfo Suarez también puede contrastarse con el anterior, de Alfredo Cornejo, de su mismo partido.
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En este punto específico puede hablarse, ya, con un período redondo transcurrido, como un gobierno con un estilo rontundamente diferente, más allá de las condiciones bajo las cuales les tocó ejercer la primera magistratura provincial a cada uno: