Desde el discurso de Cristina en el Estadio Único de La Plata, todas las miradas apuntan a Felipe Solá, quien abandonaría el Gobierno en el corto plazo.
Quienes podrían reemplazar a Solá en la Cancillería
El 2020 no fue un buen año para el canciller Felipe Solá y hace días se habla de su posible renuncia. Ante esa posibilidad, Cristina desea que ese lugar sea ocupado por alguien que ya ocupó el cargo, Jorge Taiana, quien curiosamente terminó su gestión tras un cruce con la expresidenta.
Sin embargo, Taiana dejó de lado los resentimientos y aceptó el pedido de Cristina en 2013 de ser candidato a legislador porteño, en 2017 para acompañarla en la fórmula para el Senado e incluso en 2018, luego de que se difundieran escuchas entre Cristina y Oscar Parrilli, donde la vice no hablaba en buenos términos de él.
En caso de que no haya lugar para Taiana, hay una opción B: Cecilia Nahon, quien se desempeñó como embajadora en Washington en los tiempos de la pelea con los holdouts. Del riñón de Kicillof, a los ojos de Alberto hace quedar a Taiana como una opción superior.
Sin embargo, Alberto Fernández tiene otros planes y, además, mira hacia otra dirección. Jorge Argüello, el actual embajador ante los Estados Unidos, es el nombre que más repite el Presidente y el plan que imaginan en la Rosada cierra más allá del embajador, con quien Alberto cultiva una relación de amistad desde los 19 años.
Gustavo Béliz, un hombre al que Cristina no puede ver ni de lejos desde hace años, encaja como reemplazo de Argüello y Alberto estaría dispuesto a darle ese lugar aunque signifique sacrificar el día a día de una de sus personas de mayor confianza. Después de todo, Béliz en Washington puede aportarle mucho más al Gobierno que en las sombras de Buenos Aires.
Cuáles serían los ministros apuntados por Cristina para "buscarse otro laburo"
Pero aunque parezca poco creíble, en esta puja de nombres se coló uno impensado y no es otro que Daniel Scioli. El actual embajador ante Brasil es "rosqueado" por el también embajador ante Bulgaria, Alfredo Atanasoff. El argumento es sencillo y radica en que, al ser Scioli un hombre que delega funciones sobre las que no tiene conocimiento, su designación le daría un respiro al cuerpo de diplomáticos del Servicio Exterior de la Nación. La contra es precisamente esa delegación de facultades y que se pierda el control sobre el Ministerio, algo que es el principal dolor de cabeza de Solá y, por decantación, de Alberto Fernández.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, explica más que ninguna otra cartera la diferencia de criterios entre los tres líderes del Frente de Todos: la política internacional que debe adoptar la Argentina.
Escándalo: Solá inventó una charla entre Fernández y Biden
Incluso aunque el Presidente logre imponer a otro hombre de su confianza en la Cancillería, el recién llegado se encontraría con el mismo problema que tiene hasta la fecha Solá y es la indefinición en política exterior de la Argentina. Hay una pregunta que tiene tres respuestas: ¿Cuál es el estatus del gobierno de Nicolás Maduro? Según el cristinismo, en Venezuela no pasa nada; según Alberto, es un "gobierno con rasgos autoritarios"; y, según Sergio Massa, es lisa y llanamente una dictadura violatoria de derechos humanos.
"Mientras no se defina una postura clara y concisa, es difícil que alguien quiera agarrar viaje", afirmó un miembro del cuerpo diplomático de larga trayectoria a Infobae.
Fuente: Nicolás Lucca para Infobae