El ex ministro de Economía hizo un crudo análisis de la situación económica y social actual.
Lavagna con 6 propuestas, dice que "no hay más excusas"
El ex ministro de Economía y también candidato presidencial en las últimas elecciones, Roberto Lavagna, publicó un documento titulado "Llegó la hora. No más excusas" en donde hace un crudo análisis de la situación económica y social actual, con seis propuestas para desarrollar desde el año que viene.
"La acumulación de 10 años de estancamiento, incluso retroceso económico y la pandemia, han puesto a los argentinos todos en una difícil encrucijada. El fracaso de las políticas populistas por un lado, o de ajuste por el otro, más la parálisis derivada de la pandemia, han llevado la realidad socioeconómica a niveles insostenibles como lo exponen las cifras de pobreza e indigencia, tanto del INDEC como del Observatorio de la Deuda Social Argentina (de la UCA)", arranca el texto que el economista publicó en sus redes sociales.
Lavagna pone el foco en la creación del empleo privado, "protegiendo derechos adquiridos pero incorporando a la mayoría que hoy está excluida, sin derecho alguno, a formas modernas de empleo". Y en apostar a la inversión y a la búsqueda de la productividad.
Además, propone evitar que el empleo público siga creciendo "allí donde no debe" y "penalizar el intervencionismo inútil y burocrático. En definitiva, darle más poder a los ciudadanos y menos a las estructuras, gerenciales, sindicales y a las alianzas espurias entre el Estado y pseudo empresarios".
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Las seis propuestas:
1.Poner a la creación del trabajo privado como objetivo central, protegiendo derechos adquiridos pero incorporando a la mayoría que hoy está excluida, sin derecho alguno, a formas modernas de empleo;
2.Darle a la inversión y a la búsqueda de productividad un papel central en la solución al estancamiento y empobrecimiento de los argentinos;
3.Dar equidad al sistema jubilatorio de quienes menos ganan haciendo ajustes diferentes a las jubilaciones y pensiones más altas, de modo de reducir las abismales diferencias que hoy existen entre la mínima y los sistemas de privilegio. Esto implica tanto regímenes nacionales como los inevitables cambios en sistemas provinciales, ampliamente deficitarios y cargados de privilegios;
4.Empezar ya con un proceso, que llevará tiempo, pero que no puede postergarse, de bajar los costos de funcionamiento del sistema político. Cámaras más reducidas en cuanto al número de miembros, legislativos provinciales unicamerales, concejos deliberantes marcadamente más reducidos, límites estrictos al número de asesores etc.. El efecto no es sólo de ahorro y mejor uso de recursos, sino que ayudará a la reconciliación de la política con los que más necesitan. Modificar conductas y valores es central en un proceso de cambio;
5.Evitar que el empleo público siga creciendo allí donde no debe. Creció en alrededor de un millón de personas en 15 años. Reeducar, redistribuir, penalizar el intervencionismo inútil y burocrático. En definitiva, darle más poder a los ciudadanos y menos a las estructuras, gerenciales, sindicales y a las alianzas espurias entre el Estado y pseudo empresarios;
6.Desarmar progresivamente el sistema de subsidios que privilegia la concentración en Capital y el Gran Buenos Aires, porque vacía el interior del país. Es imperioso re-federalizar la Nación. Hay que empezar con el proceso de transformación territorial, sin intervenciones asfixiantes sino con reglas de juego justas.
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Lavagna concluye: "Muchos de estos cambios los venimos proponiendo desde hace tiempo, pero la sociedad parece aturdida por los gritos de dos modelos que definimos -por consenso- como partes de 'la grieta'. Para avanzar hay que identificar a quienes ya han sido incapaces, cada uno a su turno, de empezar a revertir el retroceso y encaminarnos hacia la recuperación y el crecimiento".