El desempeño de los candidatos a presidente fue parejo. Cuidaron lo propio y tomaron muy pocos riesgos. El domingo es la segunda edición, desde la UBA.
Chicanas, stand up, y el "ítem aula" peronista, en el primer debate
Javier Milei aprobó con holgura el capítulo sobre economía y no se acomplejó en educación ni derechos humanos aun cuando dio respuestas que podrían resultar horrorosas a paladares progresistas. Patricia Bullrich estuvo floja en los temas económicos pero fue solvente al discutir de política y se acomodó cuando tomó de blanco a Sergio Massa. A la vez, el candidato del oficialismo demostró que tiene carácter de amianto para sobrepasar las bombas incendiarias que le arrojaron. Myriam Bregman cumplió su rol de "candidata de la izquierda" y hasta tiró algunos trucos de stand up. Y Juan Schiaretti... es el gobernador ultraprobado de Córdoba, con un bagaje de buenas ideas y sin ganas de meterse en la grieta.
El primer debate presidencial entre los postulantes que superaron las PASO del 13 de agosto y que representan a La Libertad Avanza, Juntos por el Cambio, Unión Por la Patria, FIT y Hacemos Por La Patria se desarrolló en la noche del domingo en el Centro de Congresos Forum, de Santiago del Estero -la "Madre de Ciudades"- para darle al primero de los debates entre los candidatos a Presidente de la Nación un color federal. El domingo que viene se hará el segundo evento obligatorio, en la UBA.
¿Sirvió este debate para cambiar o encaminar el voto de algún indeciso? Difícil. Sí, para tantear el "tono muscular" de los candidatos y resolver algunas dudas. Si Milei es capaz de controlar sus demonios, si Massa está deprimido por la inflación, si Bullrich se siente derrotada de antemano por las encuestas que la ubican tercera, y si los otros dos candidatos que completan el quinteto aportarían algo interesante.
El debate arrancó algo frío, con una Myriam Bregman inesperadamente punzante. Igual, en la primera media hora se escucharon algunas frases y palabras de esas que se anotan en un cuaderno de apuntes, para analizar luego: bestia, gatito mimoso, sangre, chantas fueron algunas. La primera fue de Javier Milei a Axel Kicillof. El libertario lo hizo para criticar la estatización de YPF. Fue la candidata del FIT la que a su vez trató al "león" liberal de "gatito mimoso" del poder económico. Y la primera alusión a la sangre fue de Sergio Massa. Lo hizo al referirse a las ideas económicas de Milei, quien a su vez trató de "chantas" a los economistas de Patricia Bullrich.
El evento duró unas dos horas. Hubo un "juego de las polarizaciones" entre Massa y Milei, a Patricia Bullrich le costó ingresar en esa dinámica y lució más segura cuando usó de frontón a Massa e incluso a Bregman, sobre todo en los temas de seguridad (asociados a Derechos Humanos) y Educación. No faltó la alusión a la muerte de Santiago Maldonado. Lo recordó la candidata del FIT y Bullrich le contestó con fuerza defendiendo a los gendarmes que fueron absueltos de aquel crimen. Inesperadamente el bloque sobre DDHH fue picante. Allí, Javier Milei dijo sin empacho que los desaparecidos no son 30.000 sino 8.753 , y que en los ‘70 lo que hubo en Argentina fue una guerra.
Es la economía...
Puede que el bloque más trascendente haya resultado el de la economía. Javier Milei ya había logrado imponer su agenda económica desde antes de las PASO, ya que la discusión de anoche fue alrededor de mantener o no el Banco Central, y de la dolarización. En este bloque Milei lució seguro. Es "su" cancha, en la que juega de local. Además, se presentó con promesas tentadoras en el primer minuto: "Se cómo hacer crecer una economía con o sin dinero, sé como terminar con la pobreza, y con la inflación" dijo. Todo el bloque giró alrededor de las propuestas de Milei y de las desventuras del gobierno nacional a raíz del deterioro de la moneda, la inflación, y la pobreza.
[Video: El debate completo]
El escándalo del momento -el "yate-gate" de Martín Insaurralde y la modelo Sofía Clerici- apareció en algunos momentos del debate, pero no fue central. Lo puso en escena Myriam Bregman en su presentación, la misma candidata luego "chicaneó" a Patricia Bullrich preguntándole por qué JxC era "cómplice" del caso de "Chocolate" Rigau, el puntero del PJ que sacaba dinero del cajero automático con 48 tarjetas de débito de supuestos empleados legislativos. La postulante de JxC la mandó a preguntarle a Massa. Más tarde, fue Bullrich quien le pidió al candidato del oficialismo que ya que va a combatir la evasión y la corrupción, "vaya a buscar a Insaurralde".
El debate tuvo un tono relativamente serio, con algunos toques de humor, un poco de nervios, muchas chicanas sobre todo en el segmento de "preguntas cruzadas", pero en general el desempeño fue parejo. Ninguno pareció sacarle mucha ventaja al resto e intentaron apegarse a sus agendas, cuidando lo propio y sin arriesgar demasiado. Sí, los candidatos opositores buscaron "limar" a Massa con la marcha destartalada de la economía, la inflación, y el caso Insaurralde. El ministro fue esquivando los golpes. A veces contestó como si no formase parte del gobierno. De hecho, después del debate, pidió que Martín Insaurralde renuncie también a su candidatura a concejal de Lomas de Zamora.
Sergio Massa fue protagonista, en el bloque de educación, de una "perlita" que podría ser mucho más que eso. Directamente, pidió el "ítem aula" para todo el país, aunque no lo mencionó como tal ni hizo referencia a Mendoza. Lo definió como "presentismo" para tener a los maestros en las aulas. Textualmente, prometió "un fondo dentro de los 8 puntos del PBI para presentismo, porque queremos a los pibes en las aulas y a los maestros también. Lo va a cobrar solamente el maestro que esté en el aula..." Esto, es el ítem aula. A primera hora de hoy cabría preguntarle al SUTE qué piensan. La mayoría de sus referentes y delegados pertenecen al peronismo y votaron por Sergio Massa el 13 de agosto.
A modo de conclusión: este debate entre un Milei contenido y de buen humor, Bullrich de menor a mayor y Massa esquivando los mandobles que le tiraban cual Nicolino en una noche de gloria; sirvió para que la gente pudiese ver el estado de ánimo y alguna preparación de los candidatos que están en mejores condiciones de ganar. Y no mucho más. Fue apenas el primer "chico" de un partido que tendrá revancha el domingo en la UBA, a dos semanas de las elecciones del 22 de este mes, cuando votemos presidente de la Nación. Un debate sin palabras ni temas nuevos. Lo esperable, en este primer capítulo.