El presidente del INCAA, Carlos Pirovano, justificó por qué el Gobierno no cerró el instituto del cine, pese a las promesas de campaña. Habló de una "bolsa de empleo" para empleados y productores, y explicó qué cambió. Entrevista con el Post.
Qué quedó en el INCAA tras el ajuste: ¿hay vida más allá de los subsidios?
"De los 4.500.000 espectadores que tuvo el cine argentino en 2023, solamente el 7% vio películas nacionales. Conclusión: estamos gastando plata en estimular el cine argentino que los argentinos no quieren ver". De esa manera, Carlos Pirovano, flamante presidente del INCAA, cuestionó la manera en la que venía funcionando el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, subsidiando decenas de producciones sin interés comercial.
En diálogo con el Post, Pirovano, economista de profesión que llegó al cargo de la mano de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, ratificó que el año pasado se llegó a subsidiar una película que tuvo 4 espectadores en todo el país y que hubo 100 películas con menos de 1.000 espectadores. "¿El subsidio termina siendo una ayuda para el cine o una ayuda para que los productores hagan un cine que la gente no ve?", insistió.
En ese contexto, Pirovano dio señales en contra de la existencia de este mecanismo, pero justificó por qué el Gobierno no eliminó el INCAA como había prometido en campaña. "El INCAA no se puede eliminar a menos que se elimine la Ley del Cine". El mismo argumento utilizó para rechazar el esquema de subsidio, previsto en la normativa vigente. De todas maneras, defendió el nuevo esquema de reparto de dinero que terminaría con el "divorcio" entre las películas que se producen en Argentina y las audiencias.
-¿Qué visión tenía del INCAA antes de asumir?
-Los números eran bastante fácil de conocer. No era un tema complicado porque se veían y además porque ya veníamos trabajando con mucha gente que tenía relación con el INCAA. Veíamos que los intentos de ordenarlo no funcionaron y que después vino el relajamiento de decir "esto no tiene arreglo, que sea lo que Dios quiera". Además estaban los claroscuros de la industria: gente que realmente se dedica con profesionalismo y que no había tenido acceso al apoyo del INCAA por motivos políticos. Y la gente que vivía del INCAA: productoras que que tenían la "llave" para poder entrar.
-Adorni dijo que el INCAA había financiado películas que no vendieron ni siquiera 10 entradas. ¿Esto fue así literalmente?
-Es así literalmente. Es información oficial. Cuando decimos que una película tuvo cuatro espectadores, no es mentira, no es invento. Es así. Sería anecdótico si habláramos de una sola película con 4 espectadores, pero de 236 películas de hubo, hubo 100 con menos de 1.000 espectadores y solamente tres vendieron más de 100.000 entradas. Otra cifra: de los 4.500.000 espectadores que tuvo el cine argentino en 2023, solamente el 7% vio películas nacionales. Y si le quitamos las dos películas más vistas, "Elijo creer" y "Muchachos", el cine argentino representó solamente el 4%. Conclusión: estamos gastando plata en estimular el cine argentino que los argentinos no quieren ver.
-Sobre el personal del INCAA, ¿cuántos empleados tenía al inicio de la gestión y cuántos tiene ahora?
-Nosotros nos encontramos con 730 empleados. Para dimensionar lo que significaba esta nómina, representaba 8 millones de dólares al año de los 15 millones que recauda el INCAA: más de la mitad del presupuesto. Esos 730 empleados estaban en 8 edificios. Hoy tenemos 400 empleados y 4 edificios: el emblemático del INCAA en Lima 319; el edificio del ENERC, que es la escuela de cine; el edificio del cine Gaumont; y el galpón donde tenemos guardadas las "latas" de la Cinemateca.
-En la campaña electoral, prometían eliminar el INCAA y que el cine funcione como cualquier otra industria, sin subsidios. ¿Qué pasó al final?
-Sí. En primer lugar, el INCAA no se puede eliminar a menos que se elimine la Ley del Cine que crea el financiamiento del INCAA. Entonces, mientras eso no suceda, el INCAA debe seguir existiendo. Lo que vamos a hacer es gastar plata lo mejor que se pueda. Hay una cosa muy interesante con respecto al libre mercado y cómo tiene que funcionar el cine. El mundo se divide en dos grandes grupos: los países que subsidian al cine y Estados Unidos, que no lo subsidia. En Europa, donde todos los países subsidian al cine, se hace el doble de películas que en Estados Unidos. Pero en Europa el 70% de la taquilla es cine norteamericano y solamente el 24% es cine europeo. Entonces la pregunta es: ¿el subsidio termina siendo una ayuda para el cine o una ayuda para que los productores hagan un cine que la gente no ve?
-Entonces usted sostiene que los subsidios no sirven porque financian a productores que hacen películas malas, pero a la vez es presidente de un organismo que subsidia a esos productores. ¿Cómo convive con eso?
-Bueno, una cosa que hemos hecho es limitar los subsidios. Ayudar al cine no solamente tiene que ser darle plata a un productor. Hay muchas otras cosas que puede hacer el INCAA, como identificar talentos en la industria del cine. Entonces, lo que nosotros decimos es "vamos a invertir mucha más plata en concursos de guion, de desarrollo, de producción, cortos de animación, para ir identificando a los emergentes, a la gente joven, talentosa, que puede aportar algo bueno para la industria. También se puede gastar plata en la escuela de cine, en los festivales como el de Mar del Plata. Hay un montón de cosas en las cuales se puede gastar plata que no necesariamente sea dinero para el productor. En todo caso, con respecto a plata para el productor, podemos identificar esa película novedosa que tiene algo distinto, eso también es válido.
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-¿Pero cómo se evaluaría que una película merece un subsidio por ser "novedosa"? ¿No habría allí un sesgo ideológico?
-A ver. El INCAA es un instituto de todos los argentinos y por lo tanto no debería estar apoyando ni un documental sobre Cristina ni Milei, como tampoco financió la serie de Menem. Fijate qué interesante esto: ¿por qué plataforma se ve cine argentino principalmente? Por streaming. Pero las producciones que son hechas para esas aplicaciones, como Netflix o Disney Plus, no tienen apoyo del INCAA y sin embargo andan bien. La verdad es que el INCAA ha sido depredado por dos grupos: los que hicieron una bolsa de trabajo nombrando empleados públicos que al final no trabajaban, como pasó en todo el Estado, y los productores que pedían un subsidio para hacer una película que no veía nadie y donde ellos se llevaban su salario.
-¿Cómo se restringió eso?
-El decreto 662 establece dos cosas muy importantes: el INCAA no puede gastar más del 20% de sus ingresos en estructura y, por lo tanto, se achicó el personal y se redujo la cantidad de edificios. Y no puede dar más del 20% en subsidios, con lo cual nos queda plata para hacer concursos, financiar la escuela de cine, coproducciones internacionales para que el cine argentino salga al mundo. Si un productor quiere hacer una película primero tiene que conseguir el 50% por su cuenta y cumplir con ciertos estándares técnicos. El INCAA ya no le dará un anticipo. Y después tendrá dos cosas: el subsidio de taquilla, que será cero si a la película no la ve nadie. Y para el subsidio más importante tenés que tener por lo menos 10.000 vistas. En cualquier caso, se paga después y, entonces, el productor asume un riesgo que antes no existía porque se financiaba enteramente con el INCAA.
-Por mucho menos a Luis Puenzo en el gobierno anterior le "prendieron fuego" la puerta del INCAA.
-Es que era su propia gente, veían a Puenzo como alguien que los traicionaba. El gobierno anterior era el gobierno de la gente que recibía estos subsidios y no estaban dispuestos a renunciar a eso. Y el gobierno no estaba dispuesto a enfrentarse a su propio electorado. Por eso Puenzo terminó afuera. Yo, a diferencia de Puenzo, no soy un director reconocido. Puenzo se enfrentó a sus pares, a su propia gente, entonces se lo comieron los "caníbales", para ponerle algún término.
-¿El esquema de "Cash Rebate" del Gobierno de Mendoza no responde a la misma lógica de dar subsidios sin importar la calidad de la película?
-No es exactamente así. El "Cash Rebate" implica que primero tenés que hacer la película y después te dan la plata. Lo que hace Mendoza es decir "tengo una industria turística floreciente y una política pública para que el mundo conozca Mendoza". Entonces, una herramienta para que el mundo conozca Mendoza es la industria audiovisual y se estableció un incentivo monetario. "Si vos mostrás Mendoza, yo te voy a pagar por esa publicidad no tradicional". Esto tiene lógica, pero me hubiese gustado más que sea una devolución de impuestos antes que una plata neta. Igual lo acepto. En realidad, en los sistemas de promoción bien hechos, el Estado aporta una parte mínima y el resto mucho más: los sindicatos, los productores, los actores son más importantes que el Estado para transformar un lugar en "amigable" para filmar. Por ejemplo, el sindicato impidiendo que Robert De Niro vaya a filmar un domingo en Argentina... Cambiar esas cosas es más importante que un subsidio para generar un lugar amigable.
-¿Cómo se termina este "divorcio" que hay entre las producciones nacionales y las audiencias?
-Me parece que si mantenemos esto de que el subsidio se pague por taquilla, vamos a estar dando un paso importante en la dirección correcta.
-¿Es cierto que el INCAA sólo se financia con un porcentaje de la venta de entradas de cine?
-No, ésa es sólo una parte. En realidad es un impuesto a las entradas de todas las películas, no sólo las nacionales. Digamos: con ese impuesto establecido para todas las películas el INCAA financia las películas que no quiero ver.
-Insisto: ¿para usted no habría que cambiar eso?
-No puedo cambiarlo, no me voy a pronunciar porque no puedo, está en la ley. Volviendo a las fuentes de financiamiento, además del impuesto incluido en las entradas de cine, el 25% de los impuestos del ENACOM también va a parar al INCAA. Fijate cómo los medios terminan financiando el INCAA: un diario, una productora, un canal, una radio podría vender publicidad más barata si no financiaras al INCAA. Estas son las fuentes de financiamiento legales, pero el año pasado hubo además 2 millones de dólares de aportes del Tesoro Nacional porque no les alcanzaba la plata.
-¿Cómo llegó a ser presidente del INCAA sin haber tenido vinculación previa con el mundo del cine?
-Yo soy miembro del PRO y trabajé en la campaña para Patricia Bullrich. Si bien no trabajé para Javier Milei en la campaña, soy liberal. Llegué porque el gobierno buscaba gente para, como no se puede cerrar el INCAA porque es una ley, generar un plan "motosierra", un ajuste real dentro del del instituto. Yo siempre digo que el INCAA es una metáfora del gobierno nacional: tenía una función específica que terminó diluyéndose en muchísimas cosas.
-¿Cuál es su podio de películas nacionales?
-A mí me gustó mucho "Nueve reinas", para mí es una gran película. Por supuesto que "Historias mínimas" me gustó mucho también. Y a mí me gusta mucho el cine viejo nacional, "Rosaura a las 10", "La guerra gaucha", las películas de Pepe Iglesias. Para mí fue una gran época del cine. Yo siempre pongo como ejemplo el cine italiano. Después de la guerra Italia estaba destruida y crearon el neorrealismo, la época más maravillosa del cine europeo, sin subsidios y después de una guerra.