Lo que iba a ser la llegada de nuevos competidores se convirtió en una noche de terror con personajes que vienen a disputarse el poder.
Los gordos paralizan la casa y la trampa de los nuevos jugadores
Cada noche, el país se paraliza para ver La Casta de Gran Engaño, el reality más visto de la Argentina. Chiquito Romero, Mónica la pobre, el Negro Tecla, Laura la monotributista, Karina el jefe, Toto y otros jugadores que entran y salen por votación del público, disputan el triunfo. Conan, Milton, Murray, Robert y Lucas digitan las reglas y deciden el destino de los participantes ...
Los jugadores de la Casta estaban expectantes por sus nuevos compañeros. En la gala de eliminación se habían ido los del Partido Libertario Peruano y se venían nuevas incorporaciones. Cuando el sol bajaba se abrió el portón e ingresaron: Ramiro y Diana, los empleados de limpieza que habían plantado bandera para ir a la marcha universitaria; Lautaro el Bachero y Alan el panadero.
Chiquito Romero estaba cortando hojas de burro para el mate cuando los vio entrar y en seguida los miró con cara de sospechas. Los cuatro nuevos jugadores tenían los ojos verdes y amarillos, como reptiles. A Ramiro y Diana los conocía porque eran los de la limpieza y sabía que ambos tenían ojos marrones como él. Lo segundo que le llamó la atención es que tenían en las manos una esfera metálica con un luz led. ¿Eran extraterrestres?
Ramiro, Diana, Lautaro el bachero y Alan el panadero saludaron al unísono y se sentaron en la mesa del patio, sin expresión en el rostro, al mismo tiempo, como una coreografía. Ramiro tomó el mate de Chiquito Romero, se cebó uno y después le convidó a Diana, ante la atónita mirada del arquero. Ninguno soltaba la esfera plateada que tenían en las manos. Fue todo lo que hicieron ese día. Cayó la noche. Se fueron a dormir.
A las tres de la mañana se escuchó el primer golpe. De un salto el Negro Tecla apareció en el comedor armado con una botella. Intentó avanzar en la oscuridad y chocó contra una mole que lo dejó despatarrado en el piso. Un hombre enorme lo apuntó con una linterna y el Negro Tecla vio ante sí a un descomunal ser, grueso, de más de dos metros de altura, con las facciones de un orco. Vestía una chomba rosada que le quedaba corta y hacía desbordar el vientre blando sobre el elástico del jogging. Alcanzó a ver que tenía un control remoto, como la alarma de un auto, en la mano. El sujeto solo le cortó el paso. No lo atacó, no parecía un ladrón. En la salida al patio y en la puerta del baño había otros dos gigantes iguales.
Ver: Para el Gobierno, el paro costó casi un billón y medio de pesos
Ramiro, Diana, Lautaro bachero y Alan el panadero estaban sentados en el sillón con la mirada anfibia perdida. Uno de los gordos apretó un botón en su control remoto e inmediatamente se prendió una luz en las esfera de Diana y Ramiro que al instante estuvieron a su lado. Con un aliento que recordaba a un tupper con comida olvidado al sol,ñ el "Genta" le ofreció al Negro Tecla 50 dólares por escanearle el iris y tener un amo "que peleará por sus derechos".
Después, Ramiro y Diana empezaron a repetir con una voz automática: Amadeo Genta, el dirigente que lleva más años al frente de su gremio: desde 1983 conduce el Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (Sutecba). Es el único que lleva más de 40 años en el poder. Su gremio tiene más de 300 mil afiliados.
El orco que estaba frente a los baños también accionó su llavero y la esfera de Lautaro el bachero se iluminó de verde y él se paró como si hubiese recibido una descarga. Con la misma voz robótica dijo: Luis Barrionuevo, está hace 39 años al frente de la Unión de Trabajadores Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra). Apoyó a Gran Engaño durante la campaña electoral, pero ahora se sumó al paro general del 24 de enero y criticó públicamente el DNU 70/2023 y la "ley ómnibus". En enero último, durante una conferencia de prensa en la ciudad bonaerense de Mar del Plata, dijo sobre el presidente: "Ha faltado a la verdad". El gremio tiene más de 450 mil afiliados.
El gordo del patio hizo lo mismo. Alan el panadero, con su esfera ahora luminosa, habló monocorde: Rodolfo Daer. Desde 1984 se desempeña como secretario General del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA). Junto con Pablo Moyano y Carlos Acuña manejan el triunvirato de la CGT desde 2021 y son los que organizan esta medida de fuerza. Superan el medio millón de afiliados. Mónica la pobre quiso ir al baño y el "Barrionuevo" le hizo una sancadilla que ella alcanzó a esquivar con la agilidad que da la delgadez por la falta de olla.
Chiquito Romero y Laura la monotributista se pusieron al frente de la situación. Laura los detestaba porque el gremio les daba chipá gratis al empleado el día del cumpleaños, pero los gordos sonreían con piedras asscher en los dientes. "Bueno a ver, que quieren", dijo Chiquito.El Daer habló con voz cavernosa: "Gran Engaño debe reconfigurar su política de ajuste", bramó mientras le acariciaba la cabeza a Alan y sus ojos de lagarto. La frase apuntaba de lleno a la media sanción que ya tenía la Ley de Bases. Habían paralizado la casa para que Gran Engaño diera marcha atrás. Ojo, Chiquito, Laura, Mónica, el Negro Tecla estaban hartos de estirar la leche con agua durante el desayuno, ¿pero estos fantasmas quiénes eran?
Entre los orcos gordos no había miradas de triunfo. El tránsito de la casa se había frenado un poco, pero no con las expectativas que manejaban, los jugadores seguían inquietos, interpelando y, en un quiebre de cintura al estilo Burrito Ortega, Mónica la pobre había conseguido esquivar a Barrionuevo y entrar al baño.
La pregunta ahora era ¿cómo seguir? Para la mayoría de ellos no habrá manera de que Gran Engaño retroceda y acepte negociar si no fracasa en el Congreso. "Es inteligente y hay que confrontarlo con inteligencia", le gritó Laura en la cara al Daer y agregó: "Tenemos que cuidar la herramienta del paro. No la podemos desgastar", aportó Mónica la pobre saliendo del baño y de soslayo le dijo "sos alto gato" a Barrionuevo que un rato antes la había querido taclear.
La discusión se frenó con un sonido ensordecedor. En todos los parlantes de la casa, la voz de Gran Engaño reía con sorna y gritaba: "¿Saben cómo se dice faraón en hebreo? Les cuento... PARO. A buen entendedor pocas palabras bastan...
El Genta se mantuvo impasible y avisó que analizan un paro de 36 horas si siguen los ajustes para lograr el superávit de la casa y como para dejar en claro su postura y la de los otros gordos, todos a la vez tocaron el botón del control remoto que tenían en la mano y Ramiro, Diana, Lautaro el bachero y Alan el panadero bajo sus dominios, empezaron a bailar en simultáneo la canción de Pedro el mapache ante la mirada desorientada del resto de los jugadores de la Casta de Gran Engaño.
Continuará ...