Un amor de verano que ahora muestra los dientes y ¿la nueva opositora?

Dos perfiles que parecían ensamblar a la perfección chocan irremediablemente. La determinación por el lado de él, el ánimo dialoguista de parte de ella, y las encuestas que la acompañan.

Un amor de verano que ahora muestra los dientes y ¿la nueva opositora?

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

 Los mastines Milton, Murray, Robert y Lucas, bajo las órdenes de Conan "las Fuerzas del Cielo", conducen al Presidente en el entrevero que marca la agenda política. 

Él quería encontrar el amor y ella también. Él tenía poco tiempo y ella, también. Él se anotó a espaldas de los mastines y de su hermana, porque ellos le habían asignado una novia pero anhelaba conocer a la mujer de su vida. 

Todo el país seguía el minuto a minuto de Love is Blind, el reality en el que los solos y solas iniciaban una carrera hacia el altar. Él y ella se ubicaron en sus respectivas cabinas. En el estudio estaban sentados en sentido contrario con paneles alrededor que garantizaban la cita a ciegas, pero en el televisor se veían uno al lado del otro, con la pantalla dividida.

"¿Versace Eros Flame?" dijo ella en referencia a su perfume, para romper el hielo y tomar la delantera. "Sí, sí, jajaj ¿cómo supiste?", tartamudeó él. En la pantalla se veía más rojo de lo normal y la transpiración le había oscurecido la camisa. "Uso todos los sentidos para conocer a alguien", le respondió ella. Un hiato en su voz evocaba el sonido del viento surcando la ladera de un glaciar.

A ella le parecía que él olía a Dios, Patria y Familia. Ese aroma con notas cítricas característico de los varones que pagan toda la cuenta y hacen chistes de travestis con los amigos. Él, sintió esa extrasístoles cuando ella le contó que tenía a su pekinés embalsamado en el living de su casa y le cantaba canciones de Rita Pavone. También sintió la presencia del amor cuando le relató que un ladrón de 15 años entró a robar a su hogar y quedó encerrado en el baño. Ella lo mantuvo ahí durante tres días mientras le pasaba galletitas Traviata por debajo de la puerta y no lo soltó hasta que terminó de leerle "La economía en una lección" de Henry Hazlitt. 

Parafraseando a Federico García Lorca, el amor era inminente porque unía dos doctrinas que uno nunca supuso que podrían juntarse y que formaban algo así como un misterio mercantilista que proponía la libre herejía ante el peronismo de altares. Eran María y José de los desclasados y venían a escribir el Nuevo Testamento. Al menos eso parecía. 

El problema es que el crush inmediato empezó a fallar. Como cuando él le contó que en su baile de graduación le quitó la silla a la chica con la que había ido y se la dio a su hermana. Ella desaprobó la actitud y él reforzó su argumento asegurando que la joven había llegado más temprano y que eso lo había expuesto como un impuntual. 

 La ausencia de Villarruel durante la asunción presidencial fue notoria. Se retiró al no tener un lugar asignado en el escenario. Estuvo presente durante el saludo a líderes internacionales, pero se apartó antes del discurso. El gobierno recién empezaba.

Otra fisura que apareció en el incipiente romance fue una anécdota de ella en el trabajo. Le contó que la pescaron riéndose con un compañero de su jefe, al que apodaban "el jamoncito". "El verso eran los 17000 puntos de inflación. ¿De dónde? ¿Cómo hace su cálculo para decir que iba a haber 17.000%? Se ve que alguien le dijo que lo corrija. Entonces cuando vino acá en marzo dijo 14.000%. Por eso tuvieron que devaluar un 118%. Cree que entiende más de economía que los 20 zorros que tienen atrás, entre ellos Cavallo. Forman parte de un clan. Él es un pobrecito, es un jamoncito, diría la vicepresidenta" .

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Villarruel había dicho en una entrevista, sobre una eventual interna con Milei por el rol de su hermana: "Somos parecidas en algunas cosas; y en otras, no. En el medio está Javier, pobre jamoncito".

Lo cierto es que la velada que había iniciado con un romance a voces había adquirido notas de tensión que explotaba el rating. Para él los domingos eran de pasta, para ella, de asado; para él el mejor beatle era Paul, para ella, Ringo; para él la pastafrola era con dulce de batata, para ella, de membrillo; que team verano, que team invierno, que los franceses colonialistas, que no hay que pelear con Francia; que arreglamos vuelos con Malvinas, que ¡cómo vamos a negociar con los ingleses!; que Isabelita es una prócer, que es una mujer sin ningún mérito académico; que dietas a los senadores, que ¡antipatria los senadores!, y así sin parar. 

Estaban los dos ofuscados, discutiendo a gritos, cuando sonó una chicharra que frenó la situación. Había llegado la hora de la verdad, la hora de los votos del público. 

Al no haber ninguna posibilidad para el amor, el voto de la gente decidía quién había tenido la razón. Él se sentía confiado. Los resultados macro y el affaire económico lo respaldaban como para empoderarse y doblegarla. Además sabía que su contrincante había cometido errores caros. Por ejemplo, cuando relató que durante la "Noche de los Museos", había dicho que el Senado era un espacio de "alta política", exudando casta. Ni hablar de "jamoncito" . El problema no era el apodo, lo grave es que había osado ponerse a la misma altura que Karina.

Pero el hielo late calmo y ella no perdía la sonrisa tirana. Estaba claro que no pensaba en abandonar el programa ni armarse para competir el año que viene. Su ánimo no era confrontativo. Sus laderos habían intentado tender puentes de diálogo. Incluso, se estaba acelerando su desafiliación del Partido Demócrata, para saltar a la cancha si la convocaban para pelear las urnas el año que viene. 

Lo que preocupaba a él es que ella medía bien en las encuestas. Según la consultora Alaska Comunicación, tiene 28 % de imagen muy positiva, y 25,1 % de imagen positiva, lo que le da un total de 53,1 % de aprobación entre los encuestados. Él alcanza el 37,6 % de imagen muy buena, y 14,6 % de imagen buena. Arrasaba con los votos de la gente.

Además tenía aguante. La Agrupación La Derecha Argentina, que se hacían llamar los "villarruelines" habían copado la tribuna. La movida era liderada por el titular de la Agencia de Atención Ciudadana, Juan Martín Donato, el "Gordo Dan" de ella. Si bien aún no tienen construcción de territorio, Donato intimida. Es picante, prepotente, bardero. También es "burro" pero lo suplanta con pedantería. Dicen en el Senado que ella lo defendió con los dientes.

"La Derecha Argentina".

"Love is blind" llegaba al momento de máxima tensión. Fueron a placa, la gente votó y no hubo sorpresas. Ganó ella, por muy poquito. El público le dio la razón. Intentó saludarlo, pero él le dio vuelta la cara y desapareció. Su entorno, los mastines y pesos pesados del Gabinete, le bajaron el tono a la situación. "Pero si es un juego, nahhh él no quiso decir eso, nahhh está todo bien". Guillermo Francos parecía un contorsionista atendiendo los micrófonos. Pero como dice el dicho, nunca hay que subestimar el voto popular. Y los resultados eran contundentes. Ella medía más. Las cartas estaban sobre la mesa. 

Continuará...