La versión la dio a conocer un medio porteño y fuentes de La Libertad Avanza lo confirmaron al Post: la diputada mendocina y otros colegas visitaron a genocidas condenados por delitos de lesa humanidad.
Lourdes Arrieta se reunió en la cárcel con lo peor de la dictadura, incluido Astiz
"Diputados libertarios visitaron a Astiz y a varios genocidas de la última dictadura en la cárcel de Ezeiza", tituló el portal La Política Online, incluyendo en la nómina de legisladores a la mendocina Lourdes Arrieta. Consultados por el Post, desde su partido, La Libertad Avanza, ratificaron al 100% lo afirmado por el medio porteño.
En efecto, la diputada Arrieta se reunió en la cárcel de Ezeiza con Alfredo Astiz, Raúl Guglielminetti, Carlos Suárez Mason (hijo), Antonio Pernías, Gerardo Arráez, el "Pájaro" Martínez Ruíz, Agustín Oyarzábal Navarro, el uruguayo Juan Manuel Cordero, Mario "el Cura" Marcote, Miguel Ángel Britos y Adolfo Donda.
Del otro lado, junto a Arrieta llegaron otros cuatro diputados de La Libertad Avanza y afines: Beltrán Benedit, Alida Ferreyra, Guillermo Montenegro y María Fernanda Araujo.
Alfredo Astiz está condenado a perpetua.
Además de confirmar la novedad, fuentes consultadas por el Post de LLA no ocultaron su malestar con la decisión tomada por Arrieta y el resto de colegas, encabezados por Benedit.
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Cada uno de los personajes que fueron visitados por los diputados el pasado 11 de julio, están condenados a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad y, por ello, la justicia les negó cada solicitud de prisión domiciliaria incluso con más de 70 años de edad.
La mendocina Arrieta -nació en San Juan pero rápidamente su familia se mudó a Mendoza- ha militado causas a favor de los excombatientes de Malvinas, ya que su padre lo fue. Astiz también forma parte de ese grupo, aunque en su caso se rindió en las Georgias del Sur sin disparar un solo tiro. El motivo del encuentro, o la excusa, habría sido ese: el tema Malvinas.
Lourdes Arrieta, diputada nacional.
Alfredo Astiz, exmiembro de la Armada, está condenado a perpetua sin posibilidad de arresto domiciliario por tratarse de delitos de lesa humanidad: secuestros, torturas y desaparición de personas, incluidas dos monjas francesas, por lo que fue sentenciado por la Justicia de aquel país.
Se recuerda a Astiz también por su rol de espía: se infiltró en organizaciones de derechos humanos, como Madres de Plaza de Mayo, de donde obtuvo información previa a los secuestros. También cumplió esa función afuera de Argentina: se infiltró en el Comité Argentino de Información y Solidaridad que funcionaba en París.
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