Celular a bordo: la multa que originó la reforma de una ley que atrasa

Recuerda el abogado Pedro Serra, actual senador provincial peronista, que le tocó asesorar en San Rafael a un conductor en un descargo por una multa de tránsito por ir conversando por teléfono a través del dispositivo de bluetooth del auto conectado a su teléfono.

Aquel episodio ocurrido hace tres años fue un capítulo aleccionador en la vida profesional de Serra. El conductor sanrafaelino tuvo que pagar la multa, no sin antes discutir tenazmente para evitar la sanción que resultaba injusta porque si los automóviles vienen equipados para mejorar las prestaciones para el usuario ¿por qué debía ser castigado? 

Para el legislador debe haber sido un día importante el de ayer martes 15. Serra logró convencer a la mayoría de la cámara alta que había que modificar la ley por la cual su cliente había sido multado. Y que era necesario regular el uso de los dispositivos y aplicaciones de tanta utilidad en este tiempo. Dicho en leguleyo, se trata de un caso de desuetudo, es decir cuando una ley queda derogada de hecho porque no se aplica y es superada por los usos y preferencias de las personas.

Dato que justifica este informe. El Senado de Mendoza aprobó por unanimidad la reforma de la ley de Tránsito, y explicitó cómo se deben usar las aplicaciones y los dispositivos tecnológicos de ubicación, orientación y comunicación mientras se conduce un vehículo. Hasta ahora le norma prohíbe el uso de estas herramientas que son utilizadas cotidianamente. Por ejemplo, el funcionamiento de los servicios de traslado de personas como Uber depende de una app que se utiliza en los teléfonos móviles a bordo de los autos, es decir funcionan al margen de la ley. Lo mismo con los remises.

"Hoy está prohibido el uso de cualquier dispositivo ya sea digital, analógico o pantalla. La realidad es que todos los autos nuevos o de poca antigüedad vienen con GPS con pantallas táctiles que te conectan directamente al teléfono. Hoy está prohibido recibir mensajes y llamadas, pero es imposible controlar la recepción de llamadas y mensajes", describió Serra al POST.

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Qué se puede hacer y qué no

El legislador se detuvo unos instantes ante este medio digital y repensó lo que había logrado con esta idea "loca" de acomodar al sentido común la ley de tránsito, y dar por superada aquella experiencia cuando a aquel conductor le dijeron: "usted tiene razón pero reforme la ley si no quiere ser multado". Veamos los dichos de Serra.

Manos libres. Aquí estamos haciendo una diferencia entre la operación manual del teléfono , que es una acción que sí tiene que estar prohibida y el uso correcto de la tecnología, incluso la que ya viene incorporada en los vehículos.

Lógico. Usar la tecnología que tienen todos los vehículos a favor, es una cuestión lógica. La geolocalización es para orientarse y llegar a destino. Es un ejemplo claro del uso necesario del teléfono. Por lo cual es lógico que no esté prohibido el uso de esa herramienta digital. 

Nueva normativa. Cuando  es necesaria la utilización de dispositivos electrónicos o de comunicación para la prestación del servicio de transporte, el teléfono celular o cualquier otro tipo de dispositivo electrónico deberán estar debidamente colocado en un sujetador que facilite su manipulación y que no obstaculice la visibilidad al conducir.

No caer en el absurdo. No debemos culpar a la evolución y a los avances tecnológicos por la mala utilización de los mismos, la función del Legislador es aportar soluciones para integrar la tecnología y no eliminarla. Si seguimos generando conceptos erróneos deberíamos multar y prohibir a todas las fábricas de automotores la incorporación de pantallas y demás dispositivos.

Evitar los disgustos. Estos errores de legislación provocan perjuicios a los ciudadanos al quedar expuestos a recibir multas viales de manera injustificada y complicaciones para los agentes policiales y municipales al aplicar los grises de esta norma.