Cerca del final del reality, un golpe de efecto: hay ley. ¿Qué pasará con los jugadores de la Casta de Gran Engaño? La demostración de poder que les hacía falta, pizza y champagne.
Karina "reina pero no gobierna", el final se acerca y la Era Bases empieza
Cada noche, el país se paraliza para ver La Casta de Gran Engaño, el reality más visto de la Argentina. Chiquito Romero, Mónica la pobre, el Negro Tecla, Laura la monotributista, Karina el jefe, Toto y otros jugadores que entran y salen por votación del público, disputan el triunfo. Conan, Milton, Murray, Robert y Lucas digitan las reglas y deciden el destino de los participantes
El estruendo fue grande pero no sorprendió. Todos sabían que la trama central que atravesaba el juego era dejar vivir o dejar morir al monstruo. Y como Lázaro frente a su tumba, como la criatura de Frankenstein, como un gato y sus muchas vidas, la bestia se adaptó para sobrevivir y lo consiguió.
Los jugadores de la Casta de Gran Engaño habían peleado a brazo partido cuando era un monstruo interminable de 644 artículos y en ese momento lo doblegaron. Los mastines sabían que tarde o temprano iban a ganar y también sabían que los injertos, las mutilaciones y las ablaciones les hacía ganar tiempo. Rating, clicks, likes, share, views. Plata y poder. La Generala era una figura belicosa de fondo y diplomática en la forma, que había permitido que el monstruo viviera. El acuerdo de los mastines con ella había sido una suerte de Tratado de Fontainebleau con mate y bizcocho y sabían que vendría a buscar su parte de poder. Pero ese era un problema a futuro.
El final se estaba acercando y el Negro Tecla, Chiquito Romero, Mónica la pobre y Laura la monotributista se habían dado cuenta que el afán por ser distintos para sacar ventaja y ganar el juego, los había emparejado aún más. El foco se había corrido y las luces iluminaban por completo a dos que siempre habían jugado en las sombras, que miraban de costado mientras los otros se peleaban por el papel higiénico y los puchos. A Toto y Karina el jefe, los topos de los mastines dentro de la casa, les había llegado su momento.
Estaba amaneciendo cuando una sirena empezó a sonar por los parlantes de la casa que obligó a todos a levantarse y salir al patio. El Negro Tecla, bien mendocino, salió con la mochila de emergencias pensando que estaba temblando. Parados, en el medio del patio, Karina y Toto bebían champagne, comían pizza y sostenían de la correa a Zombie Bases, el monstruo que vive.
Con el pelo platinado, desnuda y cubierta solo por un tapado de piel de nutria, como Maria Julia Alsogaray en la tapa de Noticias, Karina el jefe empezó a dar órdenes, mientras Zombie Bases gruñía amenazante.
Ver: Ley Bases: cómo votó cada diputado, incluidos los 10 mendocinos
"Reina pero no gobierna", le escupió en la cara Laura la monotributista, tal como decía la histórica tapa de la revista, pero Karina le respondió que Zombie Bases decreta que ahora tendrá que recategorizarse y pagar un aumento del 300% por su trabajo como peluquera a domicilio. Ella se mordió el labio inferior porque se había recategorizado a principios de año cuando en el proyecto inicial decían que se eliminaba el monotributo social y finalmente no había ocurrido, pero en vez de perder los estribos le recordó el resto del título de la tapa de la revista: "su romance con el Presidente".
Con la aprobación de Zombie Bases Karina el jefe se sentía invencible y en un rapto de locura quiso vender la casa que compartían los participantes de la Casta de Gran Engaño para invertir el dinero en un sistema de vuelos espaciales mediante el cual desde una plataforma, quizás instalada en Córdoba, salieran naves de la atmósfera, se remontarán a la estratósfera y desde ahí elegirían el lugar donde querrían ir, de tal forma que en una hora y media podrímos estar en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo. Pero los mastines le pidieron que dejara de cenar porro y acotaron que con Zombie Bases solo se podrá vender Intercargo SAU, EnarsaNucleoelétrica Argentina y Yacimientos Carboniferos de Río Turbio.
Toto tomó la palabra porque Karina el jefe ya había tomado mucho champagne, eran las 8 de la mañana y se estaba peleando con Laura y Mónica la pobre que ya le había encargado un par de gualichos a su Pomba Gira.
El hombre gris fue al grano y dijo que los perdedores de la Casta de Gran Engaño iban a ir a trabajar a su casa: Chiquito y el Negro Tecla, de jardineros; Laura y Mónica, empleadas de limpieza. Eso sí, bajo el manto de Zombie Bases el período de prueba se extiende a seis meses y se crea un fondo de cese laboral. Tendrán que pagarse un monotributo porque no está obligado a generar una relación de dependencia si son menos de cinco empleados. Además, si alguno se atreviera a tomar su casa o bloquear el ingreso a modo de protesta, debería darse por despedido. Eso sí, Toto eligió con gran cautela sus palabras ya que se agravaba hasta un 50% la indemnización por despido motivado por un acto discriminatorio.
El sol ya estaba en lo alto aunque no alcanzaba para entibiar el frío del invierno. Las Fuerzas del Suelo habían dominado el reality con su costumbrismo popular y en el último tramo, las Fuerzas del Cielo daban un golpe de poder que dejaban a la pobre, a la monotributista, al arquero chaqueño y al cumbiero mendocino sin más alternativas que aceptar lo que les tocaba. El final estaba cerca, el ganador se definiría en la última vuelta y los dos tendencias que se imponían olían a mujer.
Continuará ...