Justicia y seguridad en la era de la liquidez

Escenarios simultáneos se dieron en Mendoza. Ministros libertarios hablan de bajar la edad de imputabilidad y dar prisión domiciliaria a condenados por delitos de lesa humanidad. Y un juez de Corte local llama a reformar el Poder Judicial y hacer un nuevo escalafón salarial.

Justicia y seguridad en la era de la liquidez

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

Que Mariano Cuneo Libarona y Patricia Bullrich hayan concentrado sus agendas en el inicio de la semana en Mendoza no parece casualidad. Él y ella, titulares de las carteras de Justicia y Seguridas, aparecieron en ámbitos comunes en una provincia que se muestra adherente a las políticas nacionales de Javier Gerardo Milei. No es casualidad cuando la inseguridad es una de las principales preocupaciones de la población.

En tanto, Alfredo Cornejo se movió como anfitrión de Cuneo y Bullrich, pero además fue convocante de sus pares regionales. Los gobernadores de las provincias de Cuyo volvieron a reunirse por la misma problemática. En Mendoza se habló de narcotráfico, de baja de edad, de imputabilidad penal y de ablandar las condiciones de detención de condenados por delitos de lesa humanidad.

Es oportuno ver la cocina judicial local, se siguen cocinando las habas a fuego lento. El funcionamiento del sistema judicial sigue con dificultades para satisfacer la demanda de la población y ese aspecto este lunes 5 fue abordado por el juez de Corte de Mendoza José Valerio quien advirtió que el servicio de justicia mendocino debe ser transformado en su estructura para mejorar las prestaciones por parte de quienes conviven en el mismo sistema. Es decir, empleados, funcionarios y magistrados.

Ver: La foto de Lourdes Arrieta posando con genocidas en la cárcel

Son dos escenarios, entonces, las consecuencias de la conflictividad social permanente y el ámbito donde se debe resolver el problema diariamente. La seguridad y la justicia son circuitos donde las chispas saltan hacia afuera y hacia dentro. Pero el otro costado que no se ha mencionado en esta descripción es la impunidad "hermanastra" de la inseguridad y ambas sumadas forman la injusticia hacia quienes esperan saber qué pasó y por qué pasó.

La indolencia del sistema

El caso del asesinato de la diseñadora Mariana Domínguez por una bala "perdida" en plena fiesta navideña en diciembre pasado es una prueba de esto. Se están por cumplir 8 meses de ese crimen y tuvieron que re-reconstruir el hecho por las dudas que surgieron del primer intento de recrear lo que pasó en el momento en que cayó la joven por el balazo en su nuca. El resultado de esta situación es un cúmulo de incertidumbres enmarañadas en el laberinto judicial y una investigación que no ha mostrado avances reales, y los padres y el entorno familiar de la víctima sienten la indolencia del sistema.

Humanitarios con condenados por lesa humanidad

Además, que Bullrich y Cuneo Libarona hayan dicho lo mismo en Mendoza respecto del destino de quienes cumplen condenas por delitos de lesa humanidad (tiene una mirada contemplativa y "humanitaria" del asunto) demuestra que hay una línea de pensamiento en el gobierno nacional y a punto de accionar en ese sentido. Si esa es la dirección gubernamental entonces es posible que los sentenciados por crímenes imprescriptibles cometidos en la última dictadura logren la prisión domiciliaria que ellos mismos pidieron a la comitiva de diputados libertarios que los visitó en la cárcel de Ezeiza el jueves 11 de julio, reunión a la que según la mendocina Lourdes Arrieta la llevaron engañada. 

En la superficie, Cuneo Libarona vino a Mendoza para poner en marcha el Código Procesal Penal para la Justicia Federal en el distrito de Cuyo. El sistema acusatorio que ya se aplica en la justicia provincial, donde los fiscales y sus ayudantes llevan adelante las investigaciones penales. También tenía un impulso extra que es su proyecto de bajar la edad de imputabilidad a 13 años. Con mucho poder mediático, el abogado esgrimió sus argumentos frente a los medios mendocinos.

La reingeniería judicial de Valerio

Al mismo tiempo, el juez supremo Valerio contó en el programa Jornada #6a7 (Radio Jornada 91.9) su diagnóstico del funcionamiento de la justicia mendocina y su permanente conflictividad con el personal que sostiene el reclamo salarial, aun en estas condiciones donde se cerraron las negociaciones.

Tanto es así que Matías Salvi, un referente de los ayudantes de fiscales, advierte que están macerando la idea de crear su propio gremio porque no se sienten contenidos por la Asociación de Funcionarios Judiciales.

Conviene conocer lo que dijo Valerio tempranísimo al aire, porque avisa lo que tiene en mente que es una reforma profunda que incluye la modificación del escalafón salarial del personal judicial.

• Adaptarse para el futuro. Lo más importante es comprender que lo único permanente va a ser el cambio en el transcurso de la vida. La justicia también tiene que adecuarse a esta realidad. Esto no quiere decir que haya cosas (conceptos) que modificar. Nadie piensa que debe ser modificada o eliminada, la igualdad o la libertad, o el debido proceso. Pero sí, las herramientas para poder asegurar esa libertad, esa igualdad, esa forma de entender el debido proceso deben estar relacionadas. La justicia tiene que adecuarse al futuro y no estar anclada en el pasado respecto a lo que es la gestión. Y en esto es fundamental entender que hay que hacer reingeniería y hay que ver cómo va a ser en el futuro la justicia. Hay que ir previendo desde ahora e ir anticipándonos a los problemas.

• Que el juez sea juez. He insistido en los últimos tiempos en que hay problemas que se podrían ver tratando de solucionar y no esperar que nos estallen para empezar a darnos cuenta de que tenemos un problema y que hay que darle solución. Por ejemplo, entre las cuestiones que, porque no es una, sino que son varias, hay que hacer reingenierías de proceso. Eso significa que tenemos que definir si los jueces van a estar en un ejercicio del oficio de juez en forma personalizada o lo van a hacer a través de un ejército de funcionarios y empleados. Este no es el problema si el juez está en tribunales. El problema es que el juez esté al frente de una audiencia donde toma las decisiones, sea esa audiencia presencial o sea virtual. No a través de prosecretarios y secretarios y de nada sirve que el juez esté sentado en su despacho y no tenga contacto real con el caso.

El juez Valerio en Radio Jornada (Foto: Jornada online).

• Para no quedarse atascado. Salimos de un atolladero que teníamos en el año 2016, donde prácticamente entre el 85 y 90 por ciento de las causas penales, no las graves, pero sí las intermedias y las más chicas, por supuesto, terminaban prescriptas. Entonces, ¿para qué vamos a tramitar una causa durante 1, 2, 3 o 4 años para que después termine prescripta? Es realmente es un absurdo. Lo mismo pasa con los otros fueros que tienen que acelerar que lo han hecho, pero hay que acelerar más. Esto significa que va a haber cambios en la estructura salarial. He insistido hace mucho tiempo de que en la categoría 13, que es la de administrativo que ingresa al Poder Judicial, se justificaba en la forma que estaba pensada, porque el que ingresaba al Poder Judicial, ingresaba para coser expedientes. Tampoco existe más el jefe de mesa de entrada, porque si está informatizado, en la medida que está informatizado, hay que hacer desaparecer el cargo, no la necesidad de una persona, pero se diluye ese cargo, por ejemplo, de mesa de entrada y mejoramos las condiciones de los empleados. Es decir que los de categoría 13, que pasen a categoría 11, y se van mejorando las condiciones. Y si no se necesita tener un ejército de secretarios, categoría 5, categoría 4, o categoría 7 o 6 que esos son prosecretarios, entonces quiere decir que nosotros, con esos cargos, podemos mejorar las condiciones salariales. Seguimos anclados al pasado. Entonces, ahora hay que sentarse a charlar un escalafón nuevo. En el caso del Poder Judicial, hay que conversarlo en función del futuro, no en función del pasado, que esa es otra discusión que vamos a tener, seguramente. Tenemos que mirar, con visión de futuro, cómo va a ser de acá a 5, 10, 15, o 20 años la justicia. Entonces nosotros vamos a mejorar. Esto hace que también el personal, sea administrativo o funcionario, conozca las reglas de funcionamiento, sepa cómo va a ser, y tenga un proyecto de vida, porque todos ellos tienen proyectos de vida, y pueden adecuar su proyecto de vida a las posibilidades en el Poder Judicial.