Es un "Cabildo Abierto" a las 18:30 en la sede provincial de la calle España, en Ciudad. Detalles del acto, y por qué incomoda a los jefes territoriales.
Hoy, el acto por Cristina que tensiona al peronismo mendocino
Ser cristinista en Recoleta, Santa Cruz, o el AMBA es mucho más sencillo que serlo en Mendoza. Aquí, Cristina Fernández de Kirchner, sus gobiernos, y el mandato delegado a Alberto Fernández desde 2019 reciben las peores calificaciones de una mayoría abrumadora del electorado mendocino. No sólo en las encuestas. Cada vez que los principales kirchneristas de la provincia aparecen defendiendo al gobierno nacional o a Cristina en particular, reciben un severo castigo en las redes sociales. Incluso con insultos y descalificaciones terribles. Por eso aquí los abanderados de la vicepresidenta no son muchos. Sólo la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti y el senador provincial y presidente de bloque Lucas Ilardo pueden "aguantar los trapos" con espalda suficiente. El resto de los dirigentes, con las excepciones de los muy kirchneristas o de los intendentes más cercanos a Anabel, como la santarrosina Flor Destéfanis o el paceño Fernando Ubieta, trata -siempre que puede- de correrse de las fotos con Cristina y Alberto. Es que todos los intendentes peronistas de Mendoza tienen expectativas electorales para el año que viene. Ya sea para reelegirse, llegar al Congreso Nacional, o estacionarse en la Legislatura un tiempo. El problema es que en un puñado de días el escenario cambió. Y ahora el peronismo goza y sufre la centralidad de Cristina Fernández de Kirchner.
Para explicarlo de modo resumido. El cristinismo soportó los nueve días del alegato del fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad, en el que pidió 12 años de prisión e inhabilitación, con sentimientos encontrados. Vivieron duda, miedo, estupor y la sorpresa sonora de una bofetada en el rostro. No esperaban la contundencia de los mensajes que mostró el fiscal, ni las pruebas que luego se lanzaron a denostar con la negación plena. La penosa comparación del presidente en "A Dos Voces" la semana pasada, comparando a Luciani con el fiscal Alberto Nisman, sólo agregó lastre al bagaje peronista, porque el repudio creció. A propósito, lo que investiga el Tribunal Federal 10 de acuerdo a una prolija recopilación del colega Héctor Gambini (Clarín), es el probable homicidio del fiscal Nisman. Ese dictamen de 2017 fue confirmado por una cámara federal en 2018. Y Diego Lagomarsino está imputado e investigado como partícipe necesario de ese crimen, y los custodios, por haber liberado la zona. Por estos días, están declarando los espías que estuvieron activos en la zona, aquel domingo 18 de enero de 2015.
Cristina reaccionó al alegato como ella sabe, con su centralidad absoluta. Arreó a todo el peronismo tras ella. Los peronistas, con mayor o menor grado de virulencia, buscaron instalar el relato de la "proscripción" (algo que no es cierto ni resiste análisis), la persecución, la represión, culparon a los jueces, a los medios, a Juntos por el Cambio, a los periodistas, a la oligarquía, a la policía de la CABA y a Horacio Rodríguez Larreta, a quien fuere. La victimización total, reforzada el sábado desde el balcón de su casa, después de los incidentes -de comedia, por suerte- que duraron todo el día. Pero lo que no consiguió Cristina en lo que va del juicio -demostrar su inocencia o ser tratada con privilegios- lo cosechó en la calle y en el discurso público. Es cierto que sólo tiene capacidad de convencer a los propios, a los más fanáticos. Pero hasta la semana pasada no contaba siquiera con todo el peronismo. Y eso, es un problema enorme para el justicialismo de Mendoza. ¿Qué hacer? ¿Obediencia debida, defender a la jefa natural del movimiento, o correrse y asumir el riesgo de ser marginados y quedar afuera de todo? Para los intendentes este punto es delicado. Reciben millones de pesos en obras y fondos sociales directamente desde Nación, lo que suele soltar las críticas de sus colegas de Cambia Mendoza.
Ni bien se conoció el alegato de Luciani, 500 intendentes peronistas de todo el país firmaron el apoyo a Cristina. Sólo Flor Destéfanis y Fernando Ubieta pusieron su nombre en ese documento, entre los seis intendentes peronistas de Mendoza. Y hoy, habrá una nueva prueba de fuerza.
El Cabildo Abierto
El Frente de Todos y la presidenta del PJ Anabel Fernández Sagasti convocaron a un Cabildo Abierto de #TodosConCristina para este lunes a las 18:30. No hay muchas precisiones del acto en sí, ni de quiénes serán los oradores. Como es un "Cabildo", el micrófono va a estar circulando entre los asistentes y quienes quieran hablar. Sí se sabe que el tránsito sobre la calle España entre Espejo y Gutiérrez será interrumpido por la Municipalidad de la Capital, que no habrá artistas, que movilizarán militancia, y que se montará un escenario frente a la sede del justicialismo provincial, en España 1256. Esta es la convocatoria, que dirigentes y militantes cristinistas de Mendoza han estado compartiendo:
Cristina es la única dirigente en la historia del país que consiguió transformar su problema personal en un drama de todo el peronismo. Ni Perón consiguió tanto. Pero en Mendoza será más difícil. Los intendentes del PJ no van a estar hoy en el "Cabildo" convocado por Anabel. Emir Félix, Fernando Ubieta y Flor Destéfanis tienen una reunión de la Federación Argentina de Municipios, en San Luis. Ubieta y Destéfanis le consultaron a la senadora -que es la presidenta del PJ- qué hacer. Y convinieron en no faltar a la reunión de municipalidades. "Flor y Fernando siempre ponen la cara" explicaron en el peronismo, tal como escribimos ayer en nuestra columna política "Quincho..." Martín Aveiro, Roberto Rughi y Matías Stevanato tampoco estarían hoy en la movilización del kirchnerismo local. Pero manifestarían apoyo a través de distintas expresiones, ya sea con el envío de "tropa propia" de los peronismos departamentales al Cabildo de #TodosConCristina, o con algún comunicado de apoyo. Más allá de la asistencia, algo es seguro: es poco probable que la mayoría de los dirigentes importantes del PJ, legisladores, intendentes, aun funcionarios nacionales, crean a pie firme en la conspiración planetaria de Macri, el campo, Clarín, los jueces, la Corte, los fiscales, Comodoro Py, los periodistas críticos, los supermercados, el FMI, los formadores de precios y la oligarquía internacional, todos contra Cristina. Saben, más bien, que hay un alto grado de probabilidad respecto de que los hechos sean ciertos. Pero esto, es política. Otro mundo.
El peronismo territorial de Mendoza, si bien logró armonía, tiene cuentas sin saldar con el kirchnerismo. La relación es difícil desde las épocas en que gobernaba Celso Jaque. Finalmente se enfrentaron en las PASO de 2019 por la candidatura a gobernador de Mendoza, y Anabel le ganó a Alejandro Bermejo, que luego fue diputado nacional, y ahora es senador provincial. Hoy, los intendentes oscilan entre apoyar a Cristina, o congeniar con un electorado mendocino que es esquivo con el peronismo desde hace por lo menos cinco elecciones con sus respectivas PASO. Han perdido los departamentos más populosos en distintos turnos salvo San Rafael y Maipú, y son minoría en la Legislatura. Las elecciones del año que viene aparecen difíciles para el PJ, y si nos atenemos a las encuestas y sondeos de opinión, en esta provincia Alberto y Cristina son un contrapeso. Un verdadero yunque adosado a la boleta electoral. Repasemos.
El último estudio provincial de la encuestadora Martha Reale, que de modo frecuente mide para el gobierno provincial, ubicó a Cristina con sólo un 10,9 % de imagen positiva en Mendoza, y un 71,5 % de negativa. Otro 17,2 % le daba "regular". Cristina es la última de una tabla liderada por Rodolfo Suarez y Alfredo Cornejo, junto a otros diez dirigentes nacionales y provinciales de Cambia Mendoza y de Cambiemos. El décimo tercero es Javier Milei, e inmediatamente detrás aparece la peronista mejor valorada, Anabel Fernández Sagasti. En ese sondeo de mayo-junio cuando aún no había renunciado Martín Guzmán a Economía ni había explotado la bomba de profundidad del alegato de Luciani, Alberto aparece penúltimo, con signos de deterioro electoral similares a los de Cristina. Generan un rechazo mayoritario. El antepenúltimo es Mauricio Macri. En términos generales en esa medición no le fue mucho mejor que a Alberto o Cristina. No obstante, en una encuesta nacional de julio, Martha Reale advirtió que CFK sigue siendo la dirigente que de modo excluyente capta los votos del peronismo, con "niveles que oscilan el 30 %" explica la consultora.
Otro estudio importante es el que hace la agencia More Inovación en la iniciativa Mendoza Track, para los diarios Mendoza Post y Memo Diario. El estudio ubica a Cristina en un nivel de insatisfacción entre los mendocinos que participaron de la encuesta, de un 91 %. Le va mejor que a Alberto (92 %) y que a su hijo Máximo Kirchner (93 %). Con estos datos, no habría forma hoy que peronistas mendocinos adheridos a Cristina y Alberto tuviesen un buen pasar electoral. Sucede que desde que gobierna el Frente de Todos las tiranteces con el gobierno de Mendoza han sido innumerables: por las políticas de restricciones en la pandemia, por las clases presenciales, por el turismo, por los respiradores, por los vuelos, por el paso a Chile, por los fondos discrecionales, por las políticas de seguridad, por los salarios docentes, y finalmente por el evidente favoritismo de Nación por La Pampa en la disputa a causa de la represa Portezuelo del Viento. Lo último que hizo el gobierno nacional fue no laudar en tiempo y forma, el lunes pasado. Es decir, el gobierno de Cambia Mendoza ha logrado instalar que esta tierra sanmartiniana y de libertad es despreciada por el gobierno kirchnerista. Menuda mochila para el peronismo local.
¿Y hoy?
Resulta obvio que el "Cabildo..." de hoy es más una prueba de fuerza que de apoyo o no a Cristina. Y nadie sabe realmente cuánta gente va asistir. En el PJ K dicen que habrá "miles". Probablemente, con cinco mil asistentes lo considerarían un éxito. Aunque esa cifra es la mitad de las personas que moviliza cada tanto la organización piquetera Polo Obrero, a fuerza de planes y necesidades.
Ninguno de los dirigentes peronistas locales con aspiraciones electorales jugaría a quedarse totalmente afuera hoy. Enviarán gente, un comunicado, un tuit, es posible que alguno aparezca si ve venir una pueblada mendocina en favor de Cristina, aunque ello sería extraño. Sólo los más radicalizados, los cristinistas por dogma y por fe, creen en la inocencia de la vicepresidenta. Al punto que encuestas de consultores que no pueden ser sospechados de antiperonistas, difundidas en Buenos Aires días atrás, dan datos sorprendentes. Un sondeo del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), indica que sólo el 43 % de los votantes del Frente de Todos creen en la inocencia de la vicepresidenta. Otro 26 % la cree culpable, y un 31 % "no tiene opinión formada". En tanto que una encuesta de Rouvier y Asociados (apoyó al peronismo en 2019) dice que hoy ganaría la presidencia Horacio Rodríguez Larreta con el 31 % de los votos, Javier Milei obtendría el 21 %, y un candidato del oficialismo -Sergio Massa- el 19 %. Eran los que mejor medían en cada espacio. En la opción electoral por un sector político, JxC le ganaría al FdT por cinco puntos, 31 % a 27 % en esa misma encuesta.
Estos números fueron todos obtenidos antes del alegato de Diego Luciani, de la contraofensiva de Cristina en YouTube y las redes, y de la movilización, incidentes y discurso de la vicepresidente el fin de semana en Recoleta. Por lo tanto, estas preferencias se podrían cuestionar. Aún así, el "Cabildo Abierto" de hoy es importante. No va a medir cuánto quieren los mendocinos a Cristina. Eso, ya se sabe. Si alguna vez hubo amor, se acabó hace años. Tampoco va a ser un "cristinómetro" del peronismo local. Lo que va a medir es la capacidad de movilización de los jóvenes K, y la resiliencia y habilidad de los intendentes para aparecer, pero sin estar realmente ni comprometer a su propio público electoral.
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