A menos de tres semanas de las elecciones, la confusión del gobierno nacional en temas centrales es de una magnitud importante. Los cuatro casos a los que conviene prestar atención, en un momento muy complicado.
Cuatro señales de un gobierno en estado de shock
El proceso se viene acelerando desde las elecciones primarias. Casi a diario, el Frente de Todos gobernante se pega un tiro en el pie. Como si sus dirigentes, referentes además, buscasen tocar fondo de una vez. Acciones autodestructivas extrañas en el peronismo, que si de algo puede jactarse es de la supervivencia a lo largo de 76 años. Las últimas dos semanas fueron de terror. Varios de los principales funcionarios, candidatos y comunicadores del gobierno nacional intentaron dar sentido político a las medidas más urgentes que están tomando, como asistir con toda la "caja" a sectores más desprotegidos. Pero también a artistas, monotributistas de todas las categorías, consumidores en general, dar la idea de que se quiere acordar con el FMI, y mostrar las caras más amables. Al mismo tiempo, kirchneristas radicalizados, cristinistas irreductibles -muchos de ellos son candidatos- pasaron por detrás de la escena con los bidones incendiando cualquier intento de moderación.
Los más duros vociferan que "no se va a pagar la deuda", denuncian un intento de "golpe blando" de la oposición, que los medios "hegemónicos" "plantan mierda" en la cabeza de la gente, aplican un control de precios del siglo pasado, y defienden a la banda incendiaria del activista Facundo Jones Huala, preso en Chile.
En el camino "pro mapuche rebelde" se están llevando puesta la relación con gobernadores patagónicos, que sufren los ataques, usurpaciones, cortes de ruta y tomas de las bandas de Jones Huala, el líder del grupo sedicioso "Resistencia Ancestral Mapuche", que fueron definidos como "terroristas" por dirigentes de la oposición. Funcionarios importantes incluso el presidente, que dio una diatriba por carta aunque luego consintió en enviar gendarmes a la gobernadora rionegrina Arabela Carreras, se hicieron un nudo para defender lo indefendible. Al mismo tiempo Jones Huala, con la soberbia de los líderes dementes, los insultó por medio de un escrito elaborado en la cárcel de Temuco, donde está preso. A las torpezas políticas y los serios complejos ideológicos, cabría agregar la indignidad. Con sus contradicciones, el gobierno parecería quedar siempre del lado de los peores.
Un mes después de las elecciones, hubo una imagen patética. La del Día de la Lealtad, con militantes desaforados pisoteando el Memorial de muertos por el coronavirus, arrancando fotos y carteles de las personas fallecidas por Covid. No generaron otra cosa que repudio, y una tristeza infinita.
Los errores no forzados del gobierno nacional lo están convirtiendo en un blanco fácil para la crítica. Sin embargo, detrás de los fallidos políticos, la economía tambalea. Un costo muy alto para sostener el voto propio, ante eventuales fugas hacia expresiones de la izquierda.
Lo que sigue son cuatro señales, divididas por temas y casos, a las que conviene prestar mucha atención.
1. El acuerdo con el FMI
El ministro de Economía Martín Guzmán, apuntado especialmente por el kirchnerismo bonaerense, el cristinismo duro, y La Cámpora, es el encargado de tejer un acuerdo posible con el FMI. Hace apenas días estuvo en Nueva York, se reunió varias veces con representantes de acreedores. Es cierto que a la vez cumplió su rol político, criticando al FMI y a Macri, porque al paladar oficialista el organismo le pagó la campaña electoral al ex presidente "y ahora la queremos pagar en cuotas", como dijo el ministro en el Centro Cultural Kirchner. Sin embargo, mientras estas conversaciones ocurrían y Juan Manzur llegaba a dar apoyo político al ministro, aquí el dólar blue empezó una nueva trepada (Contado con Liquidación a más de 200 pesos), alguien cambiaba a la secretaría de comercio por el actual Roberto Feletti sin avisarle ni consultarle a Manzur, como dijo el colega Ernesto Tenembaum en su columna dominical. Tampoco les avisaron a los funcionarios que estaban en Nueva York, sobre el congelamiento "de prepo" de los precios.
La última señal la dio un referente importante del kirchnerismo. Julián Álvarez, que no es la joya de River, fue secretario de justicia en el último gobierno de Cristina. El sábado, en un acto en el microestadio de Lanús, gritó casi sin voz, eufórico. "¡Vamos a recuperar identidad y dignidad si nos plantamos frente al Fondo, y decimos que no estamos dispuestos a pagar la deuda que se usó para financiar la campaña de Macri!".
Y entonces... ¿A qué fueron Guzmán y Manzur a hablar con los acreedores? ¿A que les pregunten qué piensa Cristina?
No colaboran con la moderación otras frases en ese acto. Álvarez dijo que "Vamos a recuperar la dignidad de los argentinos si nos enfrentamos a los medios hegemónicos que les meten mierda en la cabeza a los argentinos y las argentinas". Y pidió ir "contra la casta judicial que no permite medidas para redistribuir los ingresos". Álvarez, que es el primer candidato a concejal del FdT en Lanús, se refería a la decisión de la Jueza María Servini, que le prohibió al gobierno poner en marcha antes de las elecciones el "bono" de 5.000 pesos para entretenimiento, que se pensaba otorgar a unos dos millones de beneficiarios de la AUH.
Hoy es muy difícil determinar si el gobierno quiere o no quiere un acuerdo con el FMI, o si piensan ir a un default cuando llegue el momento de pagar.
2. El congelamiento de precios
Aunque lo promocionaron como un "acuerdo", el congelamiento de precios fue una imposición del nuevo secretario de comercio Roberto Feletti a las industrias de la alimentación, almacén y bebidas, especialmente, pero también a las elaboradoras de productos generales como los artículos de limpieza y cuidado personal. El decreto ya tiene varios días. Pero la implementación del "control" es una atropellada de intendentes peronistas bonaerenses, militantes, empleados municipales y "orgas" del kirchnerismo, mirando los precios con gestos adustos, parados frente a las góndolas. Abundan las fotos retratando el "control" el fin de semana. La lista de economistas, dirigentes políticos, empresarios, y comerciantes advirtiendo que la medida será inútil, es enorme. Pero el gobierno no ha escuchado razones, temeroso además por la inflación (52 % en un año, más en alimentos y bebidas) que no ha podido controlar.
Desde 1952 los controles de precios vienen fracasando en la Argentina. El mundo arrastra 4.000 años de controles fallidos de precios. La última advertencia vino anoche de la mano de empresas de los Estados Unidos en la Argentina. Dijeron que el control de precios es "una bomba de tiempo".
Entretanto, el ex secretario de comercio Guillermo Moreno, se entretiene posteando en sus redes sociales videos del presidente Alberto Fernández, cuando estaba peleado con Cristina y criticaba los congelamientos.
3. Los modos K
Es comprensible que un gobierno esté en estado de shock ante la perspectiva de perder mayorías legislativas, el favor del electorado, y muy probablemente pasar dos años complejos hasta 2023. En estas circunstancias difíciles en las que la moderación sería una buena señal, el camino fue el inverso. Hasta Martín Guzmán, un académico respetado y moderado a quien le toca ser ministro de Economía, dijo en una charla en el CCK que los dirigentes de Juntos por el Cambio eran "anti argentinos", y que cuando "a la derecha se le canta la justa", enseguida "sacan sus perros a ladrar". Los ataques a los medios y a la justicia en un acto en Lanús, donde incluso estaba Máximo Kirchner, son parte de la receta de siempre del kirchnerismo. Pero espantan a cualquier moderado que no esté en la grieta. Decir que los medios "le meten mierda en la cabeza a la gente" no sólo es de gravedad y un probable ataque a la libertad de prensa, sino que es una fuerte subestimación de la gente, electores, votantes al fin, que consumen noticias.
La candidata a diputada nacional por la Provincia de Buenos Aires, Victoria Tolosa Paz, integrante de un peronismo que le agitó el helicóptero a Macri desde el día uno del gobierno de Cambiemos, denunció un intento de "golpe blando" de la oposición. Algunos argentinos se preguntarán entonces qué fueron la renuncia en masa de ministros, la carta de Cristina y el recambio forzado de gabinete después de las PASO. A la candidata del FdT le caben varios furcios de la campaña a las primarias, entre ellos el del "garche", banalizando la mala situación por la que pasan millones de argentinos no desde ahora, sino por lo menos desde 2011.
Las graves expresiones y veladas amenazas del ministro de Seguridad Aníbal Fernández al humorista gráfico Nik, formaron parte del rosario de groserías.
4. El caso "mapuches"
Puede que la peor actuación del gobierno nacional en esta parte de la campaña haya sido el manojo de contradicciones respecto del conflicto con el grupo de autodenominados mapuches, que al mando del reo Facundo Jones Huala, preso en Chile por quemar una estancia, la emprendieron contra el Estado Argentino y contra la propiedad de mucha gente y del Estado nacional, en tres provincias de la Patagonia. Con un agravante electoral: Cristina necesita un triunfo en Chubut. Pero perdieron en las PASO, y hay funcionarios K señalados como "soporte" de los sediciosos. Lo denunció la gobernadora de Río Negro Arabela Carreras, al señalar a la titular del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas Madgalena Odarda y su vicepresidente Luis Pilquimán por su "gran complicidad e instigación" de los incidentes en la Patagonia porque buscan "objetivos políticos que perjudican el normal funcionamiento de las instituciones".
La saga de los últimos días incluyó la participación del embajador argentino en Chile Rafael Bielsa, defendiendo a Jones Huala en una audiencia de control de libertades condicionales en Temuco. Bielsa lo desmintió. Pero las aclaraciones sobre su rol en aquella audiencia resultaron peores. Luego vinieron las quejas y pedidos de Arabela Carreras, y un serio destrato del presidente Alberto Fernández y de Aníbal a la gobernadora, aunque mandaron gendarmes de refuerzo.
La violencia de estos grupos pseudo mapuches es bien conocida. El diputado nacional mendocino Luis Petri (UCR) hizo un buen resumen, en un pedido para que el gobierno convoque al Comité de Crisis de Seguridad. "Los más violentos y conocidos son las tomas de tierras en el Paraje de Leleque (marzo 2015), en el Parque Nacional de Mascardi (noviembre 2017), en la Cuesta del Ternero (setiembre 2021), los cortes de la ruta 40 en reiteradas ocasiones, y los incendios provocados con la destrucción de equipos y maquinarias en el Cerro Catedral, el Informador Turístico de El Bolsón, o la destrucción total del Club Andino Piltriquitrón" dice. Cabría agregar que el domingo fueron detenidos dos jóvenes, uno de ellos menor de edad, que iban a quemar una iglesia en la localidad turística de El Bolsón. En agosto de 2017, uno de los cortes totales de ruta 40, terminó con una desbandada a campo traviesa, en la que Santiago Maldonado se ahogó tras intentar cruzar el caudaloso río Chubut por una zona muy peligrosa. Escapaba de la Gendarmería.
Los ataques de la banda de Jones Huala y sus seguidores han puesto en peligro vidas y propiedades. Detrás de estos supuestos "revolucionarios", hubo grupos organizados que llegaron a Chubut desde la provincia de Buenos Aires, para usurpar tierras de Parques Nacionales, denunció el ministro de seguridad de aquella provincia Federico Massoni. Pero el gobierno nacional se retiró como querellante en estas causas, señaló al mismo tiempo la gobernadora Arabela Carreras. En Río Negro también ocuparon tierras, refugios, y propiedades. Los cortes de ruta han sido violentos en más de una oportunidad. Han quemado camiones, una estación de tren, una bomba de combustible, atacaron puesteros de estancias cuyos propietarios cometieron el pecado de ser empresarios, como los Benetton, han roto vidrios de vehículos que intentaron pasar, y han atacado con palos a turistas, docentes, y trabajadores rurales.
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Pero el gobierno nacional interviene a regañadientes, mientras algunos de sus comunicadores estrella como Roberto Navarro, dicen que la oposición usa la palabra "terroristas" respecto de estas bandas, para luego volver, perseguir y "matar" a los dirigentes sociales. Es poco concebible semejante grado de locura política.
Conclusión
Hay en el gobierno varios sectores en pugna. Es probable que luego de las elecciones del 14 de noviembre, en caso de confirmarse el resultado de las PASO, sobrevengan o una lucha más dura y la radicalización absoluta, o podrán emerger sectores del peronismo razonable, que buscará a través de gobernadores, intendentes, dirigentes sindicales, legisladores, acuerdos de convivencia con la oposición y un plan de diez o doce medidas urgentes que alguien debería tomar, antes de que la inflación y la pobreza crecientes nos terminen transformando de verdad, en un país absolutamente inviable.