En los últimos días quedó más claro que nunca que la diferencia no es política sino que va más allá.
La nueva grieta: ciudadanos escrachadores y "personalidades" golpistas
La nueva grieta ya no es entre partidos políticos ni ideologías, sino entre ciudadanos y políticos o cualquier otra clase de "personalidades", como les gusta describir en algunos medios a aquellos que, por su trabajo o fama, son más personas que el resto de los mortales.
Estas "personalidades" creen realmente que son especiales, que han sido receptores de algún designio universal que los puso en otra clase de humanos. Son los verdaderos desclasados, una palabra que a ellos les encanta usar para echarle en cara a alguien humilde cuando le empieza a ir mejor en la vida. Trabajando, claro.
La mayoría de los políticos pertenecen a esa clase nueva que nació con los favores del kirchnerismo y, cuanto más cerca del centro del poder, más lejos del ciudadano común. Una especie de Teorema de Baglini pero más ligado a las ambiciones personales que a las buenas y sociales intenciones.
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Se han acostumbrado tanto a no ser parte de la ciudadanía que ni siquiera lo ocultan. Así fue que, al otro día en que el diputado nacional Santiago Cafiero increpó a José Luis Espert por haberle "cortado la palabra" (después de que llevaba 10 minutos hablando sin preguntar nada, que era la consigna), al ciudadano Rodolfo Llanos, representante de emprendedores, lo retaron como a un chico de primaria por subir la voz y hablarles a los diputados diciéndole que "se dirija a la presidencia".
Llanos fue a hablar a los diputados, no a "la presidencia" del plenario y como el mensaje era para todos por igual pidiéndoles que escuchen a ese pueblo que dicen representar pero que hace años ya no saben ni definirlo, también le cortaron la palabra. Llanos no hizo berrinche como Cafiero, aún cuando otro diputado, empujándolo con el pecho, le decía "a vos te vamos a hacer cagar".
¿Para qué mierda viniste?
Llanos empezó contando que fue muy pobre, que vivió en la calle y que esperaba el cierre del Mc Donald's para revisar la basura y comer. También dijo que sabe lo que es que le ofrezcan plata a cambio de sexo.
Por supuesto, esa realidad, lejos de conmoverlos, hizo que los diputados empezaran a chiflarle y a decirle que hablara de lo que tenía que hablar. Llanos entonces empezó a gritar sus 40 y el presidente del bloque peronista, Germán Martínez se paró indignado y le gritó "¿para qué mierda viniste?".
Los políticos no soportan que el pueblo les hable en la cara del hambre, la pobreza y la miseria porque ese discurso es el que usan ellos y, para ellos, es un discurso pero nunca una realidad.
Seguí comiendo a 15 mil pesos el plato
Este fin de semana, la diputada nacional y ex ministra de Desarrollo Social (justamente, la encargada de disminuir la pobreza) Victoria Tolosa Paz, fue filmada en uno de los restaurantes más caros de Cariló. Cuando los comensales notaron su presencia comenzaron a gritarle, chorra, basura, hija de puta, y otras bellas palabras.
Tolosa Paz estaba con su esposo, Pepe Albistur, quien es el bondadoso amigo de Alberto Fernández que le prestaba el departamento en Puerto Madero. Albistur fue procesado y embargado por 3,5 millones de pesos por retener aportes patronales, es decir, por no pagar la jubilación de los empleados de su empresa Al Sur, de publicidad, cartelería y contenidos audiovisuales.
Frente a los gritos de los presentes y un par de mujeres que fueron a filmarlos mientras les decían de todo incluyendo el precio del plato, Albistur les dijo "paguen los impuestos".
La respuesta fue obvia: "¿Los impuestos que después te robás?", le dijo una mujer.
Escrache no, golpismo sí
Cuando los ciudadanos les dicen a los políticos lo que piensan de ellos, o los filman gastando dinerales, los medios se hacen eco y sancionan el "escrache". Sin embargo, no hacen la misma crítica frente a aquellos que hablan de "voltear" una ley, los que confunden privilegios con derechos y lloraban "la Patria está en peligro" con el dolar a $26 pero después callaron con el dólar a $1000 porque ellos recibían plata del Estado como "incentivos a la cultura" o, los que directamente hablan de fecha de caducidad de un gobierno elegido por el 56% de los argentinos.
Otra vez, Pepe Albistur, que dado su bronceado debe trabajar en sunga al sol, tal como sale en este video en el que dice que hay que comprar pochoclo porque "esto es Semana Santa: no sabemos si cae en marzo o en abril".
Así, la Argentina está dividida entre los ciudadanos "comunes", los que trabajan, los que estudian, los que buscan laburo, los que dan trabajo, los que emprenden, los que limpian su casa o las veredas del municipio; y una caterva de "personalidades" de la política, la cultura, las artes, los libros, las universidades y los doctorados, que siempre y sin ningún margen de error, reciben alguna parte de los impuestos de los primeros.
Y siguen provocando.