Una novedosa acepción aparece. El "cambio climático" producto del calentamiento de la política electoral de nuestra provincia ha comenzado a mostrar síntomas, a un año de las elecciones nacionales y provinciales.
Voto 23: quién enfrentará al candidato radical en Mendoza
Lo ocurrido hace unas horas, ayer sábado 29, con la renuncia anticipada de Matías Stevanato a ser candidato a presidente del Partido Justicialista local fue un impacto sordo en la base del peronismo mendocino porque el intendente de Maipú en representación de los intendentes no kirchneristas había logrado generar una expectativa de debate interno con el sector KC (kirchnerismo y ciurquismo).
La alianza KC se quedó así con el poder interno partidario. Por lo menos esa fue la primera impresión. La desazón fue un sentimiento común que advierte un pesimismo que amenaza a que sea un estado crónico. Ese es el ánimo que expresaron quienes impulsaron, infructuosamente, a Stevanato.
Lo que sucedió en el PJ parece ser producto de la desconfianza y la inseguridad que existe entre quienes pretenden componer posibles acuerdos, en este caso partidario, y que tienen un destino electoral para dentro de un año cuando la ciudadanía tenga que votar para renovar los gobiernos en sus distintos estamentos.
Hay que entender también que es parte del proceso de las fuerzas políticas que se inquietan en la medida que se acerca el cronograma de las votaciones y que ya en este tiempo mantienen contactos entre sus dirigentes y armadores para ir ganando grados de confianza entre sí que es la base toda asociatividad aún cuando sea para juntar la mayor cantidad de sufragios para ocupar cargos electivos legislativos y ejecutivos.
El foco que justifica este informe. Qué está pasando con los reposicionamientos de las figuras, previo a una nueva definición de candidaturas. Esta crónica plantea lo que se está hablando en las cúpulas del poder político local, buscando un rediseño del escenario de oferta electoral tripartito clásico en Mendoza.
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Retrovisor y hegemonía radical
Desde el reinicio democrático en 1983 el poder político se ha alternado entre radicales y peronistas en Mendoza. En los 10 periodos de gobierno la alternancia se ha dado de modo equilibrado con 5 administraciones de cada fuerza política. Esto por la virtud constitucional de no permitir la reelección consecutiva a gobernador y de que siempre hubo una tercera fuerza que ha hecho de balanceo electoral, rol que tradicionalmente ha ocupado el Partido Demócrata nacido en los inicios del siglo XX entre las bodegas mendocinas con características conservadoras propias de estas tierras.
La alianza electoral Cambia Mendoza planeada por Alfredo Cornejo que lo llevó al gobierno en 2015 ha resultado exitosa al sostener el poder radical con Rodolfo Suarez y se proyecta con aspiraciones reales de continuar hasta 2027, si es que la ciudadanía le renueva el crédito. Eso es lo concreto y de hecho la discusión parece estar planteada entre tres intendentes radicales para suceder a Suarez, Tadeo García Zalazar, Daniel Orozco y Ulpiano Suarez.
Pero hay movimientos que está dando en el PRO el socio de la UCR dentro de Cambia Mendoza. Por estos días, una buena recomendación para quienes analizan el tablero prelectoral, es que observen a Omar De Marchi el principal referente del PRO en Mendoza y hoy delegado de Horacio Rodríguez Larreta.
Qué está haciendo el PRO
Hay que fijar el foco en el peronismo y ajustando aún más, hay que prestar atención en el sector denominado oportunamente peroganso para diferenciarlo del kirchnerismo. Allí se agrupan la mayoría de los intendentes justicialistas Emir Félix, Martín Aveiro, Matías Stevanato y Roberto Righi. Aunque claro está, señalamos que esta liga ya no muestra sus biceps, por la falta de confianza interna.
De todos modos ese peronismo, mantiene conversaciones con De Marchi y sus referentes, el mensaje que se desliza es algo comentado reservadamente por los mismos protagonistas en reuniones de mesas de estudio de estrategias electorales.
"Si De Marchi fuera peronista ya sería gobernador", aseguran en esos ámbitos perogansos con cierta ironía. Pero con tono serio proyectan con firmeza que si el lujanino tiene posturas "flexibles hacia el peronismo" es una oferta que hay que analizar. Y concluyen que es un "potencial socio siempre que actúe por fuera de Cambia Mendoza" que fue creada como un frente antiperonista. Y revisan sus pensamientos y reafirman que tienen bien claro que De Marchi no es antiperonista.
De Marchi y los otros
En el PRO miran el horizonte de este modo: Cambia Mendoza ha sido una herramienta electoral donde hoy solo contiene a las dos expresiones que ejercen el poder en estamentos visibles y concretos como el Ejecutivo Provincial, la Legislatura y Luján de Cuyo (donde gobierna el demarchista Sebastián Bragagnolo). No se comparte plan de gobierno ni programas de gestión remarcan como si le pasaran el resaltador al diario partidario. También detallan que los socios minoritarios de la primigenia Cambia Mendoza ya no integran el frente como el PD y la Coalición Cívica de Elisa Carrió y que ahora están cerca de De Marchi como lo están los verdes Mario Vadillo y Marcelo Romano. Los demarchistas, tienen la misma mirada con Libres del Sur y el Partido Socialista que perdieron sus personarías y han terminado licuados por el poder radical.
Los contactos más visibles se han dado con Carlos Iannizzotto de reconocida raíz peronista y manifiestamente conservador. El dirigente ruralista ha dado las primeras señales alentando a De Marchi para que de el paso para encarar la empresa electoral por fuera de Cambia Mendoza.
Otros perogansos, con sello nacional, avalan la idea de Iannizzotto. Aseguran que pasado el mundial de fútbol comenzarán a multiplicarse los gestos políticos en la senda de las proyecciones preelectorales. Mientras los que rosquean estas posibilidades tuvieron una ocurrencia digna de ser replicada para dar pie a la especulación que late y crece. Dicen que en Mendoza el PRO, para las próximas elecciones, puede terminar siendo la sigla de "Peronistas, Radicales y Otros".