La pelea por la presidencia del Concejo Deliberante de Maipú es un emergente de un déficit institucional histórico en Mendoza. Por qué la mayoría de la dirigencia política no contempla la idea del viceintendente. Aquí las respuestas y un proyecto en estado embrionario.
Por qué no existe el viceintendente en Mendoza
La discusión pública por la asunción del nuevo presidente del Concejo Deliberante de Maipú, el concejal radical Mauricio Pinti, tiene un trasfondo institucional que no es observado con la atención que se merece. Una situación legalmente respaldada, pero que derivó en una crisis política en el único departamento del Gran Mendoza que el peronismo mantiene desde1983. Como se ha advertido en otros informes, Maipú es una de las prioridades electorales de Alfredo Cornejo, el precandidato a gobernador del radicalismo signado como el postulante con más chances a ser reelecto en el máximo cargo provincial en estas elecciones 2023.
Pero ver más allá de esta contingencia, cuesta mucho, es decir, no resulta fácil observar en medio de esta coyuntura atestada de necesidades de primer grado a cubrir ahora, sin más tiempo.
También es cierto que la inmediatez y la fragilidad del vivir el presente sin proyectar un mejor porvenir es lo que se impone en estos días líquidos donde todo "fluye", y con el verso de que el "cambio" es sinónimo de "mejor" la estabilidad no es una virtud, más bien todo lo contrario, aparece como una debilidad. Entonces claramente no tenemos espacio para detenernos y mirar cómo se deteriora nuestro diario tránsito, vamos perdiendo la fineza en la percepción, una de las bases de la reflexión.
En Mendoza en esta época de Vendimia se acentúa el "como si", como si nuestra existencia colectiva sucediera sin altibajos. Donde todo se ve pleno de optimismo propio de un tiempo celebrante y entre esos pliegos, entre cada uno de los miles de brindis en que nos deseamos la salud que nos falta y que siempre reclamamos. En ese tablado, también nos ufanamos de la calidad institucional mendocina como si fuera un sello de garantía que nuestra provincia es una isla donde todo es distinto. Hasta que sucede un episodio como el de Maipú donde un déficit institucional sale a la superficie, pero aún así, nuestra miopía todavía no nos permite ver más allá y nadie se pregunta por qué tuvimos esta pelea política que generó varias crónicas que serán rápidamente superadas por otras que hablarán de otros conflictos que también nos escandalizarán.
El punto es que muchas personas interesadas en el caso se vieron sorprendidas por la consulta de quien escribe estas líneas. La pregunta basal es: ¿por qué ocurrió esto? O sea, por qué un concejal radical termina siendo el posible reemplazante de un intendente peronista, de acuerdo a la Ley Orgánica de Municipalidades. La respuesta inmediata es: porque es legal. Pero no menos cierto es que es una incongruencia política. Una "aberración electoral" si entendemos el término como un acto que se aparta de lo predeterminado o lo correcto o lo pensado por quien vota. Hay otra respuesta no contemplada, solo ensayada por algunas personas que lo pensaron antes de que se produjera este hecho maipucino, que alarmó a peronistas e hizo que radicales celebraran con alguna discreción. Esa respuesta, no dicha abiertamente, es: porque no existe la figura del viceintendente como en otras provincias, por ejemplo en la intendencia de la Ciudad de Córdoba donde Daniel Passerini es viceintendente. Una figura institucional incorporada históricamente.
Y ¿por qué no existe la figura del viceintendente en Mendoza? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero si se admite que, si en el caso de Maipú, Matías Stevanato hubiera llegado a ser intendente integrando una fórmula con otra persona de su partido o frente electoral, no estaríamos enfrascados en este problema político. Tal como se observa se puede entender esto como un subterfugio del sistema, una antigua fuga en la cañería estatal emparchada, heredada de la antiquísima figura colonial del cabildo español. En definitiva, un error repetido y por lo tanto asumido y aceptado en los usos y costumbres que da comodidad y que a la larga también ofrece conveniencias, ventajas ocultas, y no tanto, para quienes se benefician con estos defectos y que no son precisamente las vecindades que sufragan.
El caso Lobos
Para tomar un ejemplo rescatemos el caso de Luis Lobos quien hoy cumple condena por delitos cometidos en su gestión como intendente de Guaymallén. Sólo preguntémonos cómo es que Lobos llegó a ser intendente. En la práctica ningún vecino del departamento más populoso de la provincia lo votó para ese cargo, sino que fue electo para ocupar una banca como concejal y que luego se convirtió en presidente del Concejo Deliberante. Desde ese lugar solo le quedó un paso a la intendencia porque reemplazó a Alejandro Abraham, quien renunció a los dos años como intendente para ser diputado nacional del peronismo.
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No fue el azar, fue el resultado de un acuerdo político entre los sectores internos del peronismo de Guaymallén, sacando provecho del armado legal que elude de algún modo la voluntad del voto vecinal, porque a Lobos nadie lo votó para ser intendente y al final lo fue, y ya vimos el resultado de su administración.
Un proyecto sancarlino
Hace más de un año que buscamos algunas pistas que nos permitan llegar a ideas que innoven en este aspecto que hoy oportunamente resaltamos. En marzo de 2022, buceando detrás de información hallamos una propuesta que ha quedado "cajoneada", en las bandejas de entrada de algunos correos electrónicos.
El autor es Silvio Pannocchia, militante radical, ex funcionario de la Municipalidad de San Carlos. Hace unos días renunció al cargo de director de Producción e Industria del departamento valletano por "coherencia partidaria", al aducir que dejaba la comuna ya que el partido gobernante Unión Popular (conducido por Jorge Difonso) dejó de participar del frente Cambia Mendoza que lidera la UCR. Dicho sea de paso, esta actitud le abrió la posibilidad de que en breve sea postulado como precandidato a intendente de San Carlos por la UCR.
Desde 2017 Pannocchia ha venido estudiando y haciendo consultas y el primer registro de esta idea es de diciembre de 2021 enviada a un abogado de raíz peronista y que el mismo Panocchia nos aportó hace once meses. De hecho, le ha presentado esta idea a Cornejo, su cuñado, y al mismo Difonso. "Me contestó que estaban preparando otra reforma constitucional para concejos regionales", recuerda de esa charla con el diputado provincial, ex socio del radicalismo.
Una de las objeciones que este proyecto podría encontrar es la corriente de opinión abonada por otro sancarlino, el gobernador Rodolfo Suarez quien desde su proyecto de reforma constitucional frenado en la Legislatura, impulsa la idea de reducir el gasto de la política, eliminando una cámara legislativa, como señal empática con la ciudadanía. La idea de su coterráneo Pannocchia, a primera vista, parece agrandar al Estado con la creación de una nueva figura como es la del viceintendente, aunque en el desarrollo de la propuesta se encarga de desvirtuar esta inferencia.
Punto por punto, la idea de Pannocchia
¿Por qué?
• Porque el presidente del Concejo Deliberante (HCD) puede ser opositor. "Por votos de la mayoría de concejales, es común que un presidente del HCD termine siendo el principal rival político del Intendente, (San Carlos ha sufrido bastante esta situación), terminan entorpeciendo o bloqueando la gestión municipal por intereses partidarios, y esta situación política termina atentando contra el prestigio de la política, y el funcionamiento de presupuestos y gestión del municipio".
• Porque puede ser sucesor del intendente. "Por ley orgánica de municipalidades, el presidente del HCD, en línea sucesoria, es el primer funcionario para suceder al intendente (en licencia, fallecimiento o renuncia)".
• Porque evita que la línea sucesoria sea de parientes. "Se han dado muchos casos donde por estrategias políticas, a los 2 años de ejercer como Intendente, se genere una acción donde el Intendente renuncia al cargo para irse como diputado, y queda un presidente del HCD elegido a dedo por el mismo, y la amenaza que sean familiares directos del Intendente, lo que degrada la institucionalidad. Sucedió en Maipú, San Rafael, La Paz".
• Porque garantiza un fortalecimiento de las instituciones y de gobernabilidad. "Solo basta con imaginar que no existiese la figura del vicegobernador".
• Porque el presupuesto seria el mismo. "Hay que eliminar 1 de 10 concejales y ese puesto cubrirlo con el viceintendente, seria por 4 años y presidiría del HCD".
¿Para qué?
• Para que haya fórmula electoral. "Sería una fórmula electoral cada 4 años donde se presenta Intendente-Vice Intendente. Esto legitima desde raíz la conformación de poder ejecutivo y legislativo, evitando riesgos ya mencionados".
• Para que presida el Concejo Deliberante por 4 años. "El Vice Intendente reemplazaría la figura del Presidente del HCD, quien ocuparía quien ocuparía ese espacio por los próximos 4 años, conduciendo los hilos del Concejo. Se eliminaría un concejal y quedarían un Viceintendente y 9 concejales (en el caso de San Carlos) por lo cual se mantendría la cantidad de cargos".