Nadie puede asegurar que el ministro candidato esté mañana viernes, en Mendoza. Las gestiones se aceleran para que se concrete la visita que será fugaz. Esperan lograr una escala del presidenciable para tener una foto actualizada de campaña. Cuáles son los motivos de estas postergaciones.
Por qué a Massa le cuesta llegar a Mendoza para hacer campaña
Primero el dato de campaña contingente: no está asegurada la presencia del ministro y candidato Sergio Massa a Mendoza cuando faltan 17 días para el balotaje que disputará con Javier Milei. En las últimas horas se aceleraron las gestiones para que esto suceda aunque sea una escala fugaz mañana, viernes 3, antes de seguir en vuelo hacia la ciudad de Mar del Plata donde sí hará un acto notorio.
Otro punto son las motivaciones, o quizá al contrario, la escasez de propósitos, que hay en el entorno del ministro de Economía para que se presente en nuestra provincia con fines proselitistas. Veamos.
Primero: la consabida resistencia mendocina al peronismo y a su versión kirchnerista. Este índice de rechazo sigue siendo alto por lo que desalienta a los equipos de campaña del aspirante llegar a esta plaza electoral. Segundo: en esta etapa previa al debate del domingo 12 en la Facultad de Derecho de la UBA, Massa elige presentarse en los grandes conglomerados del país donde se concentra la mayor cantidad de votos que recolectó y le permitió quedar por delante de Milei en la elección general del domingo 22 de octubre.
Ver: Definiciones de Cornejo sobre el fraude y la opción entre Massa o Milei
Tercero: La secuencia de la estrategia massista se completa con la concentrada atención del reflejo de sus movimientos ejerciendo el poder en los medios de comunicación y las redes sociales.
Por este escenario descripto es que se va ordenando el cronograma de acción de campaña y sus correspondientes modificaciones de acuerdo a la coyuntura que condiciona a Massa por el doble rol de ministro y candidato que porta en estos días.
Hay algunas especificaciones que hicieron personas allegadas a la figura del tigrense que explican más de la dinámica electoralista. Detallan que se pensó en una corta incursión ayer miércoles 1 a Maipú y Tunuyán, pero la agenda preparada de apuro en Mendoza por la decisión repentina del viaje no convenció del todo en el bunker massista en CABA y a eso se sumó la crisis por el faltante y posterior aumento de combustibles que puso de mal humor al país.
De paso, como observación lateral, pero que hace al fenómeno Massa. Una vez más el ministro logró que el candidato se quedara con la última palabra pública de este tironeo con las petroleras. Al anunciar que congelará los impuestos a las naftas "para que no haya más aumentos" cerró el debate responsabilizando a las productoras de posibles futuras corridas de precios. Así Massa candidato, quedó del lado de los consumidores y la pelota de los precios quedó picando del lado de las compañías de hidrocarburos.
Este trance de gestión es uno más, el anterior más recordado fue la corrida del dólar callejero y que también hizo aplazar la venida a Mendoza. Superado este episodio se volvieron a acelerar tramitaciones para hacer que Massa haga una parada de campaña breve en nuestro territorio y se traslade rápidamente a algún lugar del Gran Mendoza para registrar el gesto del presidenciable con algún anuncio incluido. Tal que se cumpla uno de los objetivos que es fijar la imagen de la atención "federal" que Massa dispensa a las provincias y con la que pretende distinguirse de su contrincante libertario. A propósito, Milei al que no le hace falta desplazarse para mantener su caudal electoral que está bien distribuido en la muchas provincias que lo sostienen con el voto.
Qué pasa en Mendoza con Massa
Es todo un desafío describir al massismo actualmente extendido a fuerza del despliegue de su líder y candidato a la Casa Rosada. El siguiente es un esbozo tras una secuencia de consultas a confidentes de massistas de primera y última hora en Mendoza.
Producto de su forma de armar estructuras cruzadas, sin dogmas cristalizados, Massa es una figura relevante en la líquida actividad política argentina. Eso hace que la dirigencia local mendocina sea variopinta y ocupando distintos espacios, siempre bajo el influjo del peronismo.
Por eso es que asoman referentes distritales como el peronista Matías Stevanato, el intendente de Maipú que mantiene una relación personal con el candidato a presidente. Un caso similar es el del sancarlino Jorge Difonso que formó parte del Frente Renovador massista, y ahora influye en la coalición La Unión Mendocina, pero su vínculo político con el líder nacional se consolidó desde lo personal y hoy está mu activo detrás del plan presidencial.
Luego lo estructural se va construyendo de acuerdo a las conveniencias políticas de mediana y larga distancia de acuerdo también a los planes de alianzas que Massa aplica y promueve. Esa lógica también es comprendida por sus seguidores donde el massismo como armado tradicional, es decir el Frente Renovador en Mendoza, se encuentra dividido por distintas visiones y modos de crecimiento.
De esa división estratégica es que se distiguen un sector cupular donde se detecta a Gabriela Lizana como referencia de Massa en el acuerdo electoral con el kirchnerismo local como un reflejo del acuerdo nacional entre SM y CFK. Mientras que hay otro plan territorial con aspiraciones a convertirse en fuerza política con raigambre en los departamentos donde se distiguen dirigentes con trayectoria peronista, por ejemplo Ruben Miranda y Pablo Cazabán. La característica es que esos sectores se distancian, pero no se confrontan, porque entienden que a las puertas de alguna elección terminarán reunidos en una mesa común.
Al mismo tiempo el peronismo mendocino va atravesando una nueva metamorfosis detrás de la corriente massista que se pronostica como un derrame inminente. Así se lo ve al lavallino Roberto Righi alejado del PJ siendo peronista encolumnado al presidenciable. También los intendentes han comenzado a tornar hacia una liga de jefes territoriales para tener el mando real de la fuerza. A ese armado se ha acoplado Carlos Ciurca que conduce estratégicamente a la intendenta Flor Destefanis de Santa Rosa y al intendente Fernando Ubieta de La Paz. En ese espectro ciurquista también anexan al electo intendente lavallino Edgardo González.
Replegado está el kirchnerismo en proceso de homogeneización, reducción y al final transformación tal como se va produciendo a nivel nacional. Su dirigencia mantiene su influencia devenida del poder central interno de la actual vicepresidenta, en Mendoza y especialmente la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti. Ella es una pieza importante en la estrategia parlamentaria proyectada por Massa si es electo presidente, eso la convierte en una referente con potencial poder interno en el plano local.
Pero en el kirchnerismo se han dado un baño de realidad capaz de diluir cualquier exitismo pretado. La dirigencia y buena parte de la militancia ya dejaron la adolescencia política. Entienden que la subsistencia es a largo plazo por lo que la cocción a fuego lento en el disco peronista parece inevitable para la agrupación creada por Cristina para conformar un poder interno. Ahora ha comenzado a licuarse, un indicativo es la salida del ministro bonaerense Andrés "Cuervo" Larroque uno de los fundadores de la agrupación cristinista La Cámpora.