El gobernador electo ratificó su estimación para sus próximos cuatro años de gestión en una provincia que siente el freno económico y cada vez vota menos. Las diferencias que proyecta a favor respecto de 2015 cuando comenzó su primer gobierno.
"1x3": el cálculo de Cornejo para esta Mendoza que mezquina el voto
A los 61 años el radical Alfredo Cornejo logró una marca histórica en la función pública de Mendoza. Es el único ciudadano elegido dos veces gobernador de esta provincia desde el retorno de la democracia en 1983. Su caso es distintivo en un sistema constitucional diseñado hace 117 años para evitar las hegemonías y propender la alternancia.
Ese récord se evidenciará en cuatro años en el Salón de los Gobernadores en la Legislatura cuando se cuelgue su segundo retrato como gobernante durante dos periodos de gobiernos constitucionales (2015-2019 y 2023-2027).
El dirigente es la figura política dominante en una era donde la función pública no goza de buena imagen. Cornejo es un profesional de la política partidaria dedicado cien por cien a esta tarea. Con una conducción política basado en un orden administrativo y con marcado sesgo antikirchnerista. El electo gobernador ahora se dispone a remodelar su gestión, será distinta, asegura, adecuada a las circunstancias que impone una realidad política y económica áspera para el país y Mendoza.
Ver: Por qué ganó Cornejo, por qué perdió De Marchi, por qué cayó Orozco
La pregunta por oposición también surge del resultado electoral: ¿Por qué perdió por 10 puntos Omar De Marchi, el retador opositor que armó una alianza política, La Unión Mendocina (LUM), en 160 días? Para Anabel Fernández Sagasti la senadora peronista/kirchnerista, De Marchi cometió el error estratégico grave de querer ganar con los votos peronistas, cuando el PJ tenía fórmula provincial y no se enfocó en los votos radicales que fueron a Luis Petri en la PASO de Cambia Mendoza. Otros observadores señalaron que al no sumar al Partido Verde a LUM eso le restó más de 11 por ciento de votos. Y finalmente, y quizá un punto categórico en contra de De Marchi es el multiescándalo judicial y político de Las Heras que envuelve a Daniel Orozco intendente norteño y compañero de fórmula de ODM. Este episodio nefasto le frenó el proceso de construcción política.
Entonces la pregunta es por la opción exitosa: ¿Por qué ganó Cornejo? Precisamente, por su liderazgo en una provincia que ha demostrado un rechazo concreto a los gobiernos hegemónicos importados desde la nación. La mendocinidad ha sido uno de sus sellos para sostener de modo creciente una impronta desde 2015 que sustenta el frente gobernante Cambia Mendoza que conduce. En este tiempo encuentra un respaldo de la población que cada vez es más "mezquina" a la hora de votar. La pericia como gobernante ya probado en tiempo de crisis, parece un valor estimado por quien le dio el voto a Cornejo.
Él mismo espera que su pronóstico se de y el contexto económico macro lo favorezca en lapsos de progresos más extensos que los trayectos áridos y secos que atravesamos.
La multiplicación cornejista
Este es su cálculo personal de Cornejo: "Me tocó gobernar un año de crecimiento y tres de recesión. Ahora la sociedad demanda un cambio de régimen económico. Después de un año de conflictividad como se prevé, que será 2024, tendremos un contexto de crecimiento económico".
Es decir que su expectativa es que la dinámica económica del país se invierta de "uno año de crecimiento por tres de recesión" a "un año conflictivo por tres de crecimiento".
Ver: Cornejo al POST: prisión para ladrones e incentivos para docentes y médicos
Hace seis día el POST publicó una entrevista donde el mandatario electo postuló su propuesta ya fue probada en contextos recesivos y aseguró que en este tiempo por venir ya pueden demostrar "solvencia para generar cambios en Mendoza" y que lo hará con un equipo de gestión renovado.
Porcentajes sintomáticos
Un detalle que Cornejo no deberá dejar de advertir ya lo debe haber ponderado: esta vez le tocará gobernar con una población cada vez más descreída de la función pública y del rol del Estado para administrar los servicios esenciales. Eso se puede interpretar del registro escaso que dejó el electorado en las urnas. Veamos.
El domingo 11 de junio en las elecciones PASO provinciales se presentaron 987.785 personas a votar de 1.488.736 que estaban empadronadas. Es decir se presentó 66,35 por ciento de las personas votantes habilitadas.
Pasaron 105 días y en la elección general de domingo 24, la tendencia casi no se modificó y clavó un registro históricamente bajo en concurrencia a las urnas. Fueron a votar 1.015.719 personas del 1.488.736 anotadas en las planillas de votación. O sea 68,23 por ciento del total habilitado, es decir que faltaron 473.017 persona a votar.