Una pregunta rápida que interpela al candidato libertario. Un interrogante válido dado lo cambiante de este proceso electoral que solo admite dudas porque ahora es Massa el candidato con más posibilidades de ser el nuevo presidente. El recuerdo del abandono de Menem en 2003.
Una pregunta: ¿se presentará Milei el 19 de noviembre al balotaje?
Cuentan peronistas locales con cargos en la Nación que hay un episodio reciente en la vida política de Sergio Massa que lo hizo reaccionar y contraerse aún más en su proyecto presidencial. Fue el revés electoral de su esposa Malena Galmarini en la elección municipal del partido bonaerense de Tigre. Un remezón que lo sintió íntimamente, lo reubicó y lo hizo enfocarse más en su emprendimiento electoral.
Esa instancia provocó un desarrollo de acciones políticas, siempre con dos o tres escenarios posibles para cada decisión adoptada, señalaron anoche. Es una maquinaria estatal de ejercicio del poder que dejó admirados a los peronistas de otros sectores internos. Esa fue uno de las aristas apuntadas en medio de la celebración inesperada en la sede del PJ local en pleno centro mendocino.
El resultado electoral fue una sorpresa y el fenómeno Massa dejó a contrapierna (para bien) a la dirigencia y la militancia tanto que los informes previos hacían decir a referentes peronistas, durante la mañana del domingo electoral, que veían un escenario de segunda vuelta con Javier Milei por encima del ministro de Economía.
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La exaltación ganó el ánimo de la intendenta santarrosina y presidenta del PJ Flor Destéfanis a la que se la escuchó gritar "¡vamos Massa!" en medio del recinto partidario, mientras miraba los porcentajes del conteo en las pantallas gigantes instaladas en el espacio, al mismo tiempo que la senadora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti repetía emocionada en la puerta de la sede del PJ: "¡Estamos vivos!".
Bombos redoblantes tronaron en la calle que fue ocupada parcialmente por el festejo de jóvenes peronistas que reivindicaron su militancia en medio de la adversidad que les representa una provincia "naturalmente" resistente al peronismo y más en su variante K.
Esa postal hizo reflexionar a los dirigentes ya veteranos. Para ellos Massa ahora representa otra etapa del peronismo. Massa y sus "diagonales" como estilo de construir poder más allá de la fronteras partidarias. Anoche valoraban la convicción del tigrense para llevar adelante una campaña siendo ministro y alentando el escenario de tercios para tener una oposición dividida y superarla en las urnas. También en ese tren de observación señalaron que Massa impulsó la unidad del oficialismo detrás de él para movilizarlo.
Sin que esto quede expresado en relieve, saben que el candidato a presidente ha logrado disimular el desgaste interno del gobierno ocasionado por la crisis económica y social con el consecuente costo para la dupla presidencial actual. Esto significó ir apagando una a una las tenues luces que todavía alumbran a la figura altanera de CFK y a la decrépita imagen de Alberto Fernández.
Un casi presidente minimalista
En el discurso de última hora de Massa, se mostró dominante, en posición de ganador de la elección general y en virtual vencedor de la segunda vuelta. Una imagen minimalista, seria, adusta para dejar en claro que hay un presidente en ciernes y que tiene que ir a un balotaje para revalidar el resultado de las elecciones generales. Es decir, Massa comunicó que no llegó a la révalida, sino que había quedado muy cerca de ganar en la primera mano y que ahora es cuestión de tiempo para convencer y sumar los votos que le falta para llegar a la Casa Rosada.
El mensaje implícito de Massa fue para Milei también. Es como si le hubiera reiterado aquella frase del debate: "Hasta aquí llegaste Javier". Ahora el gran esfuerzo y el papel de retador y desafiante quedó para el libertario. El economista Milei y todos sus tics que lo caracterizaron como un candidato con chances, pero que paradójicamente, esas "aplicaciones" parecen haberlo frenado al sobredimensionado león liberal. El electorado no compró completo el combo reactivo e incendiario de La Libertad Avanza.
Por eso Milei comenzó a dar un giro y comenzó a "macrimizarse". En un impostado clima de algarabía de segundo puesto (no querido) el candidato apareció con su melena aplacada, gritó menos y leyó más el libreto escrito para el nuevo escenario impuesto sorpresivamente para él. Se le notó que tuvo que reacomodarse al antiguo papel del retador que había abandonado cuando creyó ser el favorito por haber sido el más votado en las PASO de agosto.
Una piña en la pera
Elevó el tono Milei cuando le dijo a su militancia: "Tomen conciencia que este momento nos pone enfrente del mayor desafío de nuestra historia". En realidad fue un autoconvencimiento para retomar fuerzas para un balotaje y que para eso debía correrse hacia el centro de las ideas y que el fuego liberal que siempre atizó, no arda tanto para ganar los votos del PRO, del macrismo en realidad. A Milei se lo vio recalcular su vehemencia y virulencia y redirigirla al kirchnerismo ahora "revalorizado" como el eje del mal. Milei le propuso a Patricia Bullrich sin nombrarla: "Vengo a dar por terminado el proceso de agresiones. Tenemos al frente una organización delictiva como el kirchnerismo".
Dado este panorama con Massa en posición de ganador basado en la distancia de más de seis puntos que le sacó a Milei, es pertinente preguntarse si el líder libertario se readaptará a este nuevo tablero de juego de tensiones y propuestas. Si tendrá la templanza para rehacerse de esta derrota preliminar.
La pregunta que titula esta reseña urgente: ¿Milei se presentará el 19 de noviembre al balotaje? es un interrogante válido y tiene asidero en la sospecha de si el economista de ultraderecha es capaz de asimilar el golpe al mentón que le pudo haber significado el resultado de las elecciones de ayer domingo 22, justo el día de su cumpleaños.
Precisamente durante la jornada, peronistas con memoria recordaron la resolución de 2003 cuando llegaron a la segunda vuelta Carlos Menem y el desafiante Néstor Kirchner. El riojano a quien tanto admira Milei no se presentó y Kirchner comenzó su ciclo de dominio político con un triunfo por abandono.