Privilegiaron una estrategia nacional de la oposición, por encima del interés concreto de muchos mendocinos. Un aplazo y argumento de campaña "servido" al Frente de Todos. Por qué Claudia Najul y Federico Zamarbide salvaron la ropa.
El "patinazo" de los diputados de Cambia Mendoza
Alfredo Cornejo y Jimena Latorre llegaron tarde a Buenos Aires. La diputada explicó que fue por culpa de la conectividad arruinada por el Frente de Todos para el interior del país. Pero otros 122 legisladores llegaron a tiempo. Luis Petri y Omar De Marchi son "halcones", en esa división con "palomas" en la que los periodistas solemos clasificar a los integrantes de grupos políticos, en general mayoritarios. Tampoco estuvieron disponibles. Sólo Claudia Najul y Federico Zamarbide (ambos, en la imagen de cabecera) completaron la solitaria foto del Interbloque de Juntos por el Cambio este martes por la mañana, cuando la Cámara de Diputados de la Nación hacía su primera sesión presencial en 19 meses. Najul y Zamarbide lo decidieron solos. No pidieron permiso.
En el temario había tres leyes de importancia para Mendoza. La ley de Etiquetado de Alimentos, trabajada en conjunto por el radical Julio Cobos y la peronista Anabel Fernández Sagasti, y un régimen para que los trabajadores de las viñas pudiesen jubilarse a los 57 años de edad, con 25 años de aportes, tal como rige desde hace diez años para otros empleados agrarios enmarcados en la Ley de Contrato de Trabajo. Cobos se gastó los dedos llamando al jefe del Interbloque Mario Negri para que la oposición facilite el quórum. No consiguió que lo atendiera. Luego, le pidió a Cornejo una intermediación que tampoco resultó. Y por eso se desquitó haciendo público en Twitter el pedido de sesión especial.
Lo que ocurrió fue que cuatro de los seis diputados nacionales de Cambia Mendoza privilegiarion una estrategia política nacional dictada por otros actores, por encima de la necesidad de por lo menos 5.000 trabajadores de las viñas en condiciones de jubilarse, en un caso, y de la salud de la población en el otro, al no bajar al recinto a tratar la ley de etiquetado frontal. Es decir, hicieron lo mismo que se han pasado criticando al peronismo provincial durante años, cuando legisladores del PJ votaban intereses de Néstor y Cristina en el Congreso -a veces en perjuicio de Mendoza- o en la Legislatura se alineaban con los dictados de los gobiernos nacionales de entonces. Ahora, el "patinazo" de los cuatro legisladores nacionales de Cambia Mendoza tendrá costo político, que sólo podría subsanarse si logran convocar a una sesión especial la semana que viene, que incluya estos temas.
La política, al final del día, se trata de prioridades. Bien las definió la candidata a diputada nacional por la CABA María Eugenia Vidal, de Juntos por el Cambio, este mismo martes a la noche en TV. Los proyectos que intentaba tratar el oficialismo, no son prioritarios para la oposición. Habría que consultar al respecto la opinión de los contratistas de las viñas y sus familias. Seguro que para ellos sí son importantes.
Es cierto que cuando hay sesiones especiales, o temas de interés muy concreto de un gobierno, el oficialismo es el que debe encargarse de juntar los votos. El Congreso debe sesionar con mayoría absoluta al iniciar la sesión (129 diputados), y luego pueden sesionar en minoría, hasta la hora de votar en que deben estar los 129. El Frente de Todos llegó a 122 (con los dos radicales mendocinos). Fue la primera vez que el FdT no pudo juntar quórum en este cuarto gobierno kirchnerista. Tuvieron cinco ausentes propios, dos renunciados (los reemplazos no pudieron asumir) y uno de licencia. Los cinco ausentes son oriundos de provincias productoras de alimentos: Salta, Santiago del Estero, Chaco, San Luis y Jujuy. En sus provincias "miran de reojo" la ley de etiquetado frontal. Aunque algunos de estos legisladores habían firmado el dictamen favorable a la ley.
Tanto el etiquetado de alimentos como las dos leyes para el nuevo sistema previsional de los obreros de las viñas, venían con un fuerte consenso, muy trabajado, apoyo de todos los bloques, y dictámenes compartidos. Como ocurre muchas veces en las democracias maduras.
Probablemente es cierto que el FdT no quiso incorporar a la sesión especial ninguna de las leyes que proponía Juntos por el Cambio, que eran boleta única, promoción ovina, emergencia educativa, derogar la ley de alquileres, y además llevarlo al ministro de Economía Martín Guzmán al Congreso. Pero ello no excluye a los diputados por Mendoza del aplazo. Hubiera sido mejor que colaborasen al quórum, porque el interés de los mendocinos -en este caso los obreros de las viñas- no sólo de Mendoza sino de todas las provincias vitivinícolas- es más importante que una pelea política que sólo importa a sus protagonistas. Por importantes que fuesen las leyes que proponía la oposición para el temario de este martes, la verdad es que los diputados de Cambia Mendoza ayudaron a dejar a pie a mucha gente, al no dar el número para sesionar. Tal como se lamentó uno de los legisladores consultados ayer, es de esperar que estas leyes se traten la semana que viene, y se pueda saldar la deuda. Quedará para el trabajo de campaña de Cambia Mendoza minimizar los daños. Porque mientras tanto, le han dejado al Frente de Todos el plato servido para que se hagan un festival de "mendocinismo", y los arrastren un poco por el barro de las redes.
Cada tanto, hay que recordarles a los políticos de esta provincia en la que vivimos todos, que está bien compartir una estrategia nacional, un proyecto de país, un grupo de ideas. Pero eso no implica necesariamente tener "jefes" en Buenos Aires. Un poco de rebeldía como las que mostraron Claudia Najul y Federico Zamarbide habría venido mejor.
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